CEM: 4 buenas, 4 malas y 8 conclusiones sobre las finanzas de Mendoza
El análisis del Consejo Empresario Mendocino: Finanzas provinciales 2011-2020 y proyección al cierre 2021. Las perspectivas hacia adelante y la puesta en valor de la disminución tributaria y del peso del Estado.
El Consejo Empresario Mendocino (CEM) difundió un documento que presenta un análisis de las ejecuciones presupuestarias de los 10 últimos años, una década caracterizada por:
1) estancamiento económico,
2) inflación alta y persistente,
3) falta de creación de empleo registrado en el sector privado y
4) pobreza creciente.
Resumen
En este contexto, la pandemia covid-19 fue un golpe más a una economía que ya mostraba signos evidentes de debilidad. El sector público provincial también sintió sus efectos. En términos reales, la caída de sus recursos ha sido significativa. Consecuencia de ello, la incidencia de los ingresos nacionales ha aumentado, desde el 50% de los recursos corrientes en 2019 al 58% en 2021. Asimismo, al analizar los ingresos de origen provincial, se observa una mayor dependencia de los recursos tributarios en relación a los no tributarios.
Estimamos que el año cerrará con un ahorro corriente cercano al 9% de los ingresos corrientes y, con un superávit operativo del orden del 1%. Si este fuera el caso, estaríamos frente a una situación excepcional pues sería la primera vez, en más de una década, que Mendoza cerraría el año con superávit operativo. El resultado final dependerá del comportamiento de los gastos corrientes y de la inversión pública en el último trimestre del año. Este superávit es consecuencia del mayor orden fiscal observado desde 2016 que inicialmente, y aún con oscilaciones, permitió recuperar el ahorro corriente y luego, reducir el déficit operativo hasta equilibrarlo.
Entendemos que es importante debatir cuál es el tamaño del Estado que estamos dispuestos a financiar los mendocinos para promover el crecimiento y la creación de empleo a fin de reducir los niveles de pobreza actuales. En octubre de este año, el Consejo Empresario Mendocino realizó una propuesta de reducción de alícuotas de ingresos brutos a cambio de creación de empleo sin descuidar el equilibrio de las cuentas fiscales, que esperamos sea considerada y analizada en los ámbitos correspondientes.
Desde una perspectiva de largo plazo hay señales auspiciosas:
- la reducción lenta, pero continua, de la presión tributaria provincial desde 2017, luego de haberse casi duplicado entre 2011 y 2015 (venía creciendo aún desde años previos). Para el cierre de ejercicio 2021 proyectamos una presión tributaria provincial efectiva de 6,2% del PBG, por debajo del año 2020. Si bien la reducción de alícuotas durante 2017 y 2018 permitió bajar tanto la alícuota promedio como la presión impositiva de ingresos brutos (IIBB) en Mendoza, en comparación con el resto de las provincias de Argentina, los datos definitivos del 2020 muestran que Mendoza aún continúa con una alícuota efectiva promedio de IIBB y una presión impositiva relativamente muy elevada.
- la racionalización de la planta de personal estatal provincial, que aumentó 17,6% entre 2010 y 2015, y disminuyó 6,3% entre 2016 y 2020. Esta política debe continuar, priorizando las funciones indelegables del Estado y mejorando la eficiencia del gasto.
- la tendencia a la recuperación y consolidación del ahorro corriente en el último lustro.
- luego de una década del crecimiento del tamaño del Estado provincial, su estabilización en torno del 25% del PBG entre 2015 y 2019, y la paulatina reducción hasta el 22,2% en 2021, según estimaciones propias.
El análisis fiscal de los últimos años muestra que los desequilibrios de las cuentas públicas no se resuelven con más impuestos, sino apelando al orden fiscal, a la eficiencia del gasto, y a la vigencia y observancia de reglas de comportamiento fiscal responsable.
Para crecer y generar empleo formal de calidad, Mendoza necesita de un sector privado pujante y de un Estado provincial austero y eficiente que lo acompañe estableciendo reglas claras y previsibles, y que reduzca la excesiva presión tributaria, cambiándola por compromisos de contratación de nuevos trabajadores e inversión. El compromiso del Estado provincial con el cuidado del orden fiscal debe continuar y consolidarse para, desde allí, poder plantear otros temas de agenda prioritarios tales como el crecimiento y la diversificación de nuestra matriz productiva, el aumento del empleo privado registrado y la reducción de la pobreza.
