La Corte

A Nanclares le sucederá una mujer

Surgen cuatro nombres, pero podría duplicarse la lista si se rompiera con la tradición de que tenga antecedentes como magistrada "sí o sí".

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

El gobernador Rodolfo Suarez no tiene "in pectore" un nombre que reemplace a Jorge Nanclares al frente de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza. Pero sin dudas, más allá de la paridad de género -que no se cumple en la conformación del máximo tribunal- se siente el vacío que dejó la partida Aída Kemelmajer de Carlucci. En el Gobierno ven con buenos ojos, en principio, que la sucesión pase por allí.

De todos modos, también se aguarda que se jubile otro de los miembros más antiguos del Tribunal: Pedro Llorente. Si así fuera, el Gobierno tendría cómo otro cargo para buscar acuerdos.

Es difícil abordar el tema con el seno de la política, porque cada uno tiene a un candidato, si es que no se propone a sí mismo... cosa que también ocurre en los diálogos en los que los periodistas buscan información.

Y hay candidatas de valía, a las que se las mira con tanto interés en que ocupen el cargo que temen que sean "quemadas" con solo mencionarlas.

Dentro y fuera del sistema judicial mendocino hay abogadas que podrían cubrir ese cargo con solvencia probada.

En la lotería inmediata surgida tras la noticia que hoy contó Memo en torno a la partida de Nanclares, tras casi 33 años en su silla, aparece la "danza de nombres".

Hay un cuarteto en punta:

1- En esa lista preliminar y para nada definitiva, asoman nombres de siempre y otros nuevos. Es innegable que la especialista en Derecho Constitucional Gabriela Ábalos, actual jueza tributaria es una de ellas. 

2- Pero también aparecen otras, como la camarista laboral Norma Llatser.

3- Silvina Furlotti, camarista civil y presidenta de la Asociación de Magistrados de Mendoza.

4- La civilista Irene Pujol, especialista en Derecho Real, actual vicedecana de la Facultad de Derecho de la UNCuyo.

Sin embargo, aunque es el Gobernador quien debe proponer a la sucesora, desde el seno del Poder Judicial se condicionó a la "tradición" que "debe tener antecedentes de magistrada", lo que deja afuera a posibles candidatas que podrían modificar el clima y hasta ese mismo folklore. Contra ello, deberá lidiar también -si está en su espíritu- el Gobernador a la hora de formular su propuesta.

Esa "tradición" a la que se hace mención, sin embargo, no fue aludida cuando se trató de candidatos varones para el cargo: no sucedió ni con Mario Adaro en remplazo de Kemelmajer, el caso más emblemático. Pero tampoco con las designaciones de Julio Gómez y Dalmiro Garay.

Si se rompe la exigencia de más "credenciales" para las mujeres, aparecen personas de adentro de la Procuración, pero también del mundo académico. Para que así ocurra, debe cambiar el concepto: no es un premio ni un escalón político o de la carrera judicial, sino un trabajo que hay que ejercer con sapiencia, predisposición, tiempo disponible, ganas y capacidad directriz. Al menos, en una Corte que se pretenda aggiornada.

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