Alianzas para sostener el buen rumbo de Mendoza
La opinión de César Cattaneo acerca del reciente acuerdo entre Cambia Mendoza y La Libertad Avanza para las elecciones legislativas de octubre.
En un año marcado políticamente por las elecciones legislativas, y con un calendario ya confirmado para Mendoza y sus departamentos, se abre un período donde la idea predominante es sobre qué tipo de liderazgos necesita nuestra provincia y país para sostener su rumbo de transformación.
En 2015, tras el fracaso de los gobiernos peronistas y sus gestiones totalmente deficientes social y financieramente, Mendoza eligió mayoritariamente un camino de orden, austeridad y transparencia. Cuando no estaba de moda, en nuestra provincia se diseñaron políticas de reducción del gasto público, digitalización, modernización de servicios públicos, promoción de la inversión privada y baja de impuestos distorsivos, como Ingresos Brutos.
Estas transformaciones se impulsaron y sostuvieron, tanto bajo el gobierno nacional de Cambiemos, con Macri a la cabeza, como con el Frente de Todos, con la presidencia de Alberto Fernández. Tras el triunfo de Javier Milei, hace dos años se vienen impulsando temas y construyendo una agenda Nacional que nuestra provincia ya aplica y conoce desde 2015. Se hizo mucho antes, incluso cuando estas ideas aún eran resistidas en gran parte del país y no estaban discursivamente de moda.
Por eso, lejos de plantear brechas entre la provincia y la Nación, existe una base ideológica y técnica objetiva, de coincidencias que justifican la construcción de una alianza estratégica entre Mendoza y La Libertad Avanza para dar continuidad a estas transformaciones. No se trata de nombres ni de sellos partidarios. Se trata de comprender que la sociedad no tolera disputas personalistas y partidarias, y cuando sobran razones para consensuar, es necesario ponerlas sobre la mesa.
Cuando no estaba de moda y mientras otras provincias se endeudaban, Mendoza achicaba su deuda en dólares un 55%. Mientras el sistema político nacional mantenía privilegios porque no era tendencia discutirlos, aquí se eliminaban pasajes aéreos, se reducían asesores y se digitalizaba el Estado en su totalidad. Mientras se discutía si implementar o no la boleta única de papel, Mendoza ya la aplicaba con éxito. Y peor aún, mientras se intentaba debatir una ley de Ficha Limpia en el Congreso, que finalmente fracasó este año, nuestra provincia la sancionó y puso en práctica.
En términos económicos, lo mismo puede decirse de la promoción de inversiones, de la compra directa de medicamentos de la India, que permite un ahorro estimado del 45% al 50% en comparación con los precios habituales, la promoción de la minería responsable o el desarrollo de energías renovables. Mendoza ha sido pionera, y hoy el país busca recorrer ese mismo camino.
Con estas coincidencias, parece bastante lógico construir una oferta electoral inteligente y amigable con la demanda de la ciudadanía mendocina. El crecimiento de nuestro país necesita de reglas claras y sostenibles a nivel nacional, y provincias capaces de aprovechar esta estabilidad y potenciar desde el orden y planificación local.
Además, hay un gran límite. Y son las recetas de sectores que ya fracasaron, y que llevaron a nuestro país a la ruina, alejando a la ciudadanía cada vez más de la confianza en sus instituciones políticas y económicas. Por eso, nuestros representantes gobernantes en Mendoza, y el equipo del gobierno nacional, tienen el deber de actuar con generosidad política y pensar en grande.