Conclusiones
1. El peso del Estado provincial en la economía de Mendoza era, a finales de 2020, un 22% mayor que el de hace 10 años. Los esfuerzos del último lustro por racionalizarlo han sido importantes, logrando inicialmente estabilizarlo, con vaivenes, en torno del 25% del PBG para luego comenzar a reducirlo, proyectándose en el 22,2% del PBG a finales de 2021. El sector público creció más que la economía en su conjunto y el sector privado, genuino creador de riqueza, de valor agregado y de empleo, se achicó. Punta a punta, la carga para el sector privado, que con sus impuestos sostiene la estructura estatal, se hizo más pesada.
2. Los recursos de origen nacional representaron algo más de 50% de los recursos corrientes durante la última década. La incidencia de los recursos provinciales, que había aumentado en los últimos años, disminuyó en 2020 y 2021, en el marco de covid-19. La Coparticipación Federal + Regímenes Especiales es la primera fuente de recursos corrientes. El impuesto a los ingresos brutos es la principal fuente de recursos provinciales; su participación creció entre 2011 y 2015 hasta alcanzar el 57% de los ingresos corrientes provinciales, disminuyendo desde entonces hasta ubicarse en el 52% en 2020. Los recursos no tributarios redujeron su incidencia, afectados por la disminución relativa de las regalías.
3. Entre las erogaciones corrientes se destacan el gasto en personal y las transferencias a municipios. En 2020, la partida de personal representó el 55% del gasto corriente luego de alcanzar el 60% en 2015 (valor máximo de la serie). En tanto, las transferencias a municipios promediaron el 15,5% del gasto en la década. Luego de un sensible aumento de los intereses y gastos de la deuda entre 2016 y 2018, esta partida cae hasta el 5% de los gastos corrientes en los últimos 12 meses.
4. Después de una década de deterioro del ahorro corriente (2005: 18,8%; 2015: -6,8%), esta variable encontró un sendero de recuperación a partir de 2016, con excepción del año 2019. Resulta clave mantener este resultado en valores positivos, asegurando que los gastos corrientes no crezcan a un ritmo mayor que los recursos corrientes, en un contexto en el que es importante que la presión tributaria sobre el sector privado continue bajando. Esto implica, necesariamente, que el gobierno trabaje fuertemente sobre la eficiencia y eficacia del gasto.
5. La presión tributaria provincial viene reduciéndose desde 2017. Para el cierre de 2021 proyectamos una presión tributaria provincial efectiva de 6,2% del PBG, por debajo de 2020. Los desequilibrios fiscales no se resuelven con aumentos impositivos como los votados en 2012, sino apelando a la eficiencia del gasto y a la plena vigencia y observancia de normas de austeridad fiscal que hacen a la mejora de la gestión pública estatal y del clima de negocios necesario para la inversión y la generación de empleo.
6. Resulta importante la racionalización de la planta de personal estatal provincial llevada a cabo desde 2016 en adelante con una disminución del 6,3% de la dotación, luego de haber aumentado un 17,6% entre 2010 y 2015 (triplicó el ritmo de crecimiento poblacional). Entendemos que esta política debe continuar, priorizando las funciones indelegables del Estado. Los empleos registrados que necesita Mendoza deben crearse mayoritariamente en el sector privado, algo que no ha sucedido en la última década.
7. Estimamos que luego de varios años de deterioro, seguidos de un mayor orden fiscal a partir de 2016, este año la provincia podría registrar registrar superávit operativo de sus cuentas públicas del orden del 1% de los recursso corrientes, según nuestras proyecciones. El resultado final dependerá del comportamiento de los recursos y erogaciones corrientes, y de la inversión pública en el último bimestre del año.
8. Mendoza debe debatir cuál es el tamaño del estado que puede financiar, para asegurar el crecimiento y la creación de empleo que permita reducir los niveles de pobreza actuales. El Consejo Empresario Mendocino realizó una propuesta de reducción de alícuotas de ingresos brutos a cambio de creación de empleo (ver resumen en anexo) sin descuidar el equilibrio de las cuentas fiscales, que entendemos debe ser considerada y analizada en los ámbitos correspondientes con miras a su implementación.
El informe completo