La guerra del vino: por qué Suarez intervino en un conflicto entre empresarios vitivinícolas

Hay una fuerte disputa en progreso entre Fecovita y un exsocio español que ha llegado a una situación límite de acusaciones y denuncias, y que requirió la intervención del gobierno mendocino. Qué pasó, cuáles son los hechos y las sospechas y qué hizo el gobernador Rodolfo Suarez.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

Un conflicto entre empresas privadas está poniendo en riesgo a miles de productores y trabajadores. Se trata de la situación planteada entre la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas, Fecovita, y unos socios españoles de 2021, Iberte, que se frustró en 2022, a poco de andar y que desencadenó un conflicto multidimensional en el que involucraron a varios fueros judiciales. De la trama no es ajeno un costado político, que incluye posibles "mejicaneadas" y presuntas acciones de sabotaje y hasta de extorsión, esto último, de acuerdo con una de las denuncias presentadas ante la Justicia.


La situación de Fecovita y las sospechas sobre la "rara" acción del Banco Nación en su contra

Frente a la escalada de lo que se visualiza como una verdadera "guerra", que amenaza con dejar víctimas inocentes a su alrededor, este jueves el gobernador Rodolfo Suarez, acompañado por el subsecretario de Agricultura y Ganadería, Sergio Moralejo, recibió a la parte que involucra el mayor riesgo económico que podría afectar a Mendoza, las nuevas autoridades de Fecovita, constituidas tras el desplazamiento de Eduardo Sancho.

Si bien ninguna de las partes quiere hablar abiertamente del tema con la prensa, atento a los muchos planteos cruzados en la justicia de Mendoza y Buenos Aires, que incluyen reclamos dinerarios mutuos, denuncias penales y hasta dos planteos de quiebra contra Fecovita, todo parece tener dos facetas: una estrictamente vinculada a lo comercial y otra, política, ya que la conflictividad parece haberse iniciado casualmente luego de que Sancho fuera sustituido de la presidencia del grupo vitivinícola más grande del país, tras la politización extrema de la entidad, que impulsó las creación de espacios partidarios y candidaturas.

Desde el grupo económico español también prefirieron no hacer comentarios ante la requisitoria de Memo sobre la situación planteada.

El pedido de los exsocios españoles en conflicto podría ser quedarse con el comercio exterior de Fecovita, para acordar. Pero al no haber acuerdo sobre el tema, se desencadenó una guerra por una facturación de 100 mil millones de pesos al año, y que controla el 30 por ciento del mercado vitivinícola del país.

Breve historia de un conflicto

En 2021 Fecovita se asoció con el grupo español Iberte, representado por el dirigente del peronismo mendocino Guillermo García, expresidente del INV y conforman Evisa, Exportadora Vitivinícola S.A., con la finalidad de complementarse. Los españoles comercializarían en Europa del Este y Asia mosto y vino de Fecovita, buscando nuevos clientes. Ofició de "celestino" de esa unión empresaria el gobernador de San Juan, Sergio Uñac, y Fecovita puso a disposición de la nueva compañía conjunta, Evisa, la antigua bodega Resero, de su propiedad.

La reunión entre Fecovita, Iberte y el gobernador Sergio Uñac, en marzo de 2021.

Pero a poco de andar, surgieron desavenencias entre los socios, principalmente sustentadas en la falta de liquidación a Fecovita de los productos que Iberte vendía en el exterior

Algunos socios cooperativos que se presentan como víctimas de los españoles, confiaron, en estricto off the record, la versión en torno a que en lugar de buscar nuevos clientes, habrían hecho propia la agenda de compradores de Fecovita. De allí que se sucedieron malentendidos, uno tras otro.

A la ausencia de liquidación dentro de los 180 días que establece la Afip, se agregó el presunto "robo" de clientes propios y lo que podría entenderse como un incumplimiento de contrato, en el que se había planteado otra cosa, muy distinta a lo que terminó sucediendo.

Una versión simplificada de lo sucedido podría explicarse así, en términos potenciales: Fecovita le pide a sus socios que vendan a clientes nuevos en Europa y Asia, lo hacen en EEUU a clientes habituales, no pagan y por lo tanto, le cortan el chorro. Iberte responde denunciando que no le están enviando la mercadería prometida, con lo que sufre sus propias consecuencias. Y se inicia una "guerra" sin precedentes y con métodos convencionales (jurídicos) entre ambos, y también no convencionales (lobby ante socios y proveedores de Fecovita), tanto como la apelación a planteos jurídicos ajenos a una disputa netamente comercial, ya que si lo que se quería era resolver una discusión "por plata", la lógica indicaba que tenían que buscar el arbitraje de un juzgado en lo Comercial, opción que no fue la primera a la que se echó mano, sino que se desparramaron en acciones penales y concursales.

Otro dato que enrarece la discusión es el condimento político que permite pensar en que existiría intenciones distintas o confluyentes a lo comercial, ya que los protagonistas no serían ajenos a la vida partidaria en Mendoza y el país, inclusive en altísimas posiciones en la actualidad o con anterioridad.  

Por qué es cuestión de Estado un conflicto entre privados

"La guerra del vino" así planteada, pone en juego el negocio vitivinícola del principal actor económico. Fecovita agrupa a cooperativas de viñateros e industrializadores del vino, tiene 1.000 empleados directos y más de 11 mil indirectos, es el principal operador vitivinícola del país.

Entre los planteos en contra de la entidad hay dos pedidos de quiebra ante los juzgados Segundo y Tercero de Mendoza. La deuda de Fecovita con los bancos es de 10 o 12 mil millones de pesos con bancos, lo que representa entre 9 y 10% de su facturación. Especialistas en Derecho Concursal consultados por Memo dieron cuenta de que no habría, en principio y a simple vista, sin conocimiento de la causa, sustento para hacer lugar a la quiebra, con el solo hecho de que Fecovita no está en cesación de pagos y mantiene un conflicto solo por tres meses de facturación.

Pero aparece una situación que puede agregarse a la columna de lo "extraño", sino forzado: el Banco Nación le trabó a Fecovita la posibilidad de hacer revolving, es decir, la de ir refinanciando continuamente sus créditos con la entidad. ¿Sería eso una forma de empujar a los productores de mosto y vino a entrar en una categoría de cese de pagos?

Ese hecho fue considerado "inhabitual" por parte del gobierno de Mendoza, que recibió a la nueva comisión directiva de Fecovita el jueves, con la presencia del gobernador Rodolfo Suarez.

El subsecretario de Agricultura y Ganadería, Sergio Moralejo, presente en el encuentro, le contó a Memo que desde la entidad vitivinícola "pidieron una reunión conmigo y el Gobernador" y confirmó la situación surgida con el Banco Nación. Dijo que "llamativamente el Banco Nación le cortó a Fecovita la posibilidad de refinanciar la deuda, lo cual no solo es dañino, sino que los afecta estructuralmente"

Suarez con Batakis, en un encuentro realizado en Mendoza. Imagen de archivo.

Frente a ello, Moralejo confirmó que "el Gobernador habló con (Silvina) Batakis (titular de la entidad bancaria) para presentarle una queja y para recordarle que Mendoza es el principal cliente del Banco Nación y Fecovita está su quinta en esa lista". "¿Esta actitud que tiene para brindar el Banco Nación con su primero y quinto clientes?", se preguntó.

Hasta ahora, todo ha sido mantenido en voz baja, como muchas otras disputas entre empresas. Pero ahora está en juego mucho más que un portafolio de negocios.

Con la intromisión del gobernador en el caso, se abre una nueva expectativa de que se explique qué está pasando realmente y qué podría llegar a suceder tras los desencuentros y el volantazo hacia afuera de sus últimas y criticadas intervenciones en política partidaria.

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