"Va con onda": La advertencia de Macri a Milei sobre la relación con EEUU
Pidió diversificar vínculos internacionales y señaló la necesidad de mirar a nuevas regiones, como el Golfo.
Luego de que se conociera que retomó el diálogo con el Presidente, el exmandatario Mauricio Macri firmó una nota editorial para la Fundación Pensar, el think tank del PRO, con varias señales para la política exterior de Milei.
Pidió diversificar vínculos internacionales y señaló la necesidad de mirar a nuevas regiones, como el Golfo.
Elogió la estabilización macroeconómica y llamó a profundizar reformas.
El texto completo:
Cuando un país acierta en el rumbo de su política exterior, no solo gana visibilidad y posicionamiento: gana futuro.
Los argentinos lo sabemos por experiencia. Durante demasiado tiempo nuestra dirigencia nos mantuvo encerrados en nuestras fronteras, "viviendo con lo nuestro", mirándonos el propio ombligo.
Ese aislamiento nos costó desarrollo, inversiones y oportunidades de crecimiento. Hoy, con una agenda de estabilización macroeconómica en marcha y un renovado interés en facilitar el desarrollo del sector privado, es necesario continuar con la agenda del cambio a pesar de los desafíos que se presentan.
Tenemos la posibilidad histórica de dar un salto de competitividad. Y ese salto dependerá también, en buena medida, de la forma en que nos vinculamos con el mundo. Porque cuando se conduce con pragmatismo y profesionalismo, la política exterior se convierte en una herramienta concreta al servicio del crecimiento sostenido.
Estamos frente a una nueva oportunidad para construir confianza internacional, ampliar y diversificar socios, y multiplicar nuestra participación en el comercio y las inversiones globales. Porque la mejor política exterior es aquella que se traduce en capacidad competitiva y ofrece mayor bienestar a los argentinos.
Pocos países cuentan con un potencial tan grande como el nuestro. Tenemos los recursos naturales que demanda el mundo, y también contamos con algo mucho más valioso: el talento de nuestra gente.
Una estrategia internacional inteligente debe liberar todo ese potencial. Especialmente en sectores como la agroindustria, los alimentos, el petróleo y el gas, la minería, la logística para nuestras exportaciones, la biotecnología, las energías renovables, el turismo y el deporte. El mundo ya no gira en torno a un solo centro de poder. Vivimos en un escenario internacional donde múltiples actores, públicos como privados, son nodos de poder político y gravitación económica.
Emergen nuevas regiones y polos de influencia. Apostar a un único socio sería limitarnos en nuestro horizonte de oportunidades. Oportunidades que, además, muchos otros países ya están capitalizando.
Estar demasiado focalizados en un puñado muy reducido de alianzas internacionales es en detrimento de nuestro interés nacional. Y en este contexto, ampliar la mirada hacia regiones no tradicionales es fundamental. Entre todas las geografías del mundo, los países del Golfo se destacan crecientemente por su influencia política y económica.
Éstas naciones desempeñan un rol central en los mercados energéticos globales, avanzan en ambiciosos planes de diversificación económica, mueven fondos soberanos con enorme influencia internacional, invierten en industrias vanguardistas y del futuro y, al mismo tiempo, cultivan relaciones equilibradas con las grandes potencias. Se han convertido en actores estratégicos de primer orden. Argentina no puede seguir observando ese tablero pasivamente desde la distancia.
Necesitamos una estrategia integral para fortalecer los vínculos con el Golfo, entendiendo el peso económico y geopolítico creciente de la región. Esta agenda no debe limitarse al plano diplomático: requiere sumar al sector privado y comprometer a las provincias, de modo de aprovechar capacidades productivas y oportunidades regionales.
La experiencia internacional demuestra que, además, la diplomacia presidencial juega un rol decisivo: las visitas de alto nivel no son meros gestos protocolares, sino herramientas para proyectar al país como un socio confiable y con visión de largo plazo.
Argentina está ante una ventana de oportunidad. Si entendemos que la política exterior es desarrollo, y no retórica, podremos dejar de ser espectadores y ocupar el lugar que nos corresponde en un mundo que se reconfigura rápidamente.