Malamud: "El oficialismo necesita no perder por paliza"
El politólogo Andrés Malamud advirtió por Radio Post que las elecciones intermedias definirán la capacidad del gobierno de consolidar legisladores y mantener estabilidad política, mientras enfrenta tensiones con gobernadores y presiones externas de Estados Unidos y China.
A pocos días de las elecciones intermedias, el politólogo Andrés Malamud analiza un escenario complejo para el oficialismo. Según su diagnóstico, el gobierno argentino enfrenta desafíos tanto internos como externos que marcarán el rumbo político de los próximos meses.
Según Malamud, Argentina se encuentra en un contexto internacional cada vez más polarizado: "Creíamos en la globalización que iba a tornar el mundo uno. Y ahora estamos viendo que se está tornando dos. Uno liderado por Estados Unidos y otro por China y todos los demás tenemos que elegir nuestro lugar". Señaló que la disputa por la influencia en el país implicaba decisiones concretas sobre acuerdos comerciales y proyectos estratégicos: "No dejar de comerciar, pero tampoco habilitar nuevas inversiones en infraestructuras críticas. Eso va a pasar", dijo durante una nota en el programa " A pesar de las llamas" por Radio Post.
El analista explicó que, si bien el gobierno intentó mostrar que no había condicionamientos externos, estos sí existieron y tuvieron límites claros: "Hay condicionamientos, sí, solo que esos condicionamientos tienen límites, en la dimensión comercial no se van a meter con Argentina, lo que no va a ocurrir es que se habiliten proyectos chinos en infraestructuras críticas, puertos de aguas profundas, tecnología de última generación".
En el plano interno, Malamud destacó que la gobernabilidad dependía de la negociación con los gobernadores: "Eso se define a nivel nacional, como la construís, parecía obvio que tenés que negociar con gobernadores, pero en todo caso esas serían las exigencias, alias recomendaciones". Sin embargo, precisó que ninguna alianza era incondicional: "No hay gobernadores incondicionales en este juego, estas son alianzas y es lógico que lo sean, no es una fusión, que es lo que hubieran querido algunos violetas e incluso algunos amarillos. El caso de la provincia de Buenos Aires, donde Montenegro, el intendente de Mar del Plata, Ritondo y Santilli están todavía en el Pro, porque están más alineados con Milei que con Macri, es muy claro".
En este contexto, mencionó el rol particular de Alfredo Cornejo, gobernador de Mendoza: "En el caso de Cornejo no pasa eso porque Cornejo es el jefe. Cornejo no decidió dejar de ser jefe. Es un jefe que se alía con otro jefe. Cornejo y Milei no tienen el mismo cargo, uno es presidente y otro gobernador, pero ambos lideran". Malamud contrastó su posición con otros dirigentes que eran seguidores y no líderes, y señaló que estas alianzas fueron estratégicas para el oficialismo: "Más explícito no podía ser ya que es uno de los cuatro o cinco que forman alianzas tácitas o explícitas".
Sobre la proyección electoral, el politólogo sostuvo