Casas de Medio Camino: el puente hacia una vida autónoma

Mendoza apuesta a la salud mental comunitaria con nuevas residencias temporales que acompañan la reinserción social. Qué son, cómo funcionan y por qué son clave en los procesos de recuperación.

En un contexto donde la salud mental gana espacio en la agenda pública, Mendoza avanza con una herramienta central para el proceso de externación: las Casas de Medio Camino. Se trata de residencias temporales destinadas a personas que atraviesan una etapa de recuperación de su autonomía y buscan reinsertarse en la vida comunitaria, luego de un tratamiento o internación prolongada.

Estas casas integran la Red de Viviendas de Salud Mental de la provincia, junto con hogares, residencias asistidas y casas de convivencia. Su función principal es servir de transición entre el encierro hospitalario y la vida independiente, mediante un modelo de atención descentralizado que pone el foco en el territorio y en la cotidianidad.

En estas unidades, las personas aprenden a gestionar su día a día: hacen las compras, cocinan, mantienen controles médicos y se vinculan con centros de atención primaria. Cada vivienda cuenta con acompañamiento profesional, a través de trabajadores sociales o personal de enfermería, que orientan sin invadir la autonomía del residente.

La primera Casa de Medio Camino fue inaugurada en Costa de Araujo, Lavalle, y tiene capacidad para cuatro personas. A esto se sumaron otras dos viviendas en el predio del Hospital El Sauce, entregadas días después con la presencia del Instituto Provincial de la Vivienda y autoridades del área de Salud Mental.

Incluir y contener

Según el director de Salud Mental y Consumos Problemáticos, Manuel Vilapriño, "hay una enorme prevalencia de trastornos mentales, por eso es importante ayudar a quienes los padecen, ya que muchos pueden recuperarse. Es fundamental visibilizar estas problemáticas. Por ejemplo, en este momento, el suicidio y el consumo problemático se han extendido por toda la provincia, clases sociales y rangos etarios. La clave es que la sociedad escuche al que tiene al lado y no excluya ni expulse a nadie, para evitar que estas problemáticas aumenten aún más".

Además, se puso en marcha en Lavalle un Centro de Consumos Problemáticos para mayores de 14 años y sus familias, y se amplió el Servicio de Internación Infanto-Juvenil en el Hospital Ramón Carrillo, lo que refuerza una política que busca combinar prevención, tratamiento y acompañamiento en red.

El ministro de Salud y Deportes, Rodolfo Montero, destacó que las Casas de Medio Camino no sólo previenen recaídas, sino que permiten a las personas "escalar en su inserción social", a través de actividades cotidianas y de convivencia.

Este modelo -que ya se implementa en distintas jurisdicciones- promueve un enfoque que va más allá de la internación. En palabras de los funcionarios, se trata de transformar una lógica de encierro en una política pública centrada en la inclusión, la autonomía y la escucha.


Editó: Carina Pérez

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