Cómo hará la Iglesia para continuar con su "revolución" y quiénes son los "preferiti"
José Manuel Vidal es director del diario Religión Digital de España y una de las personas que más conoce acerca de lo que sucede en el Vaticano. Mientras se esperan novedades acerca de la salud del Papa, el periodista comentó cómo podría hacer la iglesia para continuar con el legado que dejará Francisco.
La información sobre la salud del Papa es vaga y escasa, por lo que es difícil saber el estado real de salud de Francisco. El periodista español José Manuel Vidal es director del diario Religión Digital y una de las personas que más conoce acerca de los detalles del Vaticano y, en diálogo con Gabriel Conte, Ana Belén Martínez y Ariel Fernández Lavilla en "Tenés que saberlo", por Radio Post 92.1, comentó lo que sabe tanto sobre la salud del Papa como de lo que podría ser su sucesión.
"Sabemos lo de todos los días. Estamos en vilo, como desde hace 20 días que ha ingresado. Tenemos tres partes de médicos; uno por la mañana, que no dice prácticamente nada, que está bien, que ha descansado, hoy hay un signo positivo que dice que ha dormido hasta las 8 de la mañana, lo cual en Bergoglio es sorprendente, porque suele levantarse a las cinco y media o por ahí; después tenemos otro por la tarde, que es el oficial, con más información médica; y entre medias, los contactos que mantenemos con la gente del círculo más cercano, con los demás periodistas y nos vamos informando un poco. Estamos en una situación muy parecida, compleja, delicada. El Papa sigue en pronóstico reservado, pero diríamos que, con ciertos signos positivos, eso nos lo dicen todos, de que de esta podría salir", comentó Vidal.
A su vez, el periodista español descartó la idea de que Francisco renuncie a su cargo: "Yo creo que Francisco no es de los que se baja de la cruz, no es de los que renuncia, es de los que pretende morir y cumplir su misión, y morir si acaso con las botas puestas y hasta el final, consumirse en la misión que Dios le ha encomendado. Eso yo creo que está muy en la dinámica e incluso en la práctica que está llevando a cabo el papa Francisco, porque no se cuida demasiado, no se cuida excesivamente y trabaja demasiado. Ahora tendrá que, si sale del Gemelli, bajar muchísimo el pistón del trabajo, de las audiencias interminables y centrarse en lo esencial, en lo que le queda por hacer".
Vidal señaló que Bergoglio "no es un político y menos un político peronista o comunista" como lo retrata la "fachoesfera clerical": "Bergoglio es el Papa, un Papa que está revolucionando la Iglesia, un Papa que ha puesto a la Iglesia en modo Evangelio, que la ha pasado de la pirámide donde arriba estaba la jerarquía y abajo los pobres fieles que no pintaban nada, al círculo, al poliedro, metiéndola en un proceso sinodal que ha durado cuatro años y que se empieza a aplicar ahora, que a ellos no les gusta mucho que se diga así, pero que es un proceso de democratización de la Iglesia".
En esa línea, amplió: "En la Iglesia, Bergoglio quiere que todos seamos iguales y que nos iguale el bautismo, que es el sacramento que nos iguala a todos, no el sacramento del orden u otros sacramentos. Esa es la gran aportación de Bergoglio a la Iglesia. Colocar el sínodo de democratización de la Iglesia, colocar el Evangelio en el centro y después todas las derivadas, que a veces tienen incidencia política, lógicamente".
Sobre su rol político, señaló: "Si defiendes a los pobres, porque los defiende el evangelio, tienes que denunciar, como él denunció y acaba de hacerlo desde el hospital mismo, el capitalismo salvaje que machaca y que deja en la cuneta de la historia y de la vida tirados a cantidad de gente. Y quien dice eso dice otras muchas cosas que ha denunciado con vertiente política, pero que es la vertiente de la justicia, la vertiente de la defensa de los pobres. A la hora de gobernar sí que es un gran político. En la gobernanza interna de la Iglesia sí que ha dado muestras y está dando muestras de capacidad estratégica, de capacidad política. Porque cambiar la Iglesia como la está cambiando es moco de pavo, es un mastodonte, es cambiar un mastodonte que, como decía el Cardenal Martini, lleva 200 años de retraso. Meterle mano a eso como se le está metiendo cuesta mucho, pero él lo está logrando. Si le hacemos bajar a la arena política, a nivel político, cada uno de nosotros, según nuestra propia ideología, querríamos verle pronunciarse o dejar de pronunciarse para uno u otro lado".
