Julio Martínez avaló la designación de un militar en Defensa: "Los fantasmas del pasado desaparecieron"

El exministro de Defensa durante el gobierno de Mauricio Macri analizó el "cambio de paradigma" que implica la llegada del general Carlos Alberto Presti al gabinete. Desestimó las críticas por el pasado del padre del nuevo funcionario y advirtió sobre la falta de equipamiento moderno como drones y misiles.

A pesar de las llamas

La reciente designación del actual jefe del Estado Mayor General del Ejército, Carlos Alberto Presti, como nuevo ministro de Defensa en reemplazo de Luis Petri, ha generado un fuerte debate político. La decisión del presidente Javier Milei rompe con una tradición de décadas de ministros civiles al frente de las Fuerzas Armadas.

Sin embargo, Julio Martínez, quien ocupó esa misma cartera entre 2015 y 2017 bajo la presidencia de Mauricio Macri, le restó dramatismo a la situación y respaldó el nombramiento. En una entrevista realizada por el programa "A pesar de las llamas" en Radio Post, Martínez aseguró que "la democracia está consolidada" y que los temores sobre el control militar son cosa del pasado.

El control civil y la "portación de apellido"

Consultado sobre si este nombramiento pone en riesgo el control civil sobre los militares, Martínez fue contundente: "Yo no tengo inconveniente con esta designación a más de 40 años de la vuelta de la democracia". El exfuncionario radical explicó que el sistema actual, sostenido por las leyes de Defensa Nacional, Seguridad Interior e Inteligencia, garantiza la subordinación.

"Los fantasmas que había desaparecieron", sentenció Martínez, destacando que hoy se cuenta con unas Fuerzas Armadas formadas "100% en democracia".

Uno de los puntos más polémicos en torno a Presti ha sido el rol de su padre en el Regimiento 7 de La Plata durante la dictadura. Martínez rechazó de plano las críticas basadas en el vínculo familiar: "Estoy en contra de castigar por portación de apellido. Eso lo hicieron los nazis en su momento y lo hizo el kirchnerismo", disparó, recordando casos anteriores donde se frenaron ascensos por parentescos.

Sobre la edad de Presti en los años 70, agregó: "Cuando fue el golpe militar él tenía 10 años, era un niño que nada tenía que ver con todo aquello. Haya hecho lo que haya hecho el padre, no lo juzga a él".

Desafíos urgentes: presupuesto y tecnología

Más allá de la figura del ministro, Martínez advirtió que la clave de la gestión estará en los recursos. "Lo que marca el destino y las posibilidades, sobre todo en el Ministerio de Defensa, es el presupuesto", explicó.

El exministro señaló urgencias críticas como la situación de la obra social de las fuerzas (IOSFA), los salarios militares y, fundamentalmente, el reequipamiento ante un escenario bélico global que ha cambiado drásticamente.

"Si ustedes vieron las últimas guerras, como entre Irán e Israel o Ucrania y Rusia, vemos que no son guerras convencionales. En su gran mayoría se desarrollan por misiles y con drones", analizó Martínez, para luego lanzar una dura advertencia sobre la capacidad nacional: "Nosotros, Argentina, no tiene ni misiles ni drones. Así que vaya desafío".

Seguridad interior y fronteras

Respecto al debate sobre involucrar a las Fuerzas Armadas en seguridad interior, Martínez se mostró cauto pero abierto a actualizar la legislación para enfrentar amenazas modernas que superan a la policía, como el narcoterrorismo. "No nos tenemos que autolimitar", dijo, criticando la reglamentación de la era kirchnerista que restringía el accionar militar solo ante agresiones de otros Estados.

"Si tenés amenazas como Hezbollah, Al-Qaeda o ISIS  o una fuerza narco que se equipa con drones y misiles, no le podés pelear con el policía de la esquina", argumentó.

Finalmente, sobre la situación en la frontera norte, reconoció falencias en la radarización. "Hay que prestar atención a qué está pasando con los radares", alertó ante el ingreso de vuelos no detectados, sugiriendo que el narcotráfico "va siempre adelante de la tecnología".

Sobre el final de la entrevista, Martínez desestimó las críticas de Agustín Rossi, quien había calificado el paso de General a Ministro como una "degradación", y aclaró que los pases a retiro de la cúpula militar ante el ascenso de un jefe más moderno son parte de las "normas" habituales de la institución: "El de mayor antigüedad no puede recibir órdenes de alguien que tiene menor antigüedad".



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