Sin zapatos y en silencio, el papa León XIV redefine el gesto interreligioso en la Mezquita Azul
Al visitar la Mezquita Azul en Estambul, el pontífice rompió con la tradición de sus antecesores argentinos e italianos: se descalzó respetuosamente, pero eligió no orar, dejando un mensaje más sobrio y personal en su primer viaje apostólico internacional.
En su tercera jornada en Turquía, León XIV ingresó al histórico edificio conocido como Mezquita Azul, símbolo del patrimonio musulmán en Estambul, en lo que se presenta como una decisión consciente de marcar su propio estilo.
El Papa, siguiendo la costumbre islámica, se quitó los zapatos antes de ingresar y caminó con medias blancas por el interior del templo decorado con decenas de miles de azulejos de Iznik.Pero, a diferencia de sus antecesores -Francisco y Benedicto XVI- no se detuvo a rezar ante el mihrab, pese a que el programa del Vaticano había previsto un "momento breve de oración silenciosa".
Durante unos 20-25 minutos, escuchó atento las explicaciones del guía religioso sobre la arquitectura, la historia del templo y los rituales musulmanes. Según el muecín que lo acompañó, le ofreció rezar, pero León declinó y prefirió simplemente observar y comprender.
A su salida, el Vaticano describió la visita como un acto de "respeto, recogimiento y escucha", una afirmación que detrás parece señalar una nueva forma de relación con otras religiones: menos ritual, más presencia simbólica.
Este gesto -una visita evocativa, sin plegaria- reafirma el perfil pausado y reflexivo de León XIV como pontífice, que parece marcar distancias con estilos anteriores para construir su propio modo de diálogo interreligioso.
El Papa León XIV y el Patriarca Ecuménico Bartolomé I, líder espiritual de los cristianos ortodoxos orientales del mundo, asisten a la Doxología en la Iglesia Patriarcal de San Jorge, en Estambul, Turquía.
