Perspectivas

El Gobierno se empeña en monetizar la economía en dólares

El ministro Caputo apuesta a mayor nivel de actividad económica y menos inflación y quiere estimular el uso de los dólares que los argentinos tienen guardados. Escribe Rodolfo Cavagnaro.

Rodolfo Cavagnaro

En medio de una semana en la que se tranquilizaron las variables, del ministro Luis Caputo expuso sus intenciones de querer acelerar la monetización en dólares de la economía. El objetivo es llegar al sistema de competencia de monedas, con la convicción de que las fases anteriores están cumplidas y que el cambio de sistema cambiario, con el sistema de bandas, pareciera haber encontrado puntos de equilibrio.

El ministro de economía no dio precisiones, pero se especula con que habría medidas para bajar costos para transacciones en dólares. El ministro quiere que los argentinos saquen las divisas que tiene guardadas en el colchón o caja de seguridad y las usen en forma transaccional, de manera que haya mayor actividad económica. Se menciona la posibilidad de bajar o eliminar el impuesto a los débitos en las transacciones en esta moneda.

Dado que el Banco Central ya no emite moneda y que el Tesoro retira liquidez a través del superávit fiscal, se hace necesario asegurar liquidez para financiar el crecimiento. En el ministerio de Economía aseguran que la actividad puede llegar a crecer un 8% este año, pero necesita liquidez y lo mejor es dársela con el uso de dólares guardados. Para eso, el gobierno prepara un paquete de incentivos.

El gobierno aprovecha la cantidad de dólares que acumuló el BCRA después de la llegada del primer tramo del préstamo del FMI y del Banco Mundial, mientras genera actividades para estimular el ingreso de más dólares. Uno de los casos fue la emisión de una nueva serie de bonos BOPREAL, destinados a compensar a las empresas que tenían utilidades para remitir a las casas matrices.

Por ahora, se aprecia que aumentó un poco la llegada de dólares de las liquidaciones de las exportaciones de granos, aunque la parte más importante de la cosecha se daría después de junio, cuando se repongan las retenciones a las exportaciones. Entre los bonos, que generan menos salidas y absorben liquidez más liquidaciones, el saldo se mantiene positivo ya que, además, no hay presión de los importadores, que se sobre estoquearon antes del cambio del régimen cambiario. Estos volverán a presionar a partir de julio.

Mientras tanto abundan las especulaciones sobre la evolución del precio del dólar libre que parece haberse ubicado cómodo en la franja por debajo de los $1200. Si bien el gobierno. En realidad, el gobierno toma estas medidas con la intención de llevarlo al piso de $1000 pesos para comprar. No obstante, el acuerdo con el FMI especifica que podría intervenir en el mercado aun que no haya llegado a ese nivel, si fuera necesario.

Incluso hay quienes creen que el gobierno intentaría establecer una banda dentro de la banda, es decir, buscar una línea de flotación entre $1060 y $1180, para asegurar una mayor estabilidad del tipo de cambio. De todos modos, el mercado está tranquilo, tanto que el miércoles el dólar blue y el MEP cerraron sus precios por debajo del oficial, mientras este se mantenía estable en la franja de $1190.

No obstante, el mercado mantiene sus reservas respecto al comportamiento del dólar entre agosto y octubre, ya que se juntarán varios factores. Por una parte, menores liquidaciones de exportaciones por la finalización de la cosecha gruesa, además los importadores retomarán el ritmo normal de la demanda y, finalmente, la expectativa electoral, que puede definir la suerte del mercado y también de los lo que ocurrirá en los próximos dos años de gobierno.

La expectativa por la inflación

En estos días ya comienza las apuestas acerca de cuál será el índice de inflación de abril y también se hacer proyecciones para el IPC de mayo. Después de proyecciones apresuradas, al cambiarse el esquema cambiario, donde la mayoría suponía que el dólar saltaría al techo de la banda, ahora las consultoras recalcularon y están estimando que el IPC estaría entre 2,7% y 3,5%, según quien haga los cálculos.

Según revelan los especialistas, los precios tuvieron una aceleración en los primeros días, continuando con la inercia de marzo, cuando había sospechas de que una liberación produjera una maxi devaluación. Pero, cuando se aclaró la situación, los precios comenzaron a retrotraerse y otros quedaron congelados, los cual se terminó reflejando en las mediciones de los últimos días del mes.

Según las consultoras, el rubro alimentos y bebidas sin alcohol habría tenido una evolución del 4% promedio, lo que es menor a los cómputos del mes anterior. De todos modos, todas las mediciones prevén índices que serían inferiores a los del mes anterior y que el gobierno pretende sigan bajando.

Las proyecciones para los precios de mayo ya reflejan la nueva realidad cambiaria, mucho más tranquila, y por lo tanto las proyecciones indican que los precios están apenas por encima del 2% con la posibilidad, de mantenerse la estabilidad de las variables, que el mes de junio muestre índices menores al 2%.

Por supuesto, hay que esperar el comportamiento de los productos estacionales, pero también lo que pueda pasar con el crédito y con la evolución de los salarios. Estos factores pueden incidir, aunque también falta la reacción de las empresas ante un eventual aumento de la demanda. Por esa razón es que Caputo quiere remonetizar la economía, pero como no emiten pesos, quiere que los argentinos usen los dólares que tiene guardados y para eso anuncian unas cuantas medidas de estímulo.

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