OPINIÓN

La justicia no se mide por kilómetros, sino por resultados

La reforma judicial que fortalece la especialización y mejora el servicio de justicia en Mendoza. La opinión del senador provincial David Sáez.

Senador provincial

Hoy, martes 12 de agosto, el Bloque Justicialista expresó en sesión legislativa su rechazo al proyecto presentado por la Suprema Corte de Justicia, argumentando que "aleja la justicia del interior" y "centraliza" los procesos en el Gran Mendoza. Sin embargo, estas afirmaciones desconocen el verdadero alcance y los beneficios concretos de la iniciativa.

La reforma no implica que los ciudadanos del Este o del Valle de Uco deban litigar sus causas tributarias o de paz en la Ciudad de Mendoza desde cero. Las audiencias, trámites y juicios de primera instancia seguirán desarrollándose en las sedes locales, como hasta ahora. Lo único que cambia es que, en segunda instancia y únicamente para causas de paz y tributarias, la revisión será realizada por Cámaras Civiles especializadas, lo que garantiza fallos técnicamente sólidos y coherentes con la materia tratada.

El acceso a la justicia está plenamente garantizado. Hoy, la oralidad, la digitalización y las herramientas de gestión judicial permiten tramitar apelaciones sin que las partes deban trasladarse físicamente de manera constante. En la mayoría de los casos, la presencia en la Cámara es excepcional, y cuando es necesaria, se articula con audiencias remotas o por delegación. Pensar la justicia como en 1973, cuando se creó la Cámara Civil del Este, es desconocer las transformaciones tecnológicas y logísticas de los últimos 50 años.

Actualmente, jueces y juezas del fuero laboral en el Este y Valle de Uco deben resolver apelaciones en materias para las que no concursaron, como las tributarias y de paz, restando tiempo a la resolución de causas laborales. Con la reforma, esas apelaciones serán tratadas por magistrados civiles con trayectoria y formación específica, mientras que los jueces laborales podrán dedicarse íntegramente a lo que mejor saben hacer: resolver conflictos laborales con rapidez, oralidad y perspectiva de derechos.

Durante todo 2024, las Cámaras del Trabajo de San Martín y Tunuyán resolvieron apenas 74 sentencias de paz y tributarias. Si estas causas se distribuyeran entre las cinco Cámaras Civiles de la Primera Circunscripción, el incremento sería de apenas cinco fallos por juez al año. Es decir, un impacto mínimo en carga laboral, pero un impacto enorme en calidad y eficiencia.

Lejos de ser un parche, este cambio corrige una distorsión que lleva años: tribunales creados para una materia resolviendo apelaciones ajenas a su especialidad. Esto no debilita la justicia del interior, la fortalece, porque permite que cada fuero se concentre en lo que le compete y que cada ciudadano reciba sentencias emitidas por magistrados preparados para su caso.

La justicia no se mide por kilómetros, sino por resultados. Afirmar que hay una justicia "de primera" en el Gran Mendoza y "de tercera" en el Este es caer en un eslogan vacío. Lo que realmente garantiza igualdad es que cada mendocino, viva donde viva, tenga un juez especializado que resuelva su causa en el menor tiempo posible. Eso es exactamente lo que esta reforma propone.

En definitiva, en la sesión de hoy el Justicialismo no rechazó un parche, sino una herramienta concreta para mejorar el funcionamiento del Poder Judicial en Mendoza. Resistirse a un cambio que optimiza recursos y mejora la técnica jurídica en las resoluciones es, en los hechos, mantener un sistema que ya demostró sus falencias.

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