Un posible cambio de régimen en Venezuela abriría un terremoto en el mercado petrolero mundial

La tensión en el Caribe crece día a día. Tal como recuerda Mattew Lynn en un artículo de "El Econiomista" de Madrid, la flota estadounidense encabezada por el portaaviones USS Gerald Ford ya se posiciona en la zona y se mantiene en estado de alerta.


Según un análisis del periodista Matthew Lynn publicado en El Economista de España, una eventual intervención militar de Estados Unidos en Venezuela -y la posible caída del régimen de Nicolás Maduro- podría desencadenar uno de los mayores sacudones en el mercado energético global de las últimas décadas, con consecuencias directas para Rusia, Arabia Saudita y el equilibrio económico internacional.

La tensión en el Caribe crece día a día. Tal como recuerda Lynn, la flota estadounidense encabezada por el portaaviones USS Gerald Ford ya se posiciona en la zona y se mantiene en estado de alerta. 

Falta saber si el presidente norteamericano, Donald Trump, ordenará finalmente una operación militar a gran escala y, en caso de hacerlo, si limitará la acción a los cárteles del narcotráfico o si avanzará hacia un cambio de régimen en Caracas. "Lo sabremos en los próximos días o semanas", advierte el analista.

Una operación con impacto global

Para Lynn, cualquier intervención norteamericana tendría un efecto inmediato sobre la economía mundial. Venezuela posee las mayores reservas probadas de petróleo del planeta -303.000 millones de barriles- por encima de Arabia Saudita e Irán. Sin embargo, exporta muy poco debido al derrumbe de su industria energética bajo los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, agravado por las sanciones internacionales.

El resultado: un gigante petrolero incapacitado de producir, con ventas anuales estimadas en apenas 4.000 millones de dólares, muy lejos de los 180.000 millones sauditas o los 120.000 millones rusos.

Si un nuevo gobierno lograra encaminar la reconstrucción del sector, la capacidad de producción podría recuperarse "mucho más rápido de lo que se piensa", sostiene Lynn. Hace apenas veinte años, Venezuela superaba los tres millones de barriles diarios. "No hay razón para que no pueda volver a esos niveles, o incluso superarlos, muy rápidamente", afirma.

Un barril rumbo a los 30 dólares

Ese eventual retorno del petróleo venezolano al mercado global generaría un derrumbe en los precios. Lynn estima que el barril podría caer por debajo de los 50 dólares e incluso tocar los 30, un nivel que -según proyecta- podría sostenerse durante buena parte de la década si Trump impulsa que Caracas quede fuera de la órbita de la OPEP.

Esa caída tendría tres efectos centrales:

  1. Golpe devastador para Rusia: con un barril barato, Moscú no podría financiar la guerra en Ucrania ni sostener su economía, especialmente si el petróleo venezolano, ahora bajo paraguas norteamericano, desplaza al crudo ruso sancionado.

  2. Presión extrema sobre Arabia Saudita: el reino ya enfrenta desequilibrios fiscales crecientes. Precios más bajos profundizarían el déficit y las necesidades de ajuste.

  3. Impulso para la economía global: si bien afectaría a los exportadores, los precios bajos aliviarían la inflación y liberarían recursos en el resto del mundo.

El factor político interno: Machado y la oposición

El artículo de El Economista subraya que el eventual derrumbe del régimen de Maduro abriría paso a una transición democrática encabezada por María Corina Machado, galardonada con el Premio Nobel de la Paz. Lynn recuerda que la dirigente permanece oculta, teme por su vida, pero ha expresado su apoyo a la estrategia de Trump.

Para el autor, el "escenario optimista" combinaría presión militar externa con la acción de grupos opositores dentro de Venezuela, obligando a Maduro a abandonar el poder y permitiendo a Machado liderar una recomposición política profunda.

Un desenlace incierto

Lynn advierte que nada está dicho: la Casa Blanca podría optar por no escalar la intervención o limitar sus movimientos. Pero, si finalmente ordena la operación, el impacto económico sería inmediato y global. Incluso, según su lectura, podría convertirse en "el golpe más dramático del segundo mandato de Trump".

Por ahora, la tensión se mantiene en ascenso. Y el futuro del mercado petrolero -y de las economías que dependen de él- podría definirse en el Caribe durante las próximas semanas.

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