Suba del dólar: Gobierno y privados coinciden en que no habrá traslado fuerte a precios
Pese al salto de la cotización mayorista, funcionarios, consultoras y empresarios sostienen que el impacto en la inflación de julio será mínimo por el freno en el consumo, la apertura de importaciones y la expectativa de estabilidad fiscal.
En medio de la tensión cambiaria que elevó $67 al dólar mayorista desde fines de junio, en el Gobierno aseguran que no habrá un traslado significativo de ese aumento a los precios de la economía. Esta vez, el diagnóstico oficial coincide con el de analistas privados, industriales y supermercados, que tampoco prevén una ola de remarcaciones.
Desde la Casa Rosada sostienen que, en la práctica, los comercios y empresas no tienen margen para trasladar la suba del tipo de cambio al consumidor final. "Si ajustan precios, no venden", admitió un funcionario cercano al presidente. En la misma línea, fuentes del sector de alimentos aclararon que, por ahora, no ven aumentos generalizados: "Hay categorías que no permiten subir más. Es una decisión comercial", remarcaron. Supermercados grandes confirmaron la misma postura: "Por ahora, no".
En el Ministerio de Economía explicaron que la política de liquidez y tasas altas para sostener el "carry trade" y calmar al dólar no debería trasladarse a los precios de góndola. "No vemos impacto. Los precios no dependen de los costos, sino de la cantidad de dinero circulando, que se mantiene estable hace meses", indicaron cerca del ministro Luis Caputo.
El equipo económico defendió la decisión de desarmar los instrumentos de esterilización de pesos (LEFI), que liberaron $10 billones al mercado. Para la Casa Rosada, esa medida era inevitable para frenar movimientos especulativos. "El último día nos movían el dólar. Fue un ataque especulativo", justificaron, y apuntaron a proyectos legislativos que presionan el equilibrio fiscal y que el Gobierno planea vetar, ya que estiman un costo potencial del 2,5% del PBI.
Los datos privados respaldan la visión oficial. Consultoras como C&T estiman que la inflación de julio en el Gran Buenos Aires se mantiene alrededor del 2%, en línea con junio. Camilo Tiscornia, su director, aseguró: "No vemos un efecto claro del salto del dólar en el IPC. Lo único que sube más es el turismo por las vacaciones, algo habitual".
Federico Moll, de Ecolatina, sumó que el consumo masivo mostró apenas un leve repunte semanal: del 0,2% promedio pasó a 0,4%. "No es evidente que sea por el tipo de cambio. Si ese es el efecto, es una buena noticia. Hoy las ventas no acompañan aumentos de listas", explicó.
En Equilibra, Lorenzo Sigaut Gravina remarcó que la economía sigue sin despegar y que factores como la apertura de importaciones, la actividad estancada y la expectativa de disciplina fiscal limitan el habitual pass-through de la devaluación a los precios. De hecho, el EMAE de mayo mostró una caída de 0,1% y las ventas de junio se contrajeron 0,8% interanual, según Scentia.
De cara al segundo semestre, Equilibra prevé nuevos desafíos: presión cambiaria, una tasa de interés elevada que restringe el crédito, salarios que apenas empatan con la inflación y riesgos en sectores clave como Vaca Muerta, por la disputa judicial de YPF.
Marina Dal Poggetto, de EcoGo, coincidió en que la inflación de junio se ubicará en torno al 1,9% y que el traslado de la suba del dólar es bajo. "La actividad no permite remarcar y la apertura comercial frena aumentos", resumió.
Así, con ventas moderadas, una economía todavía fría y el control monetario como ancla, el salto del dólar parece, por ahora, no traducirse en nuevos sobresaltos inflacionarios.