Qué muestran las nuevas cifras sobre el agotamiento digital
Un estudio sobre hábitos de navegación revela que las interrupciones constantes, el exceso de redes y la falta de control en los navegadores son los principales factores detrás del desgaste online, especialmente entre los más jóvenes.
La vida digital, que alguna vez prometió simplificar rutinas y acelerar tareas, hoy genera un efecto contrario en buena parte de los usuarios. Para muchos, especialmente entre las generaciones más jóvenes, estar conectado dejó de ser cómodo y empezó a sentirse como una carga cotidiana. Las conclusiones del Informe sobre el Estado de la Navegación 2025, elaborado por Shift a partir de una encuesta a 1.000 adultos, dan cuenta de ese cambio: el 62% reconoce sufrir agotamiento digital de forma recurrente y casi la mitad percibe que su navegador los distrae tanto como los ayuda.
El desgaste no proviene únicamente del tiempo frente a las pantallas, sino del modo en que se navega: pestañas abiertas sin control, interrupciones continuas, redes sociales operando en segundo plano y un flujo permanente de estímulos.
Según el estudio, las notificaciones encabezan las causas del cansancio (24%), seguidas por la saturación de contenido en redes (23%) y por las noticias que irrumpen en la navegación (18%).
La herramienta central de uso diario -el navegador- terminó convirtiéndose en un espacio ruidoso en el que conviven trabajo, entretenimiento y comunicación sin ningún filtro.
La encuesta también muestra diferencias claras entre generaciones. Un 31% de los Baby Boomers asegura no sentir agotamiento digital. En cambio, entre los Millennials, el 35% dice experimentarlo de forma habitual y otro 30% admite tener dificultades para desconectarse. La Generación X se ubica en un punto medio, con el 44% afectado ocasionalmente. La tendencia es evidente: cuanto más intensa es la vida online, mayor es la sensación de saturación.
Frente a este escenario, los usuarios quieren recuperar control. El 92% pide navegadores que puedan adaptarse a sus necesidades y el 81% está dispuesto a cambiar de herramienta si encuentra una opción que reduzca el ruido y facilite la organización. La demanda apunta a lo esencial: menos distracciones, más orden, la posibilidad de dividir espacios personales y laborales y un sistema que permita trabajar sin interrupciones constantes.
El informe concluye que la solución no pasa por abandonar la vida digital, sino por transformarla en un entorno más amable. Reducir estímulos innecesarios, reforzar la atención y respetar los tiempos de descanso son acciones que impactan directamente en la energía diaria.
El desafío ya no es sumar funciones, sino diseñar tecnología y hábitos que acompañen en lugar de desgastar, permitiendo navegar sin que la navegación se vuelva una fuente permanente de agotamiento.