Río de Janeiro tras la violencia: crónica de un día marcado por combates bélicos en las favelas

El operativo policial contra el Comando Vermelho dejó un escenario de guerra en varias favelas de la ciudad. El cónsul argentino Jorge Perren relata la magnitud de los enfrentamientos, el colapso del transporte y los esfuerzos por retomar la vida cotidiana entre miedo y precaución.

Río de Janeiro despertó este miércoles con las secuelas de un operativo policial sin precedentes contra el Comando Vermelho, la organización narcocriminal que domina varias favelas. Desde muy temprano, el cónsul argentino Jorge Perren siguió de cerca los hechos y, en diálogo con el programa "A pesar de las llamas" por Radio Post, describió un escenario que calificó de "dantesco" y "de guerra".

"Ha tenido tanta violencia y hemos visto imágenes tan impresionantes, está dando vueltas desde esta mañana una imagen realmente tremenda", relató Perren, al referirse a las escenas de cadáveres apilados y de calles tomadas por el conflicto. Según el cónsul, más de 120 personas perdieron la vida, aunque el foco del relato estaba en la intensidad de los combates y no solo en el número de muertos.

Para entender la magnitud del operativo, Perren explicó que se trató de un enfrentamiento "bélico", concentrado en zonas alejadas de los barrios turísticos y residenciales donde viven argentinos, como Copacabana o Barra de Tijuca. "Todo lo que ha ocurrido ha estado encapsulado en una zona de la ciudad que no es para nada turística ni donde viven familias argentinas", señaló.

El cónsul destacó la particularidad de las favelas: "Es un lugar donde el Estado no entra: no entra la policía, no entra el servicio de salud, las escuelas son propias, está casi todo como comandado por los narcos, digamos, por el Comando Rojo", explicó, al tiempo que describió cómo distintos grupos compiten entre sí, generando enfrentamientos internos frecuentes.

La violencia tuvo repercusiones inmediatas en la vida urbana. Perren detalló que "lo que más afectó la vida corriente de la ciudad fue el colapso del transporte, porque estas cuadrillas criminales tomaron, secuestraron más de 70 buses y cortaron las principales arterias de la ciudad". La combinación de bloqueos y la vuelta simultánea de trabajadores y estudiantes provocó un caos logístico que recién comenzó a normalizarse horas después.

Río de Janeiro vivió un martes de caos tras la operación "Contención" contra el Comando Vermelho 

Sobre la coordinación entre el gobierno estatal y el federal, el cónsul comentó que, según la información pública, "efectivamente hizo unas declaraciones el gobernador en el sentido que había pedido en tres ocasiones acciones de ayuda... después trascendió que hubo unas llamadas entre el gobernador y distintos miembros del gabinete del Gobierno Federal para coordinar cómo enfrentar esta situación".

La recuperación de la vida cotidiana fue lenta pero perceptible. Según Perren, "la parte del transporte está totalmente regular, el aeropuerto nunca dejó de funcionar. Muchas escuelas y algunas universidades han decidido dar clases virtuales o directamente no ir a la escuela, aunque la escuela esté abierta". Los comercios han reabierto, pero el miedo sigue presente: "Ayer los restaurantes, los bares y los lugares más turísticos estaban bastante desiertos comparado con un día normal", afirmó.

El cónsul también se refirió a la magnitud del operativo en términos de seguridad y logística: "El escenario de lo que pasó es horripilante, pero hasta el momento no tenemos información de que haya sido afectado ningún ciudadano argentino. Por lo que tenemos información hasta ahora, están todos bien, eso es lo más importante", sostuvo, tratando de transmitir tranquilidad a los residentes argentinos.

Además, Perren remarcó la dimensión histórica del hecho: "Ha habido operativos sangrientos en el pasado con 10, 20 muertos, pero lo que sucedió anoche realmente escapa a cualquier otra dimensión, es un episodio tristemente histórico". En sus relatos, el cónsul dejó entrever cómo la violencia se vive de manera directa en las favelas, donde los narcos incluso responden a los ataques con drones y explosivos, creando un clima de terror para los habitantes.

Pese a todo, el cónsul cerró con una visión de normalización: "Ya se está restableciendo el resto de la ciudad, la vida normal en cuanto a seguridad y logística. Todavía hay temor, claro, pero se empieza a recomponer la rutina", concluyó, dejando la sensación de que Río de Janeiro, aunque marcada por la violencia, busca retomar su ritmo cotidiano.

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