Identidad de género: cómo se aborda en Mendoza y qué tratamientos se pueden recibir

El médico endocrinólogo Pablo Ferrada, responsable del consultorio de hormonización de personas transgénero en el Hospital Central de Mendoza, explicó el proceso que se realiza en la provincia en cuanto a la identidad de género y aclaró algunos puntos centrales como la edad y los tratamientos que se llevan a cabo.

Los anuncios del gobierno nacional sobre las modificaciones en la Ley de Identidad de Género despertaron debate en la sociedad, con opiniones diversas y en algunos casos con poca precisión. El médico endocrinólogo Pablo Ferrada, responsable del consultorio de hormonización de personas transgénero en el Hospital Central de Mendoza, habló con Gabriel Conte, Evangelina Argüello y Hernán Bitar en "Tenés que saberlo", por Radio Post 92.1, y aclaró algunos puntos respecto a la ley y el tratamiento que se realiza en las personas trans.

"Estamos trabajando en relación a Ley de Identidad de Género desde hace más de 10 años desde su promulgación. Inclusive en el año 2014 Mendoza adhiera a la ley con una ley provincial que sigue los lineamientos de la ley nacional y desde entonces estamos trabajando fundamentalmente en dos centros asistenciales de mayor concurrencia, tanto para personas menores de edad como es el Hospital Notti, y personas a partir de 15 años, como es el Hospital Central. Venimos desarrollando en estos años una red de trabajo con centros asistenciales periféricos, tanto en Zona Sur, Valle de Uco, Zona Este debido justamente al extenso territorio", comentó Ferrada.

Sobre el proceso, el médico explicó que el primer paso que se da es la consulta, algo fundamental para la población trans tras la ley: "Para nosotros los especialistas, en su momento la formación tanto en pre como en postgrado en relación a tratamiento hormonal era inexistente o nula y las consultas también lo eran, a pesar de que estos tratamientos se desarrollaban habitualmente de forma autoadministrada con los riesgos que eso genera. El ya tener un lugar de consulta, un lugar en donde la persona va a ir a asesorarse y eventualmente iniciar o no un tratamiento hormonal, es un primer paso que consideramos fundamental".

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Respecto a esa primera consulta, el endocrinólogo explicó que la persona es abordada de forma integral: "Inicialmente vamos considerando sus antecedentes personales de salud para finalmente abocarnos a lo que es el desarrollo de su identidad de género. Y ahí es donde también hay que detenerse un segundito, porque cuando hablamos de identidad de género, hablamos de esta vivencia que tiene la persona, por un lado interna e individual, respecto a su género. No necesariamente hablamos de sexo ni de genitalidad, con lo cual es algo un poco más complejo. En estas últimas 48 horas, la verdad que han habido muchas palabras que se están utilizando que creo que por ahí no corresponde ni siquiera considerarlas como tal".

Sobre el correcto uso de los términos, Ferrada explicó que cuando se habla de sexo se refiere exclusivamente al sexo biológico por genitales, pero el concepto de género es más amplio: "Incorpora al sexo, pero también incorpora todo lo que es el contexto social de esa persona. Nosotros evaluamos que la consulta surja a partir de un proceso de historia de vida de esa persona y no indicamos hormonas a aquella persona que nos plantea que desde ayer siente un género distinto al nacer. Esto es un proceso que lo vemos tanto en adultos como en menores", explicó.

A su vez, el médico explicó que las cirugías tanto a nivel pectoral como a nivel genital son procedimientos que no se realizan antes de los 18 años: "Sin embargo, en esta propuesta de modificaciones se insiste mucho justamente en esto de la amputación, entiendo yo, genital en menores de esa edad, cosa que en la práctica médica no lo realizamos. También escuché en algunas de las declaraciones hablar de genitales o de una corporalidad saludable y sana. Una persona transgénero no ve necesariamente a sus genitales o a su corporalidad hablando del desarrollo mamario, de la tenencia o no de vello corporal, de los cambios en la voz cuando la persona se desarrolla en la adolescencia, como algo saludable. Esa persona trans es una persona cuya identidad de género se contrapone con esos cambios que naturalmente se están dando por su desarrollo puberal. Estamos hablando de un proceso que, si no se realiza, va a llevar de forma inexorable a procedimientos posteriores más complejos. Cuando vos tenés un paciente que consulta en una etapa pediátrica, nosotros no iniciamos tratamiento hormonal hasta que no inicia su desarrollo puberal, que se inicia a partir de los 10, 11, 12 años, dependiendo la velocidad de desarrollo de esa persona".

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Ferrada explicó que se trata con adolescentes y que cuando comienzan a desarrollarse cambios como el tono de voz en los varones, esos cambios son irreversibles: "Esa persona va a vivenciar su vida entera con esa voz masculina, a pesar de ser una persona con una identidad femenina. Para cualquiera de nosotros, probablemente eso sería algo menor: hemos estado en algunos momentos con alguna disfonía, con algún malestar en nuestro tono de voz, pero para una persona que todos los días tiene que levantarse y asumir un rol de género, no es algo menor".

Por otro lado, el médico explicó que el tratamiento hormonal que se realiza en la adolescencia es un tratamiento reversible: "El tratamiento médico con hormonas es un tratamiento reversible. Una vez que el tratamiento se detiene, por el motivo que fuese, las glándulas y las gónadas van a seguir funcionando de forma normal como lo vienen haciendo hasta entonces, con lo cual ahí hablamos justamente de la reversibilidad. El desarrollo de la identidad de género no es algo que inicia a los 18 años, nosotros no llegamos a los 18 años y de ahí en más decimos ‘somos un varón, somos una mujer', sino que es algo que se desarrolla de etapas mucho más tempranas en donde ni siquiera se ponen en juego cuestiones hormonales, porque nuestro cuerpo comienza a funcionar ‘hormonalmente' a partir del desarrollo puberal. Sin embargo, la identidad de género de un niño se empieza a desarrollar desde la edad inclusive en la cual comienza a tener lenguaje y comienza a tener participación con el resto de las personas que la rodean".

Ferrada marcó que no se plantea tratar a una persona hormonalmente cuando el proceso de identidad de género es incongruente o no ha llevado el tiempo y los hitos por los cuales se considera que el cambio es beneficioso: "Uno podría plantearse que en la adolescencia todos tenemos crisis, en nuestra personalidad inclusive, y dentro de eso aparecen muchas dificultades para establecer su orientación sexual, su rol de género, pero ahí justamente es donde tenemos que nosotros trabajar de forma preventiva, sobre todo para evaluar conductas de riesgo que puedan significar que aquella persona que no se identifica con el género con el cual nació termine con una conducta autoagresiva por justamente esa incongruencia que lo pone en riesgo inclusive de vida".

El médico explicó que la persona que decide sostener dicha identidad de género debe medicarse de por vida y que en la adolescencia el tratamiento que se hace es temporal y de bloqueo del desarrollo puberal: "El tratamiento en el adulto, para lograr los cambios que se establecen con tratamiento hormonal y mantenernos en el tiempo, requerimos un tratamiento de forma prolongada, prolongada significa para toda la vida".

Sobre las consultas, el médico explicó que son numerosas y a medida que el tema se va visualizando, crecen. Sin embargo, marcó que el número de pacientes que inician el tratamiento de bloqueo de desarrollo puberal es mucho más acotado: "En ese periodo de tiempo en el cual la persona se encuentra todavía inclusive desarrollando sus estudios, finalizando sus estudios primarios o iniciando sus secundarios, es muy importante trabajar con el entorno familiar para ver qué vivencias están teniendo al respecto de eso; y el entorno escolar, porque si no tenemos lo que es el desarrollo del bullying, a partir de una persona que no logra encajar en lo que corresponde a las pautas sociales de vestimenta, de lenguaje, de roles. En una primera instancia, antes del desarrollo puberal no hay ningún tratamiento médico, ni hormonal ni quirúrgico. Los tratamientos quirúrgicos se desarrollan después de los 18 años, con lo cual esta discusión que se genera con respecto al artículo 5 de la Ley de Identidad de Género realmente es una discusión que no tiene un fundamento científico claro. Y es ahí donde podemos discutir el porqué de estas discusiones".

Sobre los costos del tratamiento, Ferrada explicó que se han estado financiando de forma conjunta entre la Nación y Provincia y que las empresas de medicina prepagas y obras sociales lo cubren al estar en el plan médico obligatorio: "Acá nadie hace promoción de algo, no lo hago yo ni lo hace ningún otro endocrinólogo de nuestro equipo ni del equipo multidisciplinario que conformamos, sino que estamos al servicio para cualquier consulta que tengamos todos los días. Por supuesto uno puede promover en la población los buenos hábitos, porque sabemos que los buenos hábitos previenen el desarrollo de enfermedades y complicaciones, pero la realidad es que por lo menos no me ha tocado ver en ningún momento ninguna campaña de promoción de ‘cambiá tu género que con eso vas a ser más feliz'".

Además, el endocrinólogo habló sobre la importancia de la conformación de redes de trabajo: "Si uno tuviese que ir a hacerse ver viviendo en Malargüe por una faringitis a Mendoza o en Mendoza por un proceso renal a Buenos Aires, claramente verías que eso no está bueno porque las distancias, los tiempos no son los convenientes. Esto es exactamente lo mismo: las personas que nos dedicamos a esto no estamos destinadas 100% de esto y esperando que pase el rato para irnos a la casa de nuestro trabajo porque no tenemos otra cosa que hacer. Hacemos esto y hacemos las tareas de todos los días. Yo soy endocrinólogo y atiendo personas que tienen problemas de tiroides, problemas de diabetes. Somos un recurso humano capacitado para llevar adelante una temática que eventualmente no está al conocimiento de todos los profesionales y que damos un servicio de calidad y de rigor científico".

Ferrada recalcó que la identidad de género no es un invento argentino sino que es algo que se discute en todo el mundo y que las guías clínicas que se utilizan están científicamente comprobadas y desarrolladas por países de primera línea mundial: "En la actualidad nosotros estamos conduciendo el tratamiento hormonal en aproximadamente mil personas, tanto varones como mujeres trans a partir de los 15 años en adelante porque el Hospital Central a eso se dedica. Esas mil personas están distribuidas como está distribuida la población de Mendoza en cada una de las regiones sanitarias, el Gran Mendoza es la que más números se lleva. Tengamos en cuenta que en el último censo 2022 en Argentina se incluyó una pregunta en la cual uno podía contestar si su identidad de género era concluyente o no con su género asignado al nacer. Hago referencia a eso porque hoy es es lo más importante que tenemos en estadística a nivel nacional. Ese número para Mendoza, y teniendo en cuenta que esa pregunta fue hecha para personas de 18 o más años no en menores, corresponde aproximadamente a unas 10 mil personas. O sea, unas 10 mil personas en Mendoza hace dos años respondieron que su identidad de género no coincidía con la asignada al nacer. De ese grupo en Mendoza, las personas que llegan a la consulta y que están en tratamiento, claramente es un número menor".

Finalmente, el médico señaló que el equipo interdisciplinario que interviene está compuesto por profesionales de diferentes características: "Tenemos la participación del médico clínico, que inclusive es el que se encuentra en la periferia; como los endocrinólogos no somos muchos, por lo menos en Mendoza, y hablando de esto del uso de recursos y de la fuente económica, en la periferia tenemos médicos clínicos que han sido formados en la temática no para iniciar ni conducir un tratamiento hormonal, sino para hacer el control clínico de ello y eventualmente la derivación cuando se crea conveniente. A ello le sumamos la participación de salud mental, tanto con psicólogos, con sexólogo clínico, con psiquiatra; también hay participación, sobre todo en el ámbito de menores, de todo lo que es el conjunto de trabajo social, que es el que por ahí tiene un trabajo muy importante fuera de las paredes del hospital en el ámbito social de la persona. Y a eso también se suma todo lo que es el equipo de cirugías para pacientes mayores de edad y ahí tenemos cirujanos plásticos, cirujanos urólogos. Y de forma indirecta tenemos todos aquellos medios de diagnóstico que son necesarios para iniciar y para seguir un tratamiento: laboratorio, estudios por imágenes, que son parte del seguimiento del tratamiento como cualquier otra persona", concluyó.

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