Perspectivas

No olvidar que el objetivo principal es eliminar el déficit

Mientras el presidente Milei envía DNU y proyectos de ley que entrarán la semana próxima, los mercados miran con mucha atención lo que ocurrirá con las cuentas públicas tendientes a la terminación del déficit fiscal. La columna de Rodolfo Cavagnaro.

Rodolfo Cavagnaro

Parecía que estaba todo armado. Los sectores opositores (kirchneristas, radicales y una parte del PRO) esperaban que llegaran las leyes de Javier Milei al Congreso como para tomarse todo su tiempo para "estudiarla" y tratar de "negociar" beneficios a cambio de sancionar rápidamente las leyes, a las cuales le harían modificaciones. Era un juego de fuerza, sabiendo que Milei tiene una debilidad en el Congreso, querían aprovechar para mostrar su peso y sacar ventajas.

Primeras medidas para despejar la pista

El Presidente sabe de su debilidad y sabe que los opositores tratarán de sacar ventaja de esta situación. Por ese motivo mandó un mega DNU con más de 300 artículos, modificando muchas normas y derogando muchas leyes. Ahora hay una discusión acerca de los alcances de esta herramienta prevista en la Constitución, debate que no se dieron nunca frente a los DNU que usaron los presidentes, desde Carlos Menem a Alberto Fernández.

Seguramente habrá muchas negociaciones y habrá que ver si el Milei consigue la aprobación del DNU, porque se le viene otra dura confrontación: está preparando un proyecto de ley (una mega ley) que abarcaría diversos aspectos, como impositivos, privatizaciones, reforma del Estado, que también estudiarla llevaría mucho tiempo. Esta técnica la usaron varios presidentes, pero Menem fue el que se destacó por este formato.

Lo cierto es que, mientras los legisladores y los periodistas pierden tiempo discutiendo estas cosas, el Gobierno sigue adelante intentando darle forma a su proyecto, con una serie de medidas que despiertan dudas respecto de su efectividad. Lo real es que Milei, para dar un shock, debía actuar de esta manera. Si se somete todo a debate les da posibilidades a los grandes jugadores a tomar posiciones y de esa manera terminarían neutralizando las decisiones. El factor sorpresa era fundamental.

Primeras medidas y riesgos

Las primeras medidas tuvieron que ver con los anuncios que hizo el ministro Caputo la semana pasada por las que se devaluó la moneda, llevando el dólar oficial hasta $800. A los importadores se les aplica un adicional del 30% por el impuesto PAIS, mientras que los exportadores liquidan a un valor que es un mix entre 80% dólar oficial y 20% Contado con Liqui (CCL). El problema es que se dispuso una actualización de este valor oficial del 2% mensual, cuando hay por delante tasas inflacionarias superiores al 20%. 

¿Cuándo se termina la recesión? El paso a paso de las medidas

Por ahora, estas decisiones, junto con el anuncio de la eliminación de todos los controles de precios y la eliminación de subsidios a las tarifas de servicios públicos, incluyendo los aumentos de las naftas, han generado un impacto en los precios, algunas quejas, pero han sido bien recibidas por la mayoría de la población que consideraba inevitable este proceso. Además, la sorpresa se da en el mercado cambiario, donde los dólares financieros se mantienen estables y la brecha entre ellos y el oficial es inferior al 20%.

El otro punto importante fue la eliminación de controles de precios y el anuncio de la eliminación gradual de los subsidios a las tarifas de servicios públicos. Al eliminarse estos controles se generó una suba alocada de precios. Y digo alocada porque algunas empresas llegaron aumentar un 120% sus precios en una semana, sin justificativo, aunque se está dando una reacción muy interesante de la sociedad.

Sin convocatorias sino por convicción, muchos de los que entendían que era natural que se actualizaran los precios contenidos, decidieron hacer ellos mismos un control y los productos que tenía alzas de precios que consideraban desmedidos no eran comprados. Una cadena de hipermercados decidió poner carteles en góndolas vacías afirmando que ese espacio estaba así porque empresas inescrupulosas querían subir precios por encima de lo normal. En productos puntuales como la carne se dio algo parecido, porque después de un gran aumento de precios, hubo una caída muy fuerte de la demanda y esto generó una baja de precio del 20%. De todos modos, los sueldos no se han recompuesto, menos los de los jubilados, y el efecto será muy recesivo porque las personas están cuidando su presupuesto con mucho celo.

La misma expectativa hay respecto de los subsidios a las tarifas de servicios públicos. Según se anunció, en enero se harán las audiencias públicas y los aumentos regirían desde marzo, aunque admiten que podrían aplicarse en forma gradual, sobre todos para los segmentos más humildes. El efecto mayor se sentirá en la zona de Buenos Aires porque ahí nunca el kirchnerismo quiso aumentar ni el componente que corresponde las distribuidoras y ni el de las generadoras, por lo que el atraso es muy grande, lo mismo que pasa con los colectivos y trenes.

La cláusula gatillo

Hasta ahora todo se mantiene relativamente tranquilo, pero todo miran con mucha atención y esperan ver los resultados de las cuentas fiscales. El gatillo de la confianza o la desconfianza es el déficit fiscal. La población está dispuesta a hacer un gran sacrificio, pero exige dos cosas: que la clase política también haga su ajuste y que el déficit fiscal comience a bajar en forma consistente, como pare asegurar condiciones para que comience a bajar la inflación.

Si bien hay mucha discusión sobre medidas, para la población, que ya sabe mucho de esto, todo esto se justifica si se elimina el déficit fiscal pero no aumentando impuestos sino bajando gastos y todos saben que hay muchos nichos de ineficiencia y, posiblemente corrupción, que están distribuidos por distintos sectores del Estado. El desafío de Milei es mostrar decisión, no ya discursiva, sino efectiva, para terminar con ellos. 

Ya se pueden escuchar los podcasts del programa "Tenés que saberlo"

Para esto deberá pelear con los gobernadores, que quieren más plata, pero, después de apoyar la eliminación del Impuesto a las Ganancias, se resisten a que sea repuesto por una fuerte presión de la CGT. Porque parte del ajuste tendrán que hacerlo también gobernadores e intendentes. Por una parte, no se enviarán más fondos discrecionales, solo recibirán la coparticipación. Por otra parte, estos fondos coparticipables estarán sujetos a la recaudación impositiva y, si nos enfrentamos a una recesión, es posible que algunos disminuyan, aunque la inflación pueda ayudar con otros.

El Gobierno lleva recién dos semanas de gobierno y la población tiene más paciencia que la oposición y algunos medios (¡¡ojo, se acabó la pauta oficial !!). La última semana del año, posiblemente, el presidente se despachó con un megaproyecto de ley ómnibus, que pondrá los pelos de punta a muchos legisladores. Veremos.

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