La arquitectura sanadora

"Pensar encontramos en las miradas sensibles ante tanta deshumanización", nos dice Leandro Vélez de Bioma, que vienen desarrollando y construyendo arquitectura bioclimática, en tierra cruda con diseños paramétricos y tecnología cuántica, también en reparaciones patrimoniales arquitectónicas. Lo cuenta Marcela Muñoz Pan.

Marcela Muñoz Pan

"La buena arquitectura es abierta, abierta a la vida, abierta para mejorar la libertad de cualquier persona, donde cualquiera puede hacer lo que necesita hacer". Anne Lacaton (1955).

La salud es armonía cuando la naturaleza, mano del hombre, aire, tierra, sol, hacen de nuestro bienestar integral una manera de vivir, simple y profunda, donde lo comunitario y la ruralidad, van de la mano, ya que el poder de la arquitectura sustentable y ancestral, lo hace posible. En un mundo donde la prisa y la industrialización dominan el paisaje, surge una tendencia poderosa y transformadora: la arquitectura sustentable y ancestral. No solo se trata de diseñar edificios, sino de crear espacios que promuevan una vida saludable, tanto para el ser humano como para el medio ambiente ya que estamos abrazando la naturaleza, literalmente: "Pensar encontramos en las miradas sensibles ante tanta deshumanización", nos dice Leandro Vélez de Bioma, que vienen desarrollando y construyendo arquitectura bioclimática, en tierra cruda con diseños paramétricos y tecnología cuántica, también en reparaciones patrimoniales arquitectónicas. Me imagino caminando por Uspallata, por el desierto de Lavalle o Mendoza Este donde mi piel y mis sentidos están en contacto directo con ese polvo de estrellas del universo, con la sabiduría ancestral que abraza y siendo parte del mismo barro tal vez, parafraseando a Spinetta, de un espacio y lugar que formaron parte mis antepasados, que formo parte en esta era de pocas elevaciones espirituales, sabiendo que es sanador, ya que nuestro cuerpo, mente y espíritu necesitan siempre conectarse con la naturaleza. Leandro es un convencido que hay que rebobinar para conectarse.

Los diseños inspirados en la sabiduría ancestral priorizan la salud mental y emocional. Espacios luminosos y abiertos estimulan la creatividad, mientras que los elementos acuáticos, como estanques o fuentes, fomentan la tranquilidad. La organización de las casas inspirada en patrones naturales, promueve la circulación fluida de energías, creando ambientes que invitan a la paz y la meditación. Todo esto se traduce en un entorno que no solo se habita, sino que se siente, se respira y se vive. Los materiales sustentables, como la madera reciclada, el barro y la piedra, no solo son una elección estética; son una declaración de principios. Estos materiales, al ser menos contaminantes, son también más saludables. A diferencia de los compuestos químicos que suelen encontrarse en construcciones convencionales, estos elementos ancestrales minimizan la toxicidad ambiental en el hogar y proporcionan un aire más puro. Así, cada rincón de la vivienda se convierte en un santuario para la salud. En Mendoza especialmente, son ideales como aislantes del calor extremo.

La arquitectura ancestral, con su conocimiento profundo de los ecosistemas locales, se traduce en un estilo de vida holístico. Las comunidades que aplican estos principios fomentan la agricultura urbana, la recolección de agua de lluvia y la creación de energías renovables. Cada acción es un paso hacia la autogestión y el cuidado de la salud colectiva, generando un sentido de pertenencia y propósito. La arquitectura sustentable y ancestral nos reta a repensar nuestra relación con el espacio que habitamos. Al abrazar estos principios, no solo construimos casas, construimos salud, bienestar y un futuro. Cada espacio que diseñamos puede convertirse en un testimonio de nuestra conexión con la tierra, donde la salud del ser humano y la del planeta danzan en una sinfonía perfecta.

Así, al mirar hacia adelante, nos encontramos en un cruce: un camino que invita a reconstruir nuestro hábitat, restaurando la armonía entre la naturaleza y nosotros mismos, en un acto de amor y respeto por el legado que queremos dejar a las futuras generaciones. La arquitectura no solo habita, vive, sueña y, sobre todo, sana.

Gracias a por su atención e información a BIOMA arquitectura y fotos para edición. biomaarquitectura@gmail.com . Gracias Arq. Leandro Vélez (261613508).



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