Exportaciones

Crisis inminente: la uva de mesa tiene compradores, pero no hay cómo transportarla

Los problemas logísticos en el mundo, con la crisis de los contenedores y restricciones en los puertos de EEUU, complican un mercado en el que Chile es líder y en Argentina sobresale San Juan.

La International Fresh Produce Association (IFPA) proyectaba que las exportaciones de uva de mesa durante la temporada crecerían 13,6%, hasta 684.700 toneladas, mientras Asoex aspiraba a un alza superior al 15%, con 693.704 toneladas. Sin embargo, ese pronóstico se vio rápidamente truncado. Se exportaron 602.740 toneladas.

"Pensamos que el año pasado había sido malo por la lluvia y que nos esperaban tiempos mejores, y ocurre un mazazo tremendo que nos ha golpeado muy fuerte", señaló ayer en Chile, uno de los principales productores y exportadores de uva de mesa, el presidente de Decofrut, Manuel José Alcaíno, en el marco de un seminario de Fedefruta que se dio detrás de la cordillera de los Andes.

Según informó el portal económico Pulso del grupo La Tercera, para este 2021/2022, la industria preveía enviar, a todos los mercados, 82 millones de cajas; los problemas logísticos habrían reducido ese volumen a 75 millones de cajas: unas 7 millones de cajas quedaron sin exportar por, en gran parte, falta de capacidad marítima. "Fue mucha", señala. "Creo que la diferencia entre lo que estimábamos y lo que se envío era fruta que estaba; mucha de ella quedó embalada por falta de barco o porque ya no tenía las piernas para haber aguantado el viaje", agregó.

Estados Unidos es el principal destino de la uva de mesa chilena. En la temporada 2020/2021 representó un 48% de los envíos, seguido de lejos por China, con un 26%

En Argentina la principal exportadora del producto es San Juan. La temporada 2020/2021 se exportaron casi 3.862.766 kilos de uva de mesa desde San Juan, según reveló un informe de la Cámara de Comercio Exterior. La cifra estuvo por debajo de los 3.940.254 kilos de la temporada 2019/2020, y lejos de los volúmenes del periodo 2018/2019, cuando las remesas llegaron a 5.828.604 kilos.

Los envíos de San Juan al mercado exterior representaron la última temporada el 77,6% del total de la uva en fresco exportado por Argentina, lo que ubica a la provincia en el primer lugar. Y los principales países de destino fueron Alemania, Bolivia, Brasil, Países Bajos y Rusia.

Desde que Brasil empezó a aplicar la bromuración de la uva, en la temporada 2011/2012, cuando se llegaron a enviar cerca de 8 millones de kilos de uva a ese mercado, las cifras han venido en constante caída.

Las razones de una crisis que se viene encima

Al mercado estadounidense, la uva en fresco ingresa básicamente por el puerto de Filadelfia. Puntualmente por la terminal de Holt y el puerto de Wilmington, terminales que estuvieron prácticamente colapsados. Si en la temporada anterior arribaron 22,8 millones de cajas, en esta fueron 27,3 millones: 4 millones más de cajas que debían ser fumigadas en el ingreso. El atochamiento se vio impulsado por el triple de cítricos provenientes de Marruecos -saltaron de 63.000 pallets a 200.000-, que desviaron sus envíos desde Europa, afectado por la guerra, a Norteamérica.

Ello se agravó por la decisión del Puerto de Wilmington de no recibir contenedores a fumigar, por lo que todo se concentró en el terminal de Holt: del orden de 20 contenedores diarios y se armó un terminal de fumigación para agregar cerca de 40 adicionales. "Eran 60 contenedores diarios de fumigación, o sea la capacidad semanal que tenía el sistema era de 360 contenedores", señaló Alcaino. Y sólo en la semana 11, el peak de la temporada, Chile envío 945 contenedores. Dada la capacidad del sistema, esa cantidad terminó de ser fumigada en la semana 17, es decir, del 25 de abril al 1 de mayo. "Esto explica la demora brutal que tuvieron los contenedores en ser fumigados", dijo.

Con todo, si un chárter tarda normalmente 12 días en llegar y desembarcar la fruta, ahora el tiempo se extendió en hasta 13 días más; lo mismo ocurrió con los liners -un tipo de containers- que tuvieron 18 días en promedio de tardanza. Ello generó problemas con la calidad de la fruta. Y....aún más, un sobrecosto por parte de las navieras. Las empresas de transporte marítimo autorizan almacenar la fruta un par de días sin costo desde la llegada a puerto, pero acá fueron prácticamente dos semanas. Y si bien no hay un dato acabado, Alcaino aseguró que las estimaciones apuntan a un sobrecosto por demurrage (sobreestadía) de unos US$10 millones. Un 90% de los contenedores salieron vía la naviera MSC ante la ausencia de charters que pudieran llevarla. Según reveló Alcaino, habría una disponibilidad de MSC de rebajar los demurrage de fruta.

Todo aquello se vio impactado por el lento retiro de la fruta fumigada desde los puertos. Alcaino explicó que ese proceso se hace de un día para otro, pero los recibidores no tenían donde llevarse la fruta porque los frigoríficos estaban atestados. "No quedaba espacio, y eso generó que el desempeño de ambos terminales fuera similar, pese a que el puerto de Wilmington tuviera una carga similar a la del año pasado", dijo Alcaino. Fueron, al final, sólo dos días de diferencia en los promedios de entrega.

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