Cansancio crónico: expertos explican por qué dormir no alcanza y cómo recuperar la energía

Estudios globales revelan que más del 60% de las personas se sienten agotadas varias veces por semana. La fatiga del siglo XXI es emocional, cognitiva y estructural, y requiere mucho más que horas de sueño para revertirse.

En una época que glorifica la productividad y castiga las pausas, el cansancio dejó de ser un estado ocasional para transformarse en una constante. Investigaciones recientes muestran que, aunque se duerma lo suficiente, la fatiga se mantiene: se trata de un agotamiento emocional, mental y biológico que atraviesa todas las edades.

Según un relevamiento de Ipsos y el Global Institute for Wellbeing, el 62% de las personas se siente física o mentalmente exhausta al menos tres veces por semana. En Argentina, la Universidad Siglo 21 detectó que casi la mitad de los trabajadores reporta niveles de energía bajos o muy bajos. Incluso entre los adolescentes, datos de UNICEF y el Instituto Gino Germani señalan que 7 de cada 10 se sienten cansados pese a dormir más de siete horas diarias.

La psicóloga Adriana Martínez, de la Fundación Aiglé, atribuye este fenómeno a un estilo de vida que exige estar disponible y productivo todo el tiempo, borrando los límites entre trabajo y descanso. "Dormimos menos, descansamos peor y vivimos en alerta constante", advierte.

El neurólogo Conrado Estol resume la diferencia generacional: "Nuestros abuelos terminaban con el cuerpo cansado; nosotros, con la mente agotada". La saturación ya no es física sino cognitiva, alimentada por la multitarea, la hiperconectividad y la exigencia de resultados permanentes.

Desde la neurociencia, Matthew Walker, de la Universidad de California, sostiene que el sueño es tan esencial como la alimentación o el ejercicio, pero debe ser regular y de calidad. El investigador Satchin Panda, del Salk Institute, añade que muchas personas duermen en horarios desalineados con su reloj biológico, lo que provoca fatiga crónica incluso con ocho horas de descanso.

El impacto no se limita a los adultos. La psicóloga Lucía Argibay Molina describe niños que, entre escuelas de jornada extendida y pantallas encendidas por la noche, llegan agotados al aula. El psicólogo Jonathan Haidt alerta que la irrupción de los smartphones ha intensificado la dificultad para dormir en la adolescencia, con consecuencias en el rendimiento escolar y las relaciones personales.

Otros especialistas, como Andrew Huberman (Universidad de Stanford), señalan que el cerebro también necesita pausas sin estímulos visuales para recuperarse. La investigadora Sara Mednick propone "microdescansos" de 10 a 20 minutos para restaurar la atención y el control emocional. El gastroenterólogo Facundo Pereyra recuerda que una alimentación deficiente y una microbiota alterada pueden generar inflamación y perpetuar la sensación de cansancio.

La psicóloga Rocío Ramos Paul sugiere romper con la lógica de la agenda saturada, valorando el aburrimiento como herramienta regenerativa. Eve Van Cauter, de la Universidad de Chicago, advierte sobre las consecuencias metabólicas de la privación de sueño prolongada, mientras que Michael Bennett (Universidad de Nueva York) identifica en la hiperconectividad una de las causas más persistentes de agotamiento.

Los especialistas coinciden en que el cansancio actual es un síntoma complejo, que no se resuelve sólo con más horas de sueño. Requiere cambios en la forma de vivir, reducir la autoexigencia y recuperar espacios de desconexión real.

Diez recomendaciones para combatir el agotamiento:

  1. Mantener horarios de sueño regulares, incluso los fines de semana (Matthew Walker).

  2. Ajustar el descanso al propio ritmo biológico o cronotipo (Satchin Panda).

  3. Incluir momentos sin pantallas ni estímulos visuales (Andrew Huberman).

  4. Tomar siestas cortas de 10 a 20 minutos (Sara Mednick).

  5. Evitar la multitarea, que agota la atención (Conrado Estol).

  6. Escuchar las señales del cuerpo y la mente (Adriana Martínez).

  7. Respetar los espacios vacíos y el valor del aburrimiento (Rocío Ramos Paul).

  8. Cuidar la alimentación para prevenir la inflamación intestinal (Facundo Pereyra).

  9. Reducir la exposición a pantallas antes de dormir (Eve Van Cauter).

  10. Asumir que descansar es un acto de salud, no de pereza (Aric Prather).

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