Análisis
El presidente del Gobierno español llevó al PSOE a una derrota y, en lugar de acantonarse en el poder, anticipó el llamado a elecciones. Le da a su país un cambio de diálogo público; ya no se habla de cuánto ganó la oposición, sino de cómo será el proceso de cambio. Pero además, le da oxígeno a su partido.