Historia

Encuentros papales: Belgrano no necesitó la foto; paradojas, similitudes, sobreactuaciones y buenas lecciones

Gustavo Capone recoge las relaciones de prominentes argentinos con los papas y lo contrasta con la relación de alto nivel intelectual de Manuel Belgrano en sus debates con los jerarcas del Vaticano.

Desde que empezó la democracia hubo muchos encuentros entre presidentes argentinos y pontífices. Y si bien a lo largo de la historia nacional las relaciones entre Argentina y el Vaticano fueron habituales, y en ocasiones hasta tensas llegando a romperse, es oportuno repasar someramente solo algunas de las reuniones acaecidas desde 1983 hasta la fecha.

El otro punto del presente escrito, además de comparar los distintos momentos de la historia reciente, es contraponer el comportamiento y las lecciones de otro referencial compatriota, como Belgrano, en su vinculación con la Santa Sede

Y aunque vivió en un tiempo distinto (su vinculación con el Papa Pio VI a través de la relación directa de los asesores papales se dio a fines del siglo XVIII) y no ocupó la primera magistratura, vale la comparación histórica. Belgrano, no necesitaba la foto. Iba a estudiar y a debatir en serio.

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 Los encuentros entre Cristina Kirchner se multiplicaron. Fueron siete, aunque algunos de esos encuentros se dieron en Brasil, Paraguay y Cuba.

En el primer encuentro, tras la audiencia en la residencia Santa Marta, Cristina le regaló un mate al Papa. El humor y el clima entre ellos había cambiado. Las cosas estaban en orden. Cristina en ese instante le explicó a Francisco la enorme significación y simbolismo que representaba el mate para los argentinos. Bergoglio le recordó que había nacido en Flores.

"Frio, frio, como del agua de río"

Surgirá al tiempo una nueva oportunidad para las conjeturas y las especulaciones. Macri visitará a Francisco en dos oportunidades. En su primera visita el por entonces Gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, será parte de la comitiva oficial, aunque no participará de la audiencia privada. Ese es un encuentro iconográfico. Duro 14 minutos. La foto de Francisco y Macri, con el gesto serio del pontífice sentenciaron el encuentro.

Belgrano rompió el molde

Es cierto que todos los caminos conducen a Roma. Es bueno también saber cómo se llega.

Retrocedo en el tiempo. Como expresamos anteriormente, pondré un viejo ejemplo histórico que relacionaron a un Papa con un compatriota.

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Manuel Belgrano fue un testigo directo de los cambios políticos y sociales en plena Revolución Francesa. Vivió intensamente el clima de ideas de la época. Era estudiante de Derecho. Pero no solo eso. Era el presidente de la Academia de Derecho Romano, Política Forense y Economía Política de la Universidad de Salamanca. Universidad que tiene más de 800 años de historia.

En exclusivo mérito a su reconocimiento académico obtuvo un permiso especial del papa Pío VI para "leer y retener todos y cualesquiera libros de autores condenados y aun herejes, de cualquier manera que estuvieran prohibidos, custodiando sin embargo que no pasen a manos de otros" (textual). 

Así pudo tomar contacto con las ideas de Rousseau, Voltaire, Montesquieu, Adam Smith y el fisiócrata Quesnay. Hasta ese momento todos "pecadores". Debatió con los máximos consejeros de Pio VI son las ideas de estos. Sus escritos fueron consulta constante de teólogos y asesores papales. Básicamente Belgrano les decía: "¿A qué tenían temor para decidir prohibirlos?".

El argumento de Belgrano fue Francisco Suarez, jesuita, 200 años antes había escrito el "Tractatus de legibus ac Deo legislatore" (1612), donde ya se encontraba la idea de pacto social y definía un nuevo concepto sobre soberanía: "el poder es dado por Dios a toda la comunidad política y no solamente a determinadas personas", con lo que esbozó el principio de la democracia.

Síntesis: Belgrano le diría hipotéticamente al Papa: "Los pecadores que censuran han estudiado de Suarez. Eso que critican, la iglesia ya lo decía dos siglos antes". Tenía razón. Eso es marcar agenda y presencia.

Conclusión

Para eso serviría ir al Vaticano. En el fondo, "lo que naturaleza no da, Salamanca no presta". Belgrano no necesitaba minutos, ni foto, ni regalos, ni que los curas sonrieran. Belgrano tenía "madera", o sea naturaleza. Y también, libros de Salamanca. Eso sigue vigente siempre cobrando mucha actualidad.

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