Concejo de Guaymallén

Finalmente, Miqueas Burgoa no será removido de su banca

Tras una votación ajustada, el concejal que fue sorprendido ebrio en un control en General Alvear fue salvado por sus colegas, por considerar improcedente el pedido de remoción.

Tras un debate breve, con las posturas ya conocidas de todas las partes, el Concejo Deliberante de Guaymallén decidió no avanzar en la destitución del concejal Miqueas Burgoa al votar afirmativamente el dictamen dado por la Comisión de Interpretación Normativa que declaró "improcedente" el pedido de remoción del concejal Burgoa tras ser encontrado ebrio en un control policial en General Alvear. 

En una votación empatada entre los que apoyaron el dictamen y quienes no lo hicieron, por 6 a 6, finalmente la titular del Concejo, Verónica Cancela votó a favor del despacho de la Comisión. De este modo, Burgoa zafó del embate, como ya había anticipado Memo.

La votación

De acuerdo a la información detalladas desde el Concejo, los radicales Juana Allende, Cristina Vargas y Jonathan Mazuela, cercanos al intendente Calvente, votaron en contra del dictamen de la Comisión, junto a José Pozzoli del PJ, Pedro Bastias de Mejor Mendoza y Ezequiel Morales de la Unión Mendocina.

Por su parte, Matías Fernández, del PD, Ezequiel Genovese y Florencia Triviño y el propio Miqueas Burgoa, votaron a favor del dictamen. A ellos se sumó Sonia Sedano de la Unión Mendocina;  por lo que desempató la presidenta del Concejo, Verónica Cancela.

La interna en la Comisión

La Comisión está formada por nueve integrantes, seis de los cuales pertenecen a Cambia Mendoza, y el caso Burgoa dejó en evidencia la fractura interna dentro del oficialismo local. Tres concejales alineados con el exintendente Marcelino Iglesias -Ezequiel Genovese (presidente de la comisión), Matías Fernández y Florencia Triviño- votaron a favor del dictamen que rechaza la remoción. En contraste, los ediles cercanos al actual jefe comunal, Marcos Calvente, evitaron pronunciarse: Juana Allende y Jonathan Mazuela no asistieron, mientras que Cristina Vargas se abstuvo.

La falta de respaldo de los "calventistas" no sorprendió, sobre todo después de que el propio intendente y el gobernador Alfredo Cornejo pidieran públicamente la renuncia de Burgoa, tras el escándalo por conducir con alcoholemia positiva. Pese a esa presión política, el edil continuó resistiendo en su banca.

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Desde el sector de Iglesias argumentaron que el pedido no cumplía con los requisitos formales establecidos en los artículos 66 al 69 de la Ley Orgánica de Municipalidades (N°1079), que detallan causales como "desorden de conducta" o "actos de indignidad". Como en el caso de Burgoa no hay una acusación penal firme -el hecho fue una contravención por alcoholemia y no se confirmó el delito de resistencia a la autoridad-, la denuncia pierde sustento legal.

Editó: Carina Pérez

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