Cómo tomarían los mendocinos una alianza entre Cambia Mendoza y LLA
La consultora de opinion pública Sociolitica, dirigida por Roberto Stahringer, dio pistas sobre dos escenarios posibles: que Cornejo acuerde con LLA y que no lo haga y, por lo tanto, cómo le iría a Cambia Mendoza en esas circunstancias.
La consultora de opinión pública Sociolítica, dirigida por Roberto Stharinger, dio a conocer una análisis de las potenciales reacciones que tendría el electorado mendocinoa nte la posibilidad de una alianza entre el Frente Cambia Mendoza (FCM), que conduce Alfredo Cornejo, y La Libertad Avanza del presidente Javier Milei, y a la que ya adhiere su vicegobernadora, Hebe Casado.
Con lógica, en su análisis anticipó que "habrá, lógicamente, adhesiones, rechazos, indiferencia, desconocimiento y desinterés. De hecho, no se trata de algo en lo que los mendocinos de a pie estén pensando cuando se levantan cada mañana. Por el contrario, muchos de ellos no saben nada de lo que se está discutiendo. Quizás ese sea una saludable posición frente a sus propios y, según ellos mismos, verdaderos problemas".
El acuerdo "están verde" todavía y lo ha reiterado Cornejo en más de una oportunidad, ofreciendo a su partido para que Milei tenga "mejores representantes" en el Congreso.
Sabiendo eso, a la hora de conceptualizar su punto focal, Sociolítica señaló: "La decisión de Alfredo Cornejo será un termómetro de su lectura sobre la compleja y cambiante opinión pública mendocina. La elección final dependerá de su habilidad para representar a las subjetividades emergentes y asegurar un resultado electoral favorable en un escenario político poco fluido y desafiante".
Se pregunto, seguidamente, Sociolític a: "¿Alguien recuerda la extraña pero seductora (al menos para algunos) cruzada independentista denominada Mendoexit?, ¿Seguirá operativo ese espíritu entre los referentes del FCM?, ¿Y entre los mendocinos?".
Seguidamente, sumó percepciones positivas y negativas de un posible acuerdo:
Las positivas
- Sintonía con el "voto bronca" y el anhelo de cambio radical: Conecta con un segmento del electorado que expresa un profundo hartazgo con las estructuras políticas tradicionales y busca figuras que prometan una ruptura total. Este sector ve en LLA un canal para expresar su descontento.
- Renueva y amplía narrativa: Al incorporar un tono crítico respecto de la necesidad de modificar las viejas estructuras y formas de la política, actualiza un sentido, signos y símbolos para un electorado que no se reconoce en el FCM o se ha distanciado.
Las negativas
- Dilución de la identidad provincial: Una subordinación a LLA puede ser vista por un sector del electorado mendocino, orgulloso de su identidad y con una historia de valoración de liderazgos locales fuertes (un "habitus" político particular, si se quiere), como una pérdida de soberanía y una cesión ante el centralismo porteño.
- Rechazo de sectores moderados y tradicionales del radicalismo/PRO: Podría generar una fractura interna y la fuga de votantes que, si bien opositores al kirchnerismo, no se identifican con las posturas más extremas o el estilo confrontativo de LLA. Estos grupos, con un capital social y cultural invertido en la moderación, podrían sentirse alienados.
- Asociación con la incertidumbre nacional: Los vaivenes y la conflictividad inherente al proyecto de LLA a nivel nacional podrían generar temor en un electorado mendocino que, en parte, valora la previsibilidad y la gestión probada.
Luego, al indagar más minuciosamente, Sociolítica se enfocó en cuestiones más puntuales. Textualmente:
Percepciones positivas del no (para Cambia Mendoza):
- Refuerzo de la identidad y liderazgo provincial: Capitalizar la gestión de Cornejo y la marca Cambia Mendoza, apelando a la "mendocinidad" y a la experiencia.
- Autonomía en la toma de decisiones y armado de listas: Control total sobre la campaña y el mensaje.
- Atracción del voto moderado y desencantado con los extremos: Posicionarse como una opción de sensatez y gestión frente a la polarización.
- Capacidad de diferenciación: Marcar contrastes con las políticas nacionales de LLA si estas generan rechazo, sin quedar "pegado".
Percepciones negativas del no para Cambia Mendoza:
- Riesgo de ser percibido como "tibio" o parte del "viejo sistema": En un contexto de alta demanda de cambio, una postura de continuidad o moderación podría no entusiasmar a quienes buscan soluciones drásticas.
- Fragmentación del voto no peronista: LLA podría competir igualmente y restarle votos cruciales a Cambia Mendoza, abriendo una ventana al peronismo.
