Análisis

Las tribus de la política en redes sociales (desde Facebook a X y TickToc desde Gelatina a Neura y Luzu)

Señala Rubén Zavi en este informe analítico: "Es necesario promover la participación activa de los ciudadanos en un espacio de diálogo plural, donde las diferencias puedan ser debatidas de manera respetuosa y productiva".

Rubén Zavi
Politólogo y especialista en Comunicación Política

Hasta hace poco, todo pasaba por pocos medios de comunicación en donde los ciudadanos conocíamos la misma información por pocos diarios, canales de tv o revistas, pero en los últimos años, las redes sociales han transformado la forma en que nos relacionamos, tanto en lo personal como en lo político.

Para Mario Riorda, esta transformación ha dado paso a un fenómeno conocido como "hiperideologización", en el cual las personas se sienten cada vez más distantes de aquellos que no comparten sus creencias políticas. Debido a este extremo distanciamiento, muchos usuarios han comenzado a organizar su vida social en espacios de confort ideológico, buscando rodearse únicamente de aquellos con puntos de vista afines. Este fenómeno también se refleja en el comportamiento de los usuarios en plataformas como Facebook y TikTok, donde la búsqueda de un espacio libre de conflicto es cada vez más común.

Damián Fernández Pedemonte, en sus trabajos sobre comunicación política, también aborda la manera en que las posiciones extremistas han transformado el debate político en Internet, destacando cómo este aislamiento en burbujas informativas limita la posibilidad de un intercambio plural de ideas. Pedemonte explica que la segmentación de la audiencia ha fragmentado el debate político, reduciendo la posibilidad de un diálogo enriquecedor entre diferentes grupos ideológicos.

La crisis de la comunicación política digital

Entones es posible analizar cómo las redes sociales han generado un entorno donde las grandes conversaciones políticas masivas han quedado relegadas a eventos específicos. En lugar de promover un debate amplio y democrático, las redes han incentivado la creación de microcomunidades ideológicas. Lo que Riorda llama "tribalización" se manifiesta en la creciente fragmentación del discurso político, donde los individuos se agrupan con aquellos que piensan igual que ellos, cerrándose a las voces disidentes. En este contexto, la política ha dejado de ser un espacio de intercambio para convertirse en un terreno de reafirmación de ideas, donde la deliberación y el diálogo parecen haber perdido protagonismo.

El concepto de "zonas de confort" ideológicas es clave para comprender cómo las redes sociales contribuyen a esta fragmentación. Las personas, buscan estos refugios donde se validan sus creencias, evitando la confrontación con ideas opuestas. Este fenómeno tiene implicaciones profundas en la política, ya que aleja a los ciudadanos de la posibilidad de construir consensos y acuerdos que trasciendan las diferencias partidarias.

Es evidente que la sobrecarga de información en las redes sociales también juega un papel crucial en esta fragmentación. El volumen de contenidos políticos generados en plataformas como Twitter, Facebook y TikTok se ha multiplicado exponencialmente, creando un entorno donde la calidad del debate queda eclipsada por la cantidad. La producción masiva de contenido es un reto para las campañas políticas, que deben enfrentarse a una constante saturación informativa.

La polarización: ¿una oportunidad o una amenaza?

Es claro que las redes sociales están favoreciendo un proceso de polarización política, donde los ciudadanos se ven cada vez más atrapados en su propia visión del mundo. Sin embargo, hay que preguntarse: ¿este fenómeno es completamente negativo? A pesar de sus desventajas, como la creación de burbujas ideológicas y la reducción de la capacidad de diálogo, también existe la posibilidad de que las redes sirvan como un espacio de expresión para aquellos que antes no tenían voz.

El índice de confianza promedio en estos streamings es 2,84, con Gelatina (3,20), Olga (3,13) y Neura (3,01) como los más confiables, mientras que Blender (2,c0) y Carajo (2,30) tienen menor confianza y mayor desconocimiento. Olga destaca con la mayor confianza alta (13%), pero en general, casi la mitad de los encuestados no conoce estas plataformas, lo que indica una segmentación fuerte del público. La confianza y el reconocimiento van de la mano: los medios más confiables son también los más conocidos.

Fin de la comunicación única

La clave estará en cómo los políticos y comunicadores logren comprender y gestionar este nuevo escenario. Las campañas electorales, por ejemplo, deben adaptarse a esta nueva dinámica y aprender a crear contenido relevante que pueda superar la fragmentación. En este sentido, la creatividad y la capacidad de generar contenidos que conecten emocionalmente con diferentes públicos será crucial para lograr un impacto real. La fragmentación, si se maneja adecuadamente, puede ofrecer un terreno fértil para una comunicación más directa y personalizada, pero requiere un enfoque más sofisticado que el de las campañas tradicionales.

El reto de la democracia digital

El desafío para la política en la era de las redes sociales es encontrar formas de mantener el debate público saludable y constructivo, a pesar de las tendencias de fragmentación y tribalización. Si bien la búsqueda de zonas de confort puede ofrecer cierta paz a los individuos, la democracia no puede permitirse quedar atrapada en burbujas ideológicas. 

Es necesario promover la participación activa de los ciudadanos en un espacio de diálogo plural, donde las diferencias puedan ser debatidas de manera respetuosa y productiva. 

La política debe ser capaz de ofrecer refugios, sí, pero no en forma de burbujas cerradas, sino como espacios de deliberación que fomenten la colaboración, el entendimiento mutuo y, sobre todo, la acción colectiva para enfrentar los grandes desafíos de la sociedad.

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