La pandemia cambia lo urbano: más de una propiedad en venta por cuadra
La Ciudad de Mendoza muestra cabalmente, con solo dar una vuelta por sus calles, la situación de crisis generada por la pandemia y la economía, en donde familias se deshacen de sus tradicionales propiedades e invitan con ello a una reconfiguración del espacio urbano.
La Ciudad de Mendoza y sus alrededores se ha transformado en una gran exhibidora de compra venta inmobiliaria. No hay manzana sin un cartel de venta o alquiler, en el mejor de los casos. Y aun pueden ser más las propiedades a la venta, atento a que muchos no transan sus viviendas mediante intermediarios que colocan esos avisos para cazar interesados, sino que lo hacen por otros métodos.
Hay zonas emblemáticas en plena situación de reconfiguración, situación que solo es postergada en el tiempo por las regulaciones que todavía pretenden contener la situación bajo características prefijadas, pero que más temprano que tarde empezarán los reclamos, fundamentalmente luego de que algunas propiedades no puedan ser utilizadas como viviendas unifamiliares debido a su tamaño.
Qué será de la avenida Emilio Civit
Eso ocurre, por ejemplo, en la avenida Emilio Civit. Cuando Memo abordó el tema había media docena de edificios en venta y un par de casas que, tras ser demolidas, fracasaron los proyectos planteados sobre esos terrenos que quedaron baldíos y juntando yuyos.
Ahora, la coqueta calle de acceso al parque San Martín luce una docena de carteles de venta y al menos tres propiedades están en proceso de reciclado. Esto último, parece garantizar la continuidad residencial. Y aunque la posibilidad de negocios gastronómicos está limitada legalmente a cafés que no pueden ocupar las veredas, hay muchas de las grandes casonas que albergan empresas.
"Es carísimo mantener mansiones en estos tiempos y no se trata solo de crisis o quiebra, éxodo o fallecimiento de los jefes de familias que otrora eran millonarias, sino que también hay un cambio cultural", analizó en diálogo con Memo un antiguo habitante de la Civit que resiste, pero no sabe hasta cuando, debido a que la casa le queda grande.
El otro fenómeno fue señalado en este diario por la experta Fanny Cruz, cuando analizó: "Si hacemos un recorrido por la provincia comprobaremos que la actividad comercial y bursátil se redistribuyó. Ya no hay un solo centro comercial. Como sucede en otras grandes ciudades. El fenómeno de la aparición de los nuevos clusters urbanos también aparejó la necesidad de centros comerciales para asistirlos, basta con ver cómo esto se ha multiplicado en el departamento de Maipú con magnificencia".
Destino microcentro, destino Emilio Civit
En el Barrio Bombal puede apreciarse este fenómeno de igual modo, pero nadie puede afirmar categóricamente que el vecindario se esté mudando hacia las afueras, ya que hace tiempo se paralizó el éxodo masivo a barrios cerrados y countries por las distancias intransitables por explosión vehicular entre donde se vive y donde se trabaja. Es más: en algunos casos, hay testimonios de un fenómeno inverso, en el que se ponen en alquiler las viviendas de las afueras y vuelven al Centro.
Los gimnasios pospandemia no serán cocheras recicladas para activar el culto al cuerpo, sino que ya requieren de amplios espacios para poder sumar más gente, afrontar así sus costos fijos y poder ganar algo, pero además, cuidar la salud de los clientes.
Los bancos van abandonando las locaciones, que quedan como testigos de otros tiempos en las esquinas de Mendoza, para pasar a ser centros integrados a otros núcleos comerciales, mientras se encaminan hacia la digitalidad total, que parece ser el destino, para alcanzar a las fintech.
Los espacios de coworking que aparecían como salida a edificios vacíos, tuvieron un freno debido a las condiciones de la cuarentena, pero empiezan a reactivarse con un refresh de los cálculos previos de superficie interna y redistribución de espacios, para no amontonar gente.
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Así, la Ciudad de Mendoza y varias zonas urbanas cercanas se están replanteando, pero no responde a un plan sino que resulta al revés: la situación, no esperada, no planificada ya que es una respuesta de la gente a la crisis, terminará por generar una nueva característica y a armar planes específicos para evitarla decadencia de los sectores. Esa es una tarea en marcha y que no admite ocurrencias, sino mucho intercambio con la población y administración de datos reales disponibles en torno a los nuevos usos y costumbres sociales.