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¿A quién le prestan los bancos la plata de sus ahorristas?

En los países con una economía normal y desarrollada, la lógica indica que los bancos usan los fondos de los ahorristas para financiar proyectos en el sector privado. Sin embargo, en la Argentina ese dinero está yendo a otra parte, por las particularidades de la economía local.

El 90% de los depósitos privados que los ahorristas dejan en los bancos argentinos terminan sirviendo para el financiamiento del Estado en medio del déficit fiscal.

Es decir, 9 de cada 10 pesos de los ahorristas son invertidos en deuda pública a través títulos emitidos por el Banco Central como las Letras de Liquidez o los bonos del Tesoro.

En otros países los bancos hacen algo similar, pero el dinero de las personas se mueve a través de préstamos al sector privado que necesita financiar distintos proyectos. La ganancia de los bancos es el diferencial de tasas entre préstamos y depósitos. 

 Sin embargo, en la Argentina la mayor parte de los depósitos que reciben los bancos de empresas e individuos no vuelve al sector privado, sino que es redirigido a la compra de deuda pública.

De acuerdo a un informe de la consultora de Gabriel Rubinstein & Asociados, difundido por Infobae, esta relación está en su pico máximo de los últimos tiempos.

De acuerdo a los datos de la consulta, el 90% de los depósitos en pesos del sector privado están colocados en instrumentos que emite el BCRA (62%) o el Tesoro (28%). Indicó que esta exposición creció fuertemente desde marzo de este año y se consolida en el rango que va del 85% al 90%, entre el cual fluctúa hace muchos meses.

Si se compara con el año pasado, el 78% de los depósitos iba a deuda pública, número aumentó de manera importante en los últimos 12 meses.

El informe indica, además, que el 62% de los depósitos privados se encuentra colocado en instrumentos emitidos por el BCRA para absorber dinero excedente y un 28% en letras del Tesoro.

La tasa nominal anual que el BCRA les paga a los bancos tanto los Pases como las Leliq ronda el 38% y, en el caso de los títulos del Tesoro, levemente superior.

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