En referencia a la llegada de Francisco, Vidal señaló que se pasó de una primavera con Juan XXIII y Pablo VI a una "involución fuertísima" de 35 años con Juan Pablo II y Benedicto XVI: "Llegó Bergoglio y se da cuenta que la Iglesia se está desangrando, que la inmensa mayoría de la gente, al menos en los países desarrollados y más secularizados, europeos y no europeos, están escapando, se están yendo sin dar portazos, se están yendo hacia la indiferencia, se están yendo sin más porque intentan seguir buscando sentido a sus vidas, cierta espiritualidad, cierto sentido a sus vidas en otras partes porque en la iglesia del poder, de la jerarquía, de la moral rígida, de los principios innegociables del que no caben ni los homosexuales, ni las mujeres, ni prácticamente nadie, en esa iglesia la gente joven no cree y la gente joven es el futuro de cualquier institución y también de la iglesia. Bergoglio se da cuenta y da un viraje radical que, a muchos, tanto dentro como fuera de la iglesia, les está costando mucho aceptar".
Sobre su sucesión, el periodista marcó que cree que tiene los suficientes cardenales como para poder garantizar la continuidad de su proyecto: "Ha nombrado más de dos tercios de los cardenales que van a votar, de los cardenales que van a entrar en el cónclave. La inmensa mayoría de todos, dentro de esos cardenales, los hay mucho más profrancisco y mucho más radicales en la defensa de la primavera que él ha instaurado, y otros un poco más moderados, pero todos ellos están en la misma línea, en la continuidad de ese proceso de democratización o sinodalidad, sin el cual la Iglesia va a perder lo poco o lo mucho que le quede, dependiendo de los países".
Frente a eso, señaló que el único problema que puede existir es que son "poco conocidos": "Él ha roto el espinazo del clericalismo según el cual llegabas a cardenal cuando eras arzobispo de una de las grandes ciudades del mundo y ahora resulta que llega de arzobispo un obispo de Mongolia o de Tanzania o de cualquier otro país de Asia que no conoce a nadie y que tiene mil o dos mil católicos y nada más. Esa pluralidad y esa diversidad de cardenales de todo el mundo que apenas se conocen será la gran dificultad. Tendrán que, en el precónclave, ponerse de acuerdo, buscar dos o tres grandes figuras que puedan aglutinar ese deseo de continuidad y apostar por ellas en el cónclave. Yo sí creo que los conservadores, incluso los moderados, no tienen nada que pintar en un eventual cónclave".
Sobre algún posible sucesor, el periodista mencionó al filipino Tagle y a otro italiano, aunque destacó la figura del estadounidense Prevost: "Es un americano de ascendencia muy mezclada española, italiana, francesa, que además ha sido superior general de la Orden de los Agustinos y obispo en Perú. Tiene lo mejor de Latinoamérica, donde pasó muchísimos años, y tiene lo mejor de la cultura americana también. Creo que van a tener muy en cuenta también un oponente, un opositor, alguien que pueda hacer frente desde la autoridad moral que da el papado a la era dorada de Donald Trump".
Finalmente, señaló que los italianos han perdido mucha fuerza y que la procedencia del elegido ya no es importante: "Hubo un momento en que no podía ser Papa un cardenal de Estados Unidos o un cardenal alemán, y fue Benedicto XVI. Las grandes potencias estaban como excluidas por si había conflicto de intereses y tal. En este momento yo creo que la Iglesia esa etapa la tiene superada, y va a buscar al hombre que mejore encarne ese espíritu de continuidad en la reforma. Algunas cosas están quedando pendientes y le van a quedar pendientes por mucho que acelere. Yo creo que si sale, y ojalá salga, va a acelerar en el proceso, pero hay cosas que en la Iglesia tardan mucho en ponerse en marcha", concluyó.