Los preventores de Ciudad comenzaron la capacitación en el uso de pistolas Taser
Un grupo de agentes se preparan bajo la normativa que fortalece a los cuerpos de seguridad ciudadana municipales para la utilización de estas armas no letales. En la presentación estuvieron Alfredo Cornejo, Mercedes Rus y el intendente Ulpiano Suarez.
Los preventores de la Ciudad de Mendoza iniciaron una capacitación en el uso de pistolas Taser, en el marco de la normativa que fortalece los cuerpos de seguridad ciudadana municipales. Un total de 41 agentes participan de la formación, lo que convierte a la capital mendocina en el primer departamento en incorporar esta herramienta de prevención y control no letal.
La instrucción, a cargo de instructores del Catacpol y de las Fuerzas de Operaciones Especiales, incluye prácticas con los dispositivos Taser 7, simulaciones operativas y contenidos legales. El programa fue diseñado con un esquema progresivo que exige superar diferentes niveles para garantizar un uso responsable y acorde a los estándares de derechos humanos y seguridad pública.
El gobernador Alfredo Cornejo destacó que la iniciativa forma parte de una política de seguridad sostenida, que combina capacitación, tecnología e intervención judicial. Subrayó que las Taser son una herramienta moderna, menos letal que el arma de fuego, y que permiten mejorar la profesionalización de los cuerpos de seguridad.
En Mendoza seguimos modernizando y profesionalizando nuestra fuerza de seguridad. Hoy, 41 preventores de la @ciudaddemendoza seleccionados cuidadosamente en base a sus perfiles, iniciaron la capacitación oficial en el uso de pistolas Taser 7, con formación a cargo de instructores... pic.twitter.com/8xoKsAnlsV
— Alfredo Cornejo (@alfredocornejo) August 28, 2025
Todos los preventores que acceden a la capacitación pasaron por un apto psicofísico obligatorio, requisito indispensable para asumir la responsabilidad de portar estas armas. Además, 13 de los cursantes son expolicías que ahora integran el cuerpo de preventores municipales. Cada nivel aprobado otorga certificación oficial avalada por el Ministerio de Seguridad y Justicia.
El protocolo de uso establece que las Taser deben aplicarse con criterios de necesidad, razonabilidad y proporcionalidad, prohibiendo disparos hacia zonas sensibles del cuerpo como cabeza, cuello o torso superior. También dispone que cada intervención sea documentada en detalle y, en casos críticos, se presente un informe técnico al magistrado correspondiente.
Finalmente, con la publicación del decreto 2.155 en el Boletín Oficial, se amplió el uso de estas armas no letales, hasta entonces limitadas a cuerpos especiales, a todo el personal policial y de seguridad ciudadana que complete la capacitación. De esta manera, Mendoza avanza en la incorporación de nuevas herramientas que refuerzan la prevención y la seguridad pública en la provincia.
Los niveles de la capacitación
Nivel 1: dictado por instructores del Catacpol, aborda la defensa personal, el manejo de conflictos y los fundamentos legales del uso de la fuerza.
Nivel 2: también a cargo del Catacpol, incorpora el uso de bastones reglamentarios, disuasivos químicos y armas neumáticas, con énfasis en la normativa y los protocolos de actuación en entornos urbanos.
Nivel 3: impartido por especialistas de las FOE, se centra en el uso operativo de las Taser, incluyendo la capacitación técnica, los efectos fisiológicos, los criterios legales de intervención y las prácticas de simulación en escenarios controlados.
Así son las Taser 7
Las Taser 7 presentan mejoras tecnológicas que las diferencian notablemente de los dispositivos actuales. En contraposición con los 18 dispositivos Taser con los que cuenta la fuerza policial, que disparan un solo cartucho por vez y no permiten advertencias previas, estas nuevas pistolas pueden almacenar dos cartuchos simultáneamente uno de corto alcance y otro de largo alcance, lo que facilita procedimientos escalonados de advertencia y control.
Además cuentan con sistemas disuasivos sonoros y visuales para evitar la necesidad del uso de la descarga eléctrica. En cuanto a sus especificaciones, emiten una corriente entre 1,2 y 1,5 miliamperios y una descarga efectiva de cinco segundos para la inmovilización neuromuscular. La tensión que finalmente entrega a la zona corporal es de solamente 1.000 a 2.000 voltios. La descarga inicial del cartucho puede alcanzar 50.000 voltios. La gran mayoría de esa energía es utilizada para la activación de la carga de nitrógeno inerte comprimido que expulsa las sondas.