Hay proyecto de presupuesto y, por supuesto, hay polémicas

El análisis de Rodolfo Cavagnaro del proyecto de Presupuesto 2026 anunciado por Javier Milei y presentado al Congreso por la Casa Rosada.

Rodolfo Cavagnaro

Hace mucho que no tenemos un escenario de presentación del Presupuesto nacional y, cuando se hacía, nadie le daba importancia porque la inflación desdibujaba todos los números. Ahora, el presidente Milei anunció el envío del Presupuesto 2026 y, por supuesto, aparecieron las críticas. En realidad, como su nombre lo indica, lo presentado es un supuesto, no un cálculo que debe ser preciso si no una aproximación.

En este caso, el proyecto de Milei genera controversias por el cálculo del precio del dólar, la que calcula un valor para 2026 y 2027 que sería casi similar al actual. En la lógica del gobierno, el precio del dólar podría evolucionar si hay emisión monetaria y Milei propone una norma para penalizar a los funcionarios que emitan dinero.

Otra de las controversias se da en cuanto al crecimiento, ya que el gobierno calcula que este año crezca un 5,4%, un 5% en 2026 y otro 5% en 2027. Siempre los presupuestos de los gobiernos son optimistas, porque es una forma de darle esperanza a la población. Para dar explicaciones de los porqués no se cumplieron algunas pautas, siempre hay tiempo. También calculó una inflación del 24% para este año y del 10% para 2026 y del 5% para 2027.

Un sindicato que, si no cambió de bando, anda en eso; unos "emputecidos" con Milei y la campaña del mate y poco más

La novedad en este proyecto es el anuncio de mejoras en los ingresos de jubilados, de un 5% sobre la inflación, que es poco, pero que es una limitante de este gobierno y de cualquiera. Pero es que la pauta principal es sostener el superávit fiscal, aunque da pie a cierta flexibilidad cuando dice "o al menos equilibrio fiscal" lo que indicaría cierta predisposición a negociar con la oposición.

Es real que hubo una real moderación en el tono del discurso de Milei, aunque dicen los que estaban cerca que dijo "díganme qué decir, pero no me digan que hacer". Es decir, se mantiene fiel a sus principios, aunque es realista en cuanto a que debe tener una actitud negociadora.

El lunes se supo de transferencias a provincias, como una forma de acercar negociaciones con mandatarios que antes eran amigos y ahora están enojados. La novedad, también, es que el presupuesto promete mejorar el reparto de los fondos discrecionales (realmente, dejarían de ser discrecionales) y, además, prometen volver, suavemente, aprometer inversiones públicas en obras nacionales en rutas, agua potable y otras en varias provincias.

A medida que se vayan estudiando los contenidos del proyecto seguramente seguirán los debates, pero es saludable que esto vaya al Congreso y se debata, aunque hay que considerar que la oposición no puede imponerle un proyecto de Presupuesto al gobierno, porque es una herramientas básica de la gestión y por eso no se puede imponer desde la oposición.



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