La Justicia de Familia patea 6 meses para adelante los turnos para resolver conflictos
Si no funciona la dependencia judicial que debe ayudar a resolver conflictos, hay injusticia, además de desidia, desinterés por su función y carencia de compromiso.
Por lo tanto, por ejemplo, expedientes abiertos con reclamos simples, pero de alta repercusión en la vida familiar, duermen hasta que haya dictamen de ese cuerpo, que tal vez dure cinco minutos de pericia, tras 6 meses de espera.
Las quejas de los afectados dan cuenta que la cantidad de profesionales es escaso, pero que además se turnan con licencias o ausencias por diversas razones y es eso lo que demora las pericias y no una cuestión inherente al procedimiento.
De tal forma, la Justicia, por acción u omisión, agrava los conflictos en lugar de solucionarlos ya que, por solo tomar un ejemplo, un padre separado que está reclamando un régimen de visita a sus hijos tiene 6 meses por delante sin que se expida el Poder Judicial porque le han dado turno para que en mayo hagan una pericia de 5 minutos.
En todo ese tiempo, los conflictos serán, seguramente, asumidos por los niños, lo cual verifica que la burocracia triunfa, que los controles no están presentes hacia los profesionales y funcionarios y que hacen lo que quieren con los recursos que tienen, que tal vez sean pocos... o muchos: no lo sabemos, ya que solo vemos los resultados, familias abandonadas que deben ajustarse a los tiempos de las dependencias que parecen, por otra parte, no tener demasiado interés en cumplir con su trabajo.
El funcionamiento del Estado y, sobe todo, de la Justicia, se ve por sus consecuencias y esta es una. ¿Qué pasará en las Fiestas con esas familias que quieren definir quién ve cuándo a sus hijos? Si la resolución del problema que demora la Justicia se vuelve violencia, caerá en otro juzgado, y así sucesivamente. Un círculo vicioso.