- Dificultad para conectar con el electorado más joven y antisistema: Este segmento podría ver a Cambia Mendoza como "más de lo mismo".
En tanto, desde Sociolítica también se anticiparon a cuadrar posibles escenarios en torno a cómo resonaría en la opinión pública un acuerdo entre Cornejo y Milei para que sus partidos vayan juntos en las elecciones de medio término.
Estas fueron sus conclusiones, textualmente:
Segmentos pro-autonomía:
Los mendocinos que valoran la gestión provincial, la estabilidad y la identidad mendocina, verían la decisión como un acto de coherencia y defensa de los intereses locales. Para ellos, la política es también la construcción de un "nosotros" provincial con capacidad de negociación y no de subordinación. En este grupo, la idea de un liderazgo que ofrece "certezas" en tiempos de incertidumbre puede ser valorada. Cornejo ha construido su liderazgo desde ahí. Da certeza.
Segmentos críticos a la autonomía (pro-LLA):
Por otro lado, los mendocinos que sienten que Cambia Mendoza ya no representa el cambio necesario (recuérdese, por ejemplo, hace dos años, la campaña que versaba: "Mendoza está en pausa") y que Cornejo, al no aliarse, se "queda desactualizado de las demandas actuales". Para este grupo, la falta de adhesión a LLA sería una muestra de no comprender la profundidad del malestar social y la necesidad de una transformación radical que trascienda las fronteras provinciales. La sensación de que "nada cambia realmente" podría intensificar su apoyo a opciones más disruptivas.
Qué pasaría si sí o si no
La consultora indicó que "en nuestros estudios cualitativos, observamos que muchos mendocinos sienten que sus esfuerzos no son reconocidos, que las reglas no son iguales para todos, y que son objeto de pequeños y grandes desprecios cotidianos por parte de las instituciones o de 'los políticos'".
Agregó que "esto alimenta sentimientos de frustración, resentimiento y una búsqueda de validación personal que los discursos políticos tradicionales no reconocen. Las identidades políticas se vuelven más fluidas y menos ancladas en lealtades partidarias históricas. Hay una demanda de autenticidad y de liderazgos que parezcan 'entender' este malestar individualizado. Si no se la encuentra, el voto que solíamos conocer como 'el menos malo' o el 'no hay otra opción' empieza a deteriorarse. La respuesta ante eso es más pragmática y coherente: no votar".
En tal sentido, Sociolítica señaló, textualmente:
- Si Cambia Mendoza se une a LLA: Podría intentar capitalizar estas corrientes subterráneas, presentándose como alguien que escucha el clamor por un cambio drástico y que se alía con la fuerza que mejor parece encarnar esa ruptura. El riesgo es que la solución ofrecida por LLA (a menudo simplificadora) no satisfaga las complejas demandas de reconocimiento y termine generando nuevas frustraciones.
- Si Cambia Mendozava solo: Tiene el desafío de construir una narrativa que reconozca estas nuevas sensibilidades sin caer en la demagogia. Deberá ofrecer un proyecto provincial que, desde la gestión y la cercanía, aborde esas "injusticias percibidas" y ofrezca vías concretas para el reconocimiento individual y colectivo, sin necesidad de una adhesión a un proyecto nacional que podría ser visto como ajeno o impuesto. Se trataría de construir una "esperanza provincial" que compita con las narrativas de ruptura total
Como conclusión, Sociolítica destacó:
- El verdadero dilema de esta decisión reside en cómo cada camino resuena con las nuevas sensibilidades ciudadanas.
- Hoy, la percepción de la desigualdad trasciende lo puramente económico; se manifiesta en una demanda de reconocimiento personal, en una sensibilidad aguda ante el desprecio y en una búsqueda de validación que los discursos políticos tradicionales a menudo no logran satisfacer. La política se juega, entonces, en la capacidad de conectar con estas experiencias individuales de injusticia.
- Al final, la disyuntiva de Cornejo no es meramente entre dos estrategias electorales, sino entre dos formas de construir el presente y el futuro de Mendoza.
- ¿Se inclinará por ser el eco de un grito nacional que promete demoler para reconstruir y que seduce a muchos mendocinos, o buscará, por el contrario, ser la voz de una provincia que aspira a evolucionar desde sus propias raíces, enfrentando el desafío de traducir el malestar difuso en un proyecto colectivo con identidad propia?
- Aún queda algo de tiempo. Cambia Mendoza ha mostrado habilidad en el manejo de este recurso tan estratégico en política. La oposición espera con ansiedad y algo de molestia. Se viene un mes y medio (máximo) de creciente tensión, diálogo y negociaciones. Para alquilar balcones.