En Mendoza, la alianza de la UCR está a favor, en contra y prescindente de Milei
Mientras a nivel nacional los partidos de Juntos por el Cambio dicen "no" a Milei y a Massa, en las provincias ambos tienen promotores en las versiones locales de la oposición nacional y hasta afiatados acuerdos electorales y de gestión. Por eso puede intuirse que nada es definitivo, por más carácter que le pongan a la discusión.
Juntos por el Cambio decidió, con la presencia en Buenos Aires de más candidatos presidenciales por metro cuadrado que cemento, que no tienen nada que ver con Javier Milei ni con Sergio Massa, que no buscarán acuerdo alguno con cualquiera de ellos y, de tal modo, pusieron en pausa tanto los rumores que se nutren de ficciones como los diálogos por lo bajo que alguno pudiera tener dentro de las fuerzas que componen esa alianza.
Sin embargo, aunque se disfrace al momento como de reunificador definitivo de la fuerza opositora, nada de eso queda escrito en piedra.
Los partidos políticos por sí solos no conseguirían el respaldo suficiente para gobernar. De allí que en los últimos tiempos se avanzó con alianzas multitudinarias. En un principio, se pensó que serían por afinidad ideológica, en dos grandes bloques: uno más progre y otro más bien liberal.
Allí se pensó que se redistribuirían peronistas y radicales, centralmente, de acuerdo a sus afinidades.
Pero más temprano que tarde los partidos dejaron de ser núcleos que reunían a personas con coincidencias básicas en sus ideas para pasar a ser herramientas electorales con el triunfo como principal objetivo, para después ver qué hacer con él y los socios que se consiguieron para alcanzarlo.
Al peronismo le pasó eso mismo hacia adentro: de ser un "movimiento amplio de ideas hasta contrapuestas" pasó a constituirse en una especie de confederación de todas las formas de pensamiento, en una puja de poder interno que los llevó a realinearse y constituir estructuras ad hoc, o directamente irse con los antiguos adversarios, como sucedió, por ejemplo, con el peronismo "republicano" que no soportó la alianza entre los seguidores de Cristina Kirchner y Sergio Massa con Alberto Fernández como subproducto.
De allí que ni las posiciones de Javier Milei contra "la casta" sean absolutas y tajantes, sino el batallón principal de la guerra por instalarse, ni la pelea para que no los divida ese fenómeno creciente parece ser totalmente real desde Juntos por el Cambio. Es temprano para decidirlo y nadie puede digerir sin previo masticar bien todo lo que argumentan los unos contra los otros.
Nada es ideológico ni homogéneo. El tiempo irá reagrupando.
Ahora mismo los que se tiran acusaciones en contra toleran una amplia variedad de alianzas en sus provincias que serían incapaces de sostener a nivel nacional.
Esto es producto de la regionalización o provincialización que sufre la política, una forma surgida como estrategia de supervivencia ante los desaguisados nacionales.
En Jujuy el presidente de la UCR, Gerardo Morales, gobierna en una alianza que calificó este miércoles entrevistado por LN+ como "con amplios sectores del peronismo". Son los que no se bancaban en su momento la hegemonía de recursos que ostentaba Milagro Sala, y Sergio Massa es su principal socio local, aunque no debiera serlo a nivel nacional.
El radicalismo de Mendoza creó un ecosistema que está mutando, pero no deja de ser diverso: se le fueron formalmente del frente local el Partido Demócrata y la Coalición Cívica, también es posible que lo hayan hecho otros sellos que no tienen ni afiliados. Pero en esa tensión, partieron a ambas fuerzas, quedándose con pedazos y hasta fomentando nuevas fuerzas que suma más como activistas sociopolíticos que como partidos: el Partido Demócrata Progresista (PDP), el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), Republicanos Unidos y +República (ambos, lopezmurphystas), y hasta un trozo rebelde del PRO que no se lleva bien con Omar de Marchi. Pero convive con el PRO Oficial que adscribe a Mauricio Macri junto con el Partido Socialista y Libres del Sur, que aplauden al chileno Gabriel Boric y repudian a Macri.
Hay varios "peronismos republicanos". Y la UCR de Mendoza es alianza del Partido Renovador Federal, que alentó la llegada reciente de Milei a Mendoza.
Al revés también sucede: mientras los líderes de la Coalición Cívica, Lilita Carrió y Maxi Ferraro ametrallan con descalificativos al anarcocapitalista, en Mendoza su partido es socio de quienes le organizaron el acto en el Parque O'Higgins.
Provincia por provincia, se dan situaciones localizadas y particulares, de alianzas impensadas bajo la mirada porteñocéntrica.
Entonces nada es para siempre, ni taxativo. Todo está por definirse: es una construcción dinámica que sorprenderá minutos antes de votar y solo allí, cada votante individualmente llegará con sus evocaciones a la urna y meterá el sobre que le surja como consecuencia de un especie de algoritmo social y político que lo sigue, persigue y condiciona.
Algunas fotos para completar el cuadro que no es de confusión, sino de comprensión de las nuevas necesidades de la política y sus impulsos:
La foto de la unidad de Juntos por el Cambio.
Massa celebrando el triunfo del presidente de la UCR en Jujuy.
El mendocino presidente nacional del Partido Renovador Federal, fue el primero en firmar la alianza con Cambia Mendoza en la última elección.
Massa al fundar con los radicales el espacio que hoy gobierna Mendoza.