Durán Barba: "La muerte de Cristina habría incendiado Argentina como ocurrió con el crimen de Gaitán en Colombia"
El consultor ecuatoriano habló sobre qué está pasando en América Latina, qué factores determina hoy el voto de la gente y quién podría ser presidente en Argentina. Entrevista a fondo.
"La muerte de Cristina habría incendiado a Argentina como incendió a Colombia la muerte de (Jorge Eliécer) Gaitán", fue la respuesta del consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba ante la consulta por el hipotético escenario que se habría dado si el atentado contra Cristina Kirchner finalmente se concretaba.
En una entrevista exclusiva con Memo, retransmitida en "Tormenta de Ideas", Durán Barba destacó que, en el actual clima de enfrentamiento, en Argentina puede terminar ganando un outsider parecido al peruano Castillo, "ese señor que asomó en el último mes con un sombrero y un caballo y que ganó porque la gente está harta de los políticos".
-¿Qué genera este rechazo que hay a los oficialismos en América Latina?
-En parte tiene que ver con los partidos y en parte con la sociedad. Después de la pandemia, todos estamos agrios. Cuando alguien cruza un coche en una ruta, quieren agredirlo a trompadas. Esto pasa en todos los países. Estadísticamente, los divorcios han subido de manera descomunal, como los asesinatos. Perú está medio disuelto, sin posibilidad de gobernabilidad de Castillo, igual que en Ecuador. En Chile, Boric es el presidente peor evaluado de la historia reciente. En todos lados hay un clima de enfrentamiento, de pelea; las ideologías que antes nos dividían, desaparecieron, y ahora son peleas más personales, por pequeñas cosas. Ya no existe la pelea entre comunismo y democracia.
-¿Esta segmentación al extremo es la que genera tribus irreconciliables o son un fenómeno de la pandemia?
-Es un fenómeno propio de la tercera revolución industrial, que tiene como eje el desarrollo de la computación, que provocó un crecimiento impresionante de la ciencia y del internet, que cambió la mente de la gente. Somos seres humanos distintos: nos vinculamos directamente con otros seres humanos a través de la red, prescindimos de religiones, partidos e ideologías. Además, los algoritmos hacen que usted se comunique con personas semejantes, y así asoman asociaciones como los terraplanistas. Es una idiotez, pero muchos idiotas pueden reunirse gracias a los algoritmos. Pero si usted se comunica sólo con semejantes, termina pensando que hay una sola verdad. Lo mismo le pasa a los que piensan distinto a usted, y se crean islas de personas que creen que ellos tienen la única verdad. Por eso se ha formado esta nueva forma de hacer política con bolsas de retaso. En Chile, Boric encabezó una colcha de retazos y lo apoyaron grupos que defendían derechos de las mujeres, de gays, de mapuches, la vida de las focas en la Antártida, etcétera, pero cada grupo creía que su utopía de un metro cuadrado era "la" utopía. El que lucha por el derecho de las mujeres no le importa nada más, entonces se forman islas. Nosotros teníamos utopías más grandes, luchábamos por la igualdad. Ahora resulta que con un tuit casi le arruinan el lanzamiento de campaña a Trump cuando un millón seiscientos mil adolescentes le reservaron sillas simplemente para reírse. Los chicos por TikTok fueron reservando sillas por internet para después dejarlas vacías. Los Servicios de Inteligencia no se dieron cuenta, nadie se dio cuenta, armaron un enorme escenario para recibir a más de un millón de personas. Esos jóvenes no eran demócratas, pero odiaban a Trump por su misoginia, odio a los gays y racismo, y decidieron hacerle una broma. No será un tema serio, pero es importante. Están sucediendo cosas que no sucedían antes.
-¿Qué visión tiene de lo que pasó en Brasil el domingo pasado?
-Yo le anticipé a amigos míos que ayudaban a Lula que no consiguieran apoyos de partidos porque eso les quitaba votos. Fíjense que Lula consiguió el respaldo de candidatos a presidente, pero la gente votaba contra los partidos. La mitad de Brasil votó en contra de todos los partidos que apoyaban a Lula. Fíjense que Lula estuvo apoyado por todos los dirigentes importantes, todas las universidades, la mayoría de empresarios, los medios de comunicación, todos apoyaron a Lula, y apenas superó el 50%.
-Si uno lee su libro "El arte de ganar", de 2010, imaginaría que para 2022 Francisco De Narváez sería presidente de Argentina y Andrés Manuel López Obrador sería un político mexicano retirado. ¿Por qué pasó todo lo contrario?
-Francisco fue víctima de la enfermedad del poder, o la enfermedad del palacio. Cuando los políticos tienen triunfos enormes, se enferman, se creen dioses, y cometen tonterías. Francisco hizo una campaña increíble, era una persona muy poco conocida y enfrentó a una lista en la que estaban Kirchner, Scioli y Massa, políticos de primer nivel, y era seguro que iban a sacar 60% o algo así. La expectativa de Francisco era sacar un 10 o 12%. Fue una campaña calculada al milímetro, motivo de estudio, y de pronto ganó sin que él creyera que pudiese ocurrir. Ese día almorzamos y nos preguntó por cuánto perdía, y nosotros con Santiago Nieto le dijimos que iba a ganar. Cuando ganó, de pronto le entró el hubris, pensó "le he ganado a Néstor Kirchner y entonces debo ser presidente de Argentina". Quiso armar inmediatamente una campaña presidencial, atropellado, haciendo disparates, y se hundió.
-¿Hay que tachar a Macri de la lista de candidatos de Juntos por el Cambio para 2023?
-Macri tiene un amplio conocimiento, buena imagen en un sector, pero fuerte resistencia en otro. Dentro de su partido, Rodríguez Larreta tiene menos seguidores, pero también menos gente que lo odia. Macri puede ser candidato, pero si usted pretende romper todas las corporaciones de un país corporativista como Argentina, va a tener problemas. Veo que el Frente de Todos tiene un problema descomunal; la única candidata fuerte es Cristina Fernández, que tiene negativos demasiado altos. ¿Significa que ha ganado la oposición? De ninguna manera. ¿Quién puede ganar? Castillo, ese señor que asomó en el último mes con un sombrero y un caballo y que gana porque la gente está harta de los políticos.
-¿Podría ser Milei esa persona?
-Podría. A veces tiene tesis demasiado estrafalarias, como eso de vender los órganos. Le voy a mencionar dos casos de políticos que tienen éxito, por los cuales no tengo ninguna simpatía y jamás los votaría: Donald Trump y Jair Bolsonaro. En Estados Unidos, teniendo la oposición de los intelectuales, las universidades, el establishment, etcétera, Trump desgraciadamente me parece que puede ser presidente de vuelta. Tiene una popularidad descomunal y el presidente Biden está muy mal evaluado. Junto con Bolsonaro, son outsiders de la política que atraen.
-En la interna del PRO da la impresión que Bullrich representa más al pueblo y que podría terminar pasando algo como lo que ocurrió con Menem en el 89, ganándole la interna a Cafiero.
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-Patricia es una mujer muy valiosa, apasionada, yo creo que al rato se le fue una frase desafortunada. Horacio es una persona muy preparada, que estudió economía en Harvard, que habla muy bien francés e inglés, alguien que está incorporado al mundo, igual que Macri. Por eso ambos felicitaron automáticamente a Lula. Tampoco cabe ir de barrabrava sin que lo inviten a hacer hurras como hizo el presidente Fernández. ¿A ustedes les parece que el año que viene si gana Fernández venga Lula a Argentina con medio gabinete a felicitarlo? Lula es un personaje muy importante.
-¿Qué hubiese pasado en Argentina si mataban a Cristina?
-Habría sido terrible. Fue una banda de personas marginales que decidieron hacer una chifladura totalmente repudiable. Los copitos eran personas estrafalarias que hacían cosas bastante idiotas, no me imagino a Lenin vendiendo copitos para hacer la revolución soviética. Si la mataban, nadie habría entendido qué pasó. La muerte de Cristina habría incendiado a Argentina como incendió a Colombia la muerte de (Jorge Eliécer) Gaitán. Una gran avanzada de personas del conurbano sobre la Recoleta, incendiando la Recoleta; yo tengo mi departamento a dos cuadras del de Cristina, habría quedado hecho asado. El primer ministro japonés (Abe) también fue asesinado por un chiflado, al igual que John Lennon... A mí los copitos me hacen acordar al grupo de anarquistas que en un cementerio de Buenos Aires pusieron una bomba en la tumba del general que fundó la Policía Federal (Ramón Falcón) y una de las activistas quiso tomarse una selfie y terminó en un hospital. Eran personas que estaban fuera de la lógica formal de la política. Grupos así hay en todos lados y no creo que tengan vinculación con políticos importantes. Hay que tener más cuidados de los locos que de los militantes políticos, porque una cosa así puede pasar con cualquiera en cualquier momento, y más en esta sociedad de internet en la que cualquier loco se comunica con cualquier loquito.