La muerte de Josep Piqué unió a gente de diversos orígenes y pensamiento

Piqué fue uno de los grandes entrevistados del programa "Tormenta de Ideas" y Memo y, tras ello, mantuvo una relación permanente con este medio, aportando información, comentarios o compartiendo nuestras notas y, desde aquí, el material de gran nivel de Política Exterior.

El español Josep Piqué fue 4 veces ministro con José María Aznar y se destacó como directivo empresarial de alto nivel tras dejar la política, además de dirigir la revista Política Exterior. Su fallecimiento este jueves, a los 68 años, logró unir a personalidades de diferentes orígenes y pensamiento para reconocerlo y valorar su trayectoria.

Piqué fue uno de los grandes entrevistados del programa "Tormenta de Ideas" y Memo y, tras ello, mantuvo una relación permanente con este medio, aportando información, comentarios o compartiendo nuestras notas y, desde aquí, el material de gran nivel de Política Exterior.


Abajo, podemos ver el video con su participación en Memo y "Tormenta de Ideas":

Piquéue líder de los populares catalanes, candidato a la Generalitat y, tras renunciar a la política, se consagró a su faceta de economista y directivo empresarial.

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, lamentó la muerte del exministro Josep Piqué, y destacó su compromiso con la "sociedad civil" y su disposición para el "diálogo". 

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, expresó las condolencias del pueblo del Madrid por la pérdida de "un hombre de Estado" y un "fiel representante del mejor humanismo".

"Era un hombre de encuentro, de diálogo, de consenso, que buscó el interés general. Es uno de esos necesarios puntos de encuentro que lamentablemente ya no tenemos y que necesitamos para hacer una España mejor", ha dicho Martínez-Almeida. Junto al alcalde, pasaron por el funeral entre otros, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, y los exministros del PP Jaime Mayor Oreja y Ana Mato.

"Lamento profundamente la muerte de Josep Piqué", escribió el líderl del PP Alberto Núñes Feijóo en una publicación en su perfil de Twitter, en la que se ha referido al exministro como "un catalán de cepa, gran español y mejor amigo".

El expresidente del Gobierno José María Aznar lamentó la muerte de Josep Piqué y dijo que en momentos como el actual se necesitarían en España "muchas más personas" como su exministro, a quien ha recordado como un gran amigo y una persona "inteligente y leal". "Son muchos años de relación, muchos años de recuerdo y quiero destacar la tarea de Piqué" como ministro de España, ministro de Industria, de Ciencia y Tecnología, portavoz y de Asuntos Exteriores, cargos todos ellos que desempeñó "con una gran brillantez", recalcó.

También el exministro Javier Arenas explicó que son momentos muy tristes: "Se nos ha ido un buen español y un buen catalán". Arenas recordó cómo estuvo con Piqué en los gobiernos de Aznar y compartieron "muchas horas de amistad". "Era un gran economista, un gran profesor, en la política destacó pero, sobre todo, su principal virtud con muchísima diferencia era su calidad humana. Se me ha ido un amigo del alma y, desde luego, una extraordinaria persona", dijo.

En un artículo en su homenaje, Josep Sánchez Llibre escribió en Crónica: "Escuchar a Josep Piqué era una delicia. Porque era un sabio, sí, pero también por su tono, por su sonrisa cómplice. Era una persona que sabía de lo que hablaba, y también lo transmitía con pasión y con ganas de que se le entendiera. Esta manera de transmitir conocimiento hizo de Josep Piqué una persona atractiva y relevante en cualquier campo. Echaremos de menos su perfil humano, su afabilidad, su trato, su amistad". 


"Josep Piqué, la mirada siempre más allá"

Aurea Molto escribió una despedida a Piqué en las páginas de El País. Allí dijo:

En febrero de 2020, apenas un mes antes de la pandemia, Josep Piqué se hizo editor. El mundo editorial proporciona más sinsabores que reconocimiento, es tan demandante de esfuerzo y compromiso como una negociación internacional y su supervivencia siempre precaria desgasta emocionalmente más que una gran fusión empresarial. Con todo ello lidió Piqué en sus tres años al frente de Política Exterior, una publicación con solera, pequeña pero influyente, a la que el exministro de Exteriores aportó personalidad, conocimiento, entusiasmo y tiempo, lo más preciado que tenía.

El contexto era desfavorable, la realidad internacional cada día más compleja y el papel de España corría el riesgo de difuminarse. Piqué entendió, una vez más, que había que mirar hacia fuera, que no bastaba con resolver las pequeñeces de la política doméstica por muy destructivas que fueran: hacía falta promover un debate amplio sobre el proyecto de futuro de un país que completó su modernización abriéndose al mundo. Había que empezar por lo grande para llegar a lo pequeño. Lo hizo en Política Exterior casi al mismo tiempo que en el Foro La Toja-Vínculo Atlántico, con el afán de situar a España como centro de reflexión sobre los cambios globales.

La misma intuición sobre lo que nos jugamos en el exterior le llevó a tomar decisiones de gran trascendencia en el ministerio de Asuntos Exteriores. En su corto paso por Santa Cruz, entre 2000 y 2002, se aprobó el primer Plan Asia de la política exterior española, se creó Casa Asia y nació el Real Instituto Elcano. Recordar que todo ello sucedió hace más de 20 años ayuda a entender el acierto de la visión de Piqué, acompañada de habilidad conciliadora y el humor de un hombre reservado con enorme curiosidad.

Convencido de que las ideas son el punto de partida de los grandes cambios, Piqué llegó a Política Exterior dispuesto a agitar un pensamiento internacional español todavía modesto, concentrado en pequeños círculos, y a menudo seguidista de teorías y debates procedentes del mundo anglosajón que encajan con calzador en un país con la historia y la peculiar posición global de España. Nunca dejó de sorprenderme que se sumara a nuestro empeño en contribuir a ello desde una publicación heterodoxa, cuya aportación se entiende mejor fuera que dentro de nuestro país, y tan difícil de sacar adelante. La explicación es que Piqué sabía que la política necesita una base social. A la construcción de esa base se ha dedicado en los últimos años y hasta el último de sus días, a través de artículos, seminarios, conferencias, viajes y reuniones, con políticos de todos los partidos, empresarios, estudiantes, profesores, periodistas. Conversar con Josep, escucharlo, era un regalo inesperado, por sus conocimientos y por su vitalidad.

Había pasado con éxito por la política y la empresa, donde nunca dejaron de contar con él. Pero lo que le interesaba cada vez más era la reflexión sin pretensiones, pero siempre aguda, la escritura profunda amarrada a la historia más que a la búsqueda de titulares. Todos los libros que le ofrecí estos últimos meses, ya los había leído: derecho, filosofía, política y, especialmente, historia. Se manejaba igual de bien con fuentes marxistas o neoconservadoras, de ahí una trayectoria ideológica tan compleja y al mismo tiempo coherente. Seguía un principio de independencia en sus lecturas, opiniones y acciones.

Es así como se hizo el Piqué editor que unas semanas atrás, al consultarle sobre la oportunidad de un artículo que sabíamos conflictivo, no dudo en decirme: "adelante". Te echaremos de menos, Josep, seguiremos tu ejemplo: siempre adelante, mirando más allá.


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