Pablo Lacoste

#MendoExit: algunos antecedentes históricos de Mendoza en la búsqueda de su independencia

Coronel Lorenzo Barcala, héroe de la Independencia y líder del proyecto de secesión para liberar Mendoza del poder central rioplatense. Descubierto el plan por los espías de Buenos Aires, fue fusilado el 1 de agosto de 1835. Barcala fue el primer mártir de la causa Mendo Exit.

Pablo Lacoste

La reunión virtual de "Mendo Exit", celebrada el jueves pasado, ha servido para poner en foco la larga lista de cuentas pendientes que Mendoza ha sufrido de parte de las administraciones nacionales. El encuentro organizado por Hugo Laricchia, y los jóvenes dirigentes Luis Pujol y Agustín Lucero, ha permitido abrir un debate sobre asuntos profundos y delicados. Sobre todo por el negativo impacto que Mendoza ha sufrido por las malas políticas económicas y la baja calidad institucional que impone el poder central a la Provincia.

Las fuertes pautas de corrupción de la élite nacional y las altas tasas de inflación de los últimos 77 años (cerca de 80% promedio anual) han erosionado considerablemente la confianza pública de la población de Mendoza. Estos problemas se han agravado en los últimos años: los K recibieron la el país sin inflación en 2003, y lo dejaron en el 25% en 2011; Macri duplicó la inflación, para dejarla arriba del 50% en 2015; y ahora los economistas advierten que hay riesgo de hiperinflación en los próximos meses.

Estos problemas afectan profundamente la economía productiva de Mendoza. La inflación establece un mecanismo constante de transferencia de capitales de los productores a los intermediarios y comerciantes rioplatenses, que pagan los alimentos recibidos a largo plazo con pesos devaluados. Este problema, junto con impuestos insólitos, como las retenciones a exportaciones de productos agroindustriales, han golpeado la economía productiva de Mendoza en su línea de flotación: la fruticultura está en vías de extinción y la vitivinicultura en retroceso. A ello hay que sumar el derrumbe de empresas emblemáticas de Mendoza, como IMPSA, que cayeron por la corrupción K de la década pasada.

Como resultado, la tradicional matriz productiva de Mendoza se encuentra agotada, y algunos empresarios locales, desesperados, bregan por la minería, actividad que no cuenta con licencia social debido, justamente, a la falta de confianza pública en la institucionalidad nacional. El movimiento ciudadano menduco no se siente listo para confiar el agua y la vida de Mendoza en una clase dirigente que genera dirigentes corruptos y luego les asegura la impunidad, como refleja el caso del ex vicepresidente Boudou y tantos otros mal llamados "presos políticos".

"En Mendoza nadie habla de ‘políticos presos' para referirse a los corruptos, como los ex intendentes de Guaymallén y Santa Rosa", explica Laricchia en su video. Y esas afirmaciones representan una espada justiciera que alguien deberá responder.

Estos problemas están planteando los partidarios del Mendo Exit. Todavía no tienen un plan, y su iniciativa despierta recelos, por la amenaza de acentuar el poder de grupos locales poderosos sospechados de manipular el poder, como el que lideran Vila y Manzano. Este riesgo es uno de los problemas que deberá encarar la dirigencia para ofrecer garantías y evitar que se genere un feudo como ocurre en otras provincias.

Otro problema es el mercado. Porque la economía de Mendoza está orientada principalmente al mercado interno. Lo que Mendoza produce no se exporta; no hay un horizonte internacional para sus bienes y servicios. El 75% del vino va al mercado interno; sólo se exporta el 25% lo cual apenas aporta U$ 800 MM. Esta cifra es bajísima: Chile tiene menos viñedos que Mendoza, pero exporta el triple: la diferencia está dada por las políticas fiscales de ambos países. Lo mismo ocurre con la fruticultura: Chile exporta más de U$ 3.000 MM en frutas; en cambio en Mendoza, la exportación de frutas ha declinado radicalmente debido a la política de retenciones, alta inflación y afines.

Con el turismo pasa lo mismo: el 70% de los turistas que vienen a Mendoza proceden del mercado interno; solo un tercio llega del extranjero. Lo mismo ocurre con otras ramas de la economía. Por lo tanto, la economía de Mendoza depende fundamentalmente del mercado interno y carece de redes internacionales para reconvertirse rápidamente y sustituir sus actuales clientes por otros.

El diseño y construcción de esos canales lleva tiempo, lo mismo que la reconversión tecnológica: los actuales estándares productivos son adecuados para el mercado interno, pero no para el mercado internacional que es más exigente en materia de normas de calidad. Claro que, al sacarse de encima el lastre de las malas políticas nacionales, sin inflación, sin impuestos distorsivos y sin medidas populistas delirantes, los emprendedores de Mendoza podrán tener incentivos para invertir en el mejoramiento de la calidad de sus productos y lanzarse a la conquista del mercado mundial. Pero ello requiere un proyecto compartido con grandes consensos y una voluntad muy decidida de redoblar esfuerzos.

A pesar de estas limitaciones, el Mendo Exit exhibe capacidad de atraer dirigentes de cierto peso, como la diputada Josefina Canale y el ex candidato a gobernador, diputado nacional e intendente de Luján, Omar de Marchi. El tiempo dirá si la propuesta logra abrirse camino a través de las redes y entre las nuevas generaciones de los millennials.

Mientras tanto, lo interesante es constatar que la secesión no es un tema menor ni una ocurrencia meramente de un grupo local actual. Estas ideas se han desarrollado en otras partes del mundo, e incluso en Mendoza. En efecto, en esta misma provincia hubo grupos con propuestas similares. La más trascendente se produjo en la década de 1830 y tenía como objetivo la secesión de Mendoza y San Juan.

Lorenzo Barcala.

Entre los que compartían esta iniciativa había militares destacados, intelectuales y empresarios. Entre los militares figuraban dos afroamericanos, el coronel Lorenzo Barcala, héroe de las fuerzas armadas argentinas en la batalla de Ituzaingó, en la guerra con Brasil (1827), y el capitán José María Molina, del Regimiento de Cívicos y Pardos; también figuraba Casimiro Recuero, héroe de la guerra de la independencia. Un lugar especial cupo a intelectuales como Juan Gualberto Godoy y José Lisandro Calle. También estaba don Domingo Francisco de Oro, ministro de Gobierno de la provincia de San Juan, y Pedro Nolasco Videla, que sería nombrado gobernador de Mendoza en caso de triunfar el proyecto; también actuaron Martín Zapata, Joaquín Godoy y Vicente Gil.

El proyecto finalmente fracasó. Fue descubierto por los espías de Rosas, y sus líderes fueron capturados y asesinados. El coronel Barcala fue fusilado el 1 de agosto de 1835. Pero el gesto sirvió para expresar la disconformidad cuyana con el abuso del poder central y marcar un reclamo de mayor calidad institucional. 

El estudio completo se puede ver haciendo clic aquí. 

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