Cómo funciona y para quiénes está indicado el nuevo medicamento para la obesidad
El fármaco, que actúa aumentando la sensación de saciedad y reduciendo el hambre emocional, se presenta como una herramienta complementaria para tratar la obesidad. Los especialistas advierten que requiere supervisión médica, cambios alimentarios y conductuales, y tiene un costo elevado.
Un nuevo medicamento para el tratamiento de la obesidad está disponible en Argentina, generando expectativas entre pacientes y especialistas. Se trata de una formulación de semaglutida en dosis más altas que las utilizadas para la diabetes, diseñada específicamente para ayudar a reducir el peso corporal.
Según la doctora Rosa Labanca, miembro de la Sociedad Argentina de Nutrición, la medicación actúa principalmente de dos formas: aumenta la sensación de saciedad, lo que permite que las personas coman porciones más pequeñas, y reduce el hambre emocional mediante efectos sobre el sistema nervioso central. "Básicamente actúa porque quita el hambre, o mejor dicho, aumenta la saciedad; la persona puede realizar un plan alimentario de forma más confortable y adherirse mejor al tratamiento", explicó.
Sin embargo, la especialista advirtió que el medicamento no reemplaza los cambios de hábitos. "El que lo va a sostener en el tiempo son los cambios conductuales, trabajados con el nutricionista. Si no, cuando se deja de inyectar, se volverá a la situación inicial", señaló.
El fármaco presenta algunas contraindicaciones: personas con cálculos vesiculares, antecedentes de pancreatitis o ciertos tipos de cáncer de tiroides deben evitarlo. Aun así, la doctora aclaró que la mayoría de los pacientes obesos pueden utilizarlo de manera segura, incluyendo jóvenes a partir de los 12 años y adultos hasta los 70, siempre bajo supervisión médica. Además, puede aportar beneficios en el hígado graso, colesterol y salud cardiovascular.
Los efectos secundarios, en general moderados, afectan principalmente el aparato digestivo e incluyen náuseas, vómitos o diarrea. "Si se respeta el plan alimentario, los efectos colaterales son mucho menores", destacó la especialista.
En cuanto al costo, el medicamento es elevado y en la mayoría de los casos no está cubierto por prepagas, aunque algunos laboratorios ofrecen descuentos. La doctora enfatizó que, pese a la popularidad de la medicación, "lo más importante sigue siendo trabajar con profesionales capacitados y enfocados en la alimentación y el tratamiento conductual".
Los argumentos de la Anmat
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) autorizó su uso para adultos con obesidad o sobrepeso con enfermedades asociadas al peso, y también para adolescentes a partir de los 12 años, siempre bajo supervisión médica.
La semaglutida pertenece a una familia de medicamentos conocidos como agonistas del receptor GLP-1. Su acción imita a una hormona natural que regula el apetito y la saciedad. Al actuar sobre el sistema digestivo y el cerebro, reduce el hambre, aumenta la sensación de plenitud y ayuda a consumir menos calorías.
Los resultados clínicos son contundentes: en promedio, los pacientes redujeron su peso corporal un 17%, y uno de cada tres logró perder hasta el 20%. Además, los estudios evidenciaron mejoras significativas en parámetros cardiovasculares y metabólicos, una combinación clave en personas con obesidad, diabetes o hipertensión.
El medicamento fue desarrollado por el laboratorio danés Novo Nordisk, el mismo que creó Ozempic®, indicado para la diabetes tipo 2.
Un problema de salud pública
En la Argentina, seis de cada diez adultos viven con sobrepeso u obesidad, según datos del Ministerio de Salud. El médico nutricionista Alberto Cormillot lo resume de forma tajante: "La obesidad es una enfermedad crónica".
Cormillot destaca los efectos antiinflamatorios y cardiorrenales de la semaglutida, pero advierte que no es una solución mágica: "Sin cambios en los hábitos, no sirve. Tiene sentido solo dentro de un tratamiento supervisado, con alimentación adecuada y actividad física".
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que una de cada ocho personas en el mundo vive con obesidad, lo que equivale a 890 millones de individuos, y que 2.500 millones de adultos tienen sobrepeso. Entre niños y adolescentes, más de 550 millones presentan exceso de peso u obesidad.
El tratamiento y sus resultados
La semaglutida se aplica una vez por semana mediante una inyección subcutánea. En los ensayos internacionales STEP y SELECT, además de la reducción de peso, se observó una disminución del 20% en el riesgo de eventos cardiovasculares mayores, como infarto o ACV, y una reducción del 19% en la mortalidad general.
Los estudios clínicos y de vida real coinciden en que la semaglutida reduce la inflamación sistémica y aporta beneficios en la salud cardiovascular, renal y metabólica. En el estudio SELECT, se observó una disminución del 23% en la necesidad de procedimientos coronarios y una reducción del 42% en el riesgo de infarto o ACV no fatal respecto a tratamientos convencionales.
El perfil de seguridad ha sido validado en más de 34 ensayos clínicos con 48.000 pacientes y siete estudios de vida real con otros 8.500 participantes, incluyendo adultos mayores, adolescentes y personas con múltiples comorbilidades.
El impacto de la obesidad sobre la salud pública es enorme: el 70% de las muertes en personas con exceso de peso se deben a enfermedades cardiovasculares, y la mortalidad vinculada al sobrepeso se triplicó en las últimas dos décadas.
También existen efectos económicos y sociales. Quienes viven con obesidad enfrentan hasta un 80% más de gasto en medicamentos y casi un 50% más de internaciones que quienes tienen peso normal. Además, el riesgo de depresión aumenta un 55%, lo que muestra el vínculo entre obesidad y salud mental.