Paula Allasino: "Es muy difícil que la economía argentina mejore luego del cierre de tantas actividades"
Es la Contadora General de Mendoza. Asumió en enero de este año, luego de renunciar a la diputación provincial para la que había sido electa. Dice extrañar la dinámica y la adrenalina con la que trabaja antes en su cargo de ministra junto al exgobernador Alfredo Cornejo, su padrino político por más de 12 años.
Si bien este año, por el cargo que tiene desde que asumió en enero, su exposición mediática ha disminuido considerablemente, Paula Allasino es la Contadora General de Mendoza. Para ése lugar la propuso en 2019 el entonces Gobernador, Alfredo Cornejo, quien también la eligió como ministra de Finanza y Hacienda en los últimos años de su gestión.
Es que, justamente, la contadora de profesión trabajó con Cornejo durante más de 12 años, desde la época en la que el actual diputado nacional era intendente de Godoy Cruz. En 2019, cuando su cargo como ministra estaba finalizando, Allasino fue electa diputada provincial. Pero, si bien llegó a asumir, su padrino político tenía otros planes para ella y eran el cargo vitalicio que actualmente desempeña.
Desde ése lugar, la especialista en Administración Tributaria dialogó con Memo. Habló sobre los desafíos que tuvo que enfrentar en este 2020, aseguró que será muy difícil (por no decir imposible) que la economía argentina mejore luego del cierre total de las actividades que por la pandemia hubo durante varios meses, fue crítica respecto a la cantidad de empleados estatales que hay hoy y se esperanzó únicamente con avanzar con Portezuelo del Viento el año próximo.
- ¿Qué balance realizás de tu primer año como Contadora general de Mendoza?
- La verdad es que todavía no me termino de acostumbrar al cargo. Además, este año ha sido bastante extraño. Nunca me pude acostumbrar al home-office, de hecho hice muy poco y empecé a venir a la oficina. No entiendo la dinámica del trabajo en casa. A mí me gusta poder conversar cara a cara con el personal y atender los problemas desde la oficina. De hecho hasta extraño el papel, no me acostumbro tampoco a la digitalización. El expediente papel me era más cómodo, supongo que es por mis años (risas).
De todas maneras, sí destacó que gracias a la digitalización todo el sistema pudo seguir funcionando. "Por suerte los sistemas se habían adaptado (el Sidico web) y los empleados pudieron trabajar desde la casa. El expediente electrónico ayudó. Esto nunca paró. Sino no se hubiesen podido realizar contrataciones, ni siquiera pagar sueldos de los trabajadores. Se continuó trabajando remotamente. Y la contadora adjunta y yo sí seguimos viniendo apenas se pudo", remarcó.
Con una mirada muy crítica de las medidas que tomó este 2020 el Gobierno del presidente Alberto Fernández, respecto al "eterno aislamiento" sobre todo, Allasino comentó que su dinámica de trabajo ha cambiado rotundamente más allá del home-office obligatorio impuesto los primeros meses.
"El cargo nada tiene que ver con lo que yo venía haciendo. No tiene adrenalina. Después de 12 años con Cornejo; de tener todo el tiempo actividad, desafíos, exigencias pasar a un cargo donde hay mucha gente. Porque lamentablemente para la estructura del Estado es mucha gente, que encima no está especializada. Eso conlleva tener más problemas. Yo venía acostumbrada a trabajar con un grupo muy reducido, especializado y en donde yo llevaba la batuta", se sinceró.
En el mismo sentido, la funcionaria profundizó sobre la adrenalina con la que trabajaba junto a Cornejo y lo complejo que le resulta ahora parar. "Será cuestión de relajar un poco pero supongo que a muchos les pasa algo parecido, incluso al mismo Cornejo. Cuando venís con un ritmo tan a full y pasas a otro más tranquilo, cuesta", señaló.
-Extrañás tu cargo de ministra, claramente...
-Mi amistad con Lisandro Nieri y con el equipo de Hacienda me permiten por suerte meterme en muchos temas y opinar. No me puedo despegar de la cabeza de ministra o de la responsabilidad política y técnica que tenía cuando asumimos, que las finanzas provinciales estaban destrozadas (en relación a cómo había quedado Mendoza luego del gobierno de Francisco Pérez). Me cuesta, me duele saber que por cómo funciona la economía más allá de que está todo ordenado y de que podemos pagar los sueldos todos los meses, no es el mundo ideal con el que soñamos y en el que trabajamos en la gestión de Cornejo. Y estimo que tampoco era lo que Rodolfo Suarez pretendía cuando aceptó ser gobernador.
-¿De quién es la responsabilidad de este panorama tan complejo que describís?
-Nadie tiene la culpa de la pandemia pero sí el Gobierno nacional de no haber permitido a los argentinos y a los mendocinos trabajar. Es tristísimo caminar por las calles y ver la cantidad de negocios cerrados que hay. Con este cierre de la economía no hay expectativas de absolutamente nada. Los motores que nos alimentaban, como el turismo, no sé cuándo se terminarán de reactivar.
-Respecto a la discusión gremios versus Gobierno por tema paritarias que está ocurriendo ahora, ¿cuál es tu visión?
-No tengo injerencia porque lo mío es área técnica de control del gasto, acatamos lo que define el Ejecutivo. Pero igual opino que hay demasiados empleados públicos, que lo que pretenden los gremios es imposible. Acá un sueldo promedio ronda los 80 mil pesos. Eso afuera no existe. Escucho reclamos pidiendo mejoras, cuando hay gente sin trabajo, privados cobrando la mitad del sueldo. Aquí todos siguieron cobrando sus sueldos, el empleado público no corre riesgo. Los gremios tienen que ser razonables a la hora de aceptar la propuesta porque realmente es lo único que hay. Este cierre total de la economía en un país tan pobre como el nuestro, es muy difícil.
- Con este contexto, ¿qué expectativas ves para el año que viene?
-Yo tengo expectativas con Portezuelo del Viento, en donde no sólo trabajarán mendocinos si no también pampeanos y personas de otras regiones. Ojalá se pueda dejar de lado lo político y avanzar sobre la obra y si no destinar esos fondos a otra. Porque son obras que generan trabajo, ingresos, que ayudan a pagar los sueldos y eso se multiplica en familias. Si el Estado no recauda impuestos, tampoco pueden subsistir esas familias. En lo privado es más difícil trabajar. Es un círculo vicioso. Portezuelo es algo tangible, es lo único que avizoro como tangible para el año que viene.