Prat-Gay: "Ninguna de las propuestas de Milei se puede llevar a la práctica"

El exministro de Economía y expresidente del Banco Central insistió en que la dolarización es parte del "sermón" de un "mesías". Su receta para revertir la inflación, el rol de Cornejo en JxC y la intimidad de la reunión con Macri en 2016 que terminó en su salida del gobierno de Cambiemos.

Como tantos otros dirigentes de Juntos por el Cambio, Alfonso Prat-Gay minimizó el potencial electoral de Javier Milei. Sin embargo, durante la entrevista que mantuvo esta semana en Mendoza con Memo, el libertario fue la persona que más mencionó, intentando derrumbar las principales propuestas, especialmente la dolarización.

Según Prat-Gay, exministro de Hacienda y expresidente del Banco Central, ninguna de las ideas que plantea el diputado de La Libertad Avanza se pueden aplicar. En sus palabras, "no he visto ninguna propuesta de Milei que sea practicable". Y sumó más argumentos, afirmando que Milei carecería de poder en el Congreso, factor que le impediría realizar cualquier reforma de fondo.

El economista radical también intentó derrumbar quizás el principal argumento de los "dolarizadores": Ecuador. Al respecto, Prat-Gay cuestionó la medida que tomó aquel país a comienzos del 2000, eliminando el Sucre y adoptando el dólar como moneda oficial, y le auguró un pronto y conflictivo desenlace. "De la Rúa no sacó la convertibilidad y así terminó", completó.

"Es un momento para escuchar y no para dar sermones y ofrecer salidas fáciles como hacen algunos", comenzó Prat-Gay.

-¿La dolarización es parte de un sermón y una de esas salidas fáciles?

-Sí. Quieren hacerles creer a los argentinos que hay una salida fácil, pero no vamos a salir con magia, sino con esfuerzo, con trabajo y con consenso. De todos modos, si bien la dolarización es impracticable, que se hable de eso es un síntoma de la dimensión del problema que tenemos: ausencia de moneda y un proceso de inflación que con este gobierno es galopante.

-Teniendo en cuenta la base monetaria, pases pasivos y Leliq, la dolarización generaría un tipo de cambio de 1.400 pesos...

-... y más. Hay que recordar que las Leliq no salieron de un repollo; son los recursos que los bancos recibieron de los ahorristas. No están advirtiendo que van a confiscar los depósitos. La propuesta de dolarización agrava el problema que dice resolver, a menos que piensen que habrá una gran hiperinflación.

-En la región, Ecuador dolarizó, y más allá del caos inicial que incluyó la salida del presidente, nadie después se animó a dar marcha atrás, ni siquiera Rafael Correa.

-Del mismo modo que De la Rúa no sacó la convertibilidad y así terminó. Ecuador está tratando de salirse porque es un corset muy fuerte. Para sostener un régimen monetario tan estricto, hay que hacer muchas otras cosas. Y si estás dispuesto a hacerlas por el lado fiscal y demás reformas, ¿para qué entregar la moneda? Hay una fantasía de que si opero sobre los síntomas resuelvo las causas.

-¿Cuál es la solución entonces a la inflación y devaluación permanente del peso?

-Es tener un Banco Central independiente. Yo fui presidente del Banco Central (durante la presidencia de Eduardo Duhalde) y asumí con una carta orgánica que me daba independencia plena. El mandato era defender el valor de la moneda sin recibir órdenes del Poder Ejecutivo. Esa ley la modificó Cristina en 2012. Nosotros habíamos bajado la inflación del 40% de 2002 al 3,7% de 2003. Por supuesto que no alcanza con la ley, pero es el punto de partida. Un Banco Central independiente con un objetivo claro de bajar la inflación, un programa monetario creíble y una política fiscal que achique el déficit.

-¿Se puede bajar la inflación sin un ajuste? ¿Se puede hacer sin "dolor"?

-Nosotros lo hicimos, con la economía creciendo al 8%. El ajuste es la contracara de la falta de confianza; si el gobernante no es creíble, tenés que hacer ajustes fuertes. Pero cuando hay apoyo político y confianza, es un buen punto de partida. Por supuesto que la situación fiscal está tan desordenada que va a haber que hacer cosas de todos modos, pero se puede mejorar mucho en lo fiscal sin afectar a los argentinos más vulnerables.

-En 2002 y 2003 era pleno boom de la soja.

-Ahora también lo tenemos, junto con el boom del petróleo, del litio y otros minerales que Argentina no aprovecha. 

-Justamente en Mendoza se sigue debatiendo si hay que habilitar la minería. ¿Alcanzaría con reformar la Ley 7722 o las condiciones macroeconómicas argentinas son una barrera superior para que haya inversiones?

-Hace falta una ley y un orden macroeconómico porque si no, entre la brecha cambiaria más las retenciones, no es rentable para el que quiera invertir. Pero sepamos que estamos dejando de lado una oportunidad. Exportamos una séptima parte de lo que exporta Chile y compartimos la misma cordillera. Tenemos que dar una discusión de una minería controlada, con bajo impacto ambiental, atendiendo a la generación actual que tiene hambre y no puede llegar a fin de mes. Si no, estamos cuidando los recursos para la generación que viene hambreando a la generación actual.

-¿Qué debe proponer Juntos por el Cambio en 2023 y con qué nombres?

-El que mejor represente la propuesta será el que surja de las PASO que tendrá Juntos por el Cambio. Lo que tenemos que hacer es ofrecer un programa a la sociedad independientemente del candidato. Yo tengo buen diálogo con todos, falta mucho tiempo y pueden aparecer otros candidatos. El problema es tan complejo que no podemos caer en la idea en que nos salvará un mesías. La última vez que tuvimos un mesías fue Menem, y no salió tan bien.

-Viendo los resultados de la gestión de Cambiemos entre 2015 y 2019, ¿por qué la gente volvería a votarlos?

-Porque aun en el peor momento de la recesión del goberno de Macri, él se fue con 41% de los votos y en la última elección volvimos a estar por encima del 40%. Hay una gran franja de la sociedad que entiende que cometimos errores y que aprendimos esas lecciones. Además, nos mantuvimos unidos y somos la única alternativa viable al gobierno actual. Somos los únicos que ganando podríamos tener mayorías en el Congreso. Aparecen otras alternativas, como Milei, pero estaría peor que nosotros en 2015 con respecto a cantidad de diputados y senadores. Esa es otra trampa del discurso: hacer creer que se puede hacer todo con una varita mágica, pero las bancas en el Congreso son los fierros necesarios para avanzar en las reformas.

-Da la impresión que Macri, teniendo respaldo en el Congreso tras la victoria de 2017, pisó el freno con esas reformas a partir de los incidentes en el Congreso a fines de ese año.

-Pasó algo eso, pero no teníamos poder en el Congreso, teníamos menos bancas que ahora. Creo que va madurando y que hay un buen mensaje de la sociedad que no cree en soluciones mágicas y repentinas. Va a tomar mucho tiempo ordenar el desastre que va a dejar el kirchnerismo y creo que es muy importante que el líder que encarne esa salida comunique cuál es el camino. Va a ver un camino de sacrificio en el corto plazo, litúrgico podríamos decir, un sacrificio para algo; sembrar para que el largo plazo sea mejor.

-¿Quién tiene más chances en 2023? ¿Milei o un candidato del Frente de Todos?

-No lo sé. No nos preocupa. Nos preocupa nuestra propia unidad y coherencia programática. Estoy recorriendo el país escuchando. La gente está harta de políticos que aparecen dos meses antes de las elecciones.

-¿Qué le diría a los "halcones" del PRO, como el mendocino Omar De Marchi, que han tenido algunos gestos a favor de Milei?

-Me parece que tenemos que dar el debate interno. Pero hasta ahora no he visto ninguna propuesta de Milei que sea practicable. Entonces no tengo ningún problema de dar debate interno y fijar una postura.

-¿Cuál sería su rol en un eventual gobierno de Juntos por el Cambio?

-El que toque. No estoy detrás de una candidatura, nunca lo estuve. Estoy para sumar y contribuir.

-¿Qué habló con Macri en aquella reunión a finales de 2016, en Villa La Angostura, que terminó con su renuncia?

-Macri me dijo que estaba organizando el gobierno de otra manera, pero que quería que yo fuese canciller cuando Susana Malcorra dejara el cargo. También me ofreció una embajada (la de Estados Unidos), pero le dije que no me parecía que tuviese que calentar una silla en una embajada y que cuando se fuese Malcorra estaría disponible. Eso al final no sucedió, porque cuando se fue Malcorra nombró a Jorge Faurie en ese lugar. Después, en un momento en que casi hubo un cambio de gabinete...

-...el domingo en el que Macri encabezó una reunión en Olivos y se lo acusó de haberse ido a otra sala a ver un partido de Boca.

-Exactamente. Estuvimos cerca de entrar algunos radicales en el gabinete, pero no ocurrió. Eso grafica un problema de origen de nuestro gobierno: éramos una coalición parlamentaria, pero en el Poder Ejecutivo era más bien un partido el que manejaba la situación. En el próximo gobierno hay que cambiarlo.

-Se dijo que usted se fue por "gradualista".

-En ese momento, discutir el "gradualismo" no era una opción. Vos podés plantear un shock si tenés los números en el Congreso para avanzar en las reformas. Si no, no tenés mas remedio que ir acomodándote e ir resolviendo los problemas de a poco. Macri no llegó a tener ese poder en el Congreso, sí parcialmente en 2017, pero ese episodio de las piedras, como decís vos, atemperó un poco las posibilidades. 

-¿Qué rol debería tener Alfredo Cornejo en 2023?

-A Alfredo lo quiero siempre en el equipo. No sé si va a querer jugar en la provincia o a nivel nacional, pero es uno de los dirigentes más importantes que tenemos en Juntos por el Cambio. Tuvo una gestión extraordinaria en Mendoza. Creo que Juntos por el Cambio tendría que mostrar más las gestiones de Alfredo y Rody (Suarez), porque en Mendoza se han hecho incluso las reformas que planteamos para el país.

Tras la entrevista con Memo, Prat-Gay desayunó con Alfredo Cornejo. Foto: Memo.

-¿Y Ernesto Sanz?

-Hace rato que no lo veo. Aparece con intermitencia, lo aprecio mucho, pero hace años que no hablo con él.

La conferencia completa que dio en Ciencias Económicas de la UNCuyo


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