Unos necesitan de la oscuridad y otros se montan en su soberbia: olvidan que la ciudadanía castiga

Las negociaciones por las candidaturas están requiriendo de una dosis de oscuridad, algo que va más allá de las metáforas. Unos cortan la luz. Pero otros cierran las cortinas y no les gusta que la prensa les pregunte, hasta que las decisiones estén consumadas. Después, sus errores los pagamos con involución.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

El cierre de listas de la Provincia de Buenos Aires para sus elecciones de septiembre puede ser un espejo anticipatorio de lo que suceda en Mendoza, que votará el 26 de octubre. Eso es bueno y es malo.

Bueno, en tanto no se cometan los mismos errores, en donde el oficialismo pone a cualquiera en puestos de representatividad que luego tendrán que tomar decisiones importantes, sepan o no de los temas, y en el cual el peronismo necesitó hasta de un corte de luz "programado" para que no saliera a la luz la pus de su infección interna, prorrogándose el horario límite.

Aquí hemos hablado solo de dos de las muchas opciones electorales, siguiendo el modelo de la polarización, pero las críticas podrían llegar también al resto, en donde hubo codazos, subidas y bajadas, cambio de partido de último momento, en un show que asusta: ¿por qué desean con tantísima fruición sumarse a lo que debiera ser un "servicio público" con algún nivel de excelencia?

En Mendoza lo que se está viendo en el peronismo es triste, pero no lo deja solo en las posibilidades de que terminen por ofrecerle un chasco como propuesta electoral a la sociedad.

No hay nadie preparando un plan alternativo para Mendoza, solo tensando cuerdas, gritando, hablando mal del otro, sea "compañero" o no. Lo único que parece aportarle nuevas "vidas" a su videogame político es "pegarle" al gobierno de Alfredo Cornejo, pero lo hacen a tontas y a locas, creyendo que eso es ser oposición.

En el oficialismo, en tanto, con la espada de Damocles amenazante de un triunfo casi cantado y "porque sí" de LLA, demuestran signo de un brote típico de su "especie" de soberbia: mirar todo por sobre los hombros del promedio de la sociedad, reaccionar burlonamente ante periodistas que no preguntan lo que quieren contestar.

Por allí plantearles desde el radicalismo a los periodistas cosas tales como "ustedes preocúpense de la pavada que nosotros ponemos los candidatos" lo que hace es lo mismo que consiguió de sus amigos que manejan la palanca de la luz en La Plata los peronistas: déjennos trabajar a oscuras.

Lo hacen porque están solos, nadie los alcanza. Pero eso no los hace buenos automáticamente. Es al revés: en lugar de aprovechar su ventaja comparativa de tener un plan y aplicarlo con decisión y armoniosamente, actúan envalentonados con un tono despectivo y altanero que ya en otras oportunidades los ha postrado en la derrota.

Es que todos olvidan que la ciudadanía no es tan tonta como creen y castiga.

Si no corremos las cortinas para que entre la luz a las mesas de negociación de las candidaturas, criarán vampiros y Mendoza ya vio cómo luego de ser elegidos se van para cualquier lado, resultan inútiles o inocuos -para los casos importantes, lo mismo- y seguimos perdiendo años de evolución.

¿Por qué cree la dirigencia política que se pierden las elecciones? ¿Por un problema de "cancha inclinada", porque los dados de la suerte jugaron azarosamente? ¿Porque el algoritmo les jugó en contra?

No.

La sociedad se equivoca y también corrige sus equivocaciones. Y lo hace con el voto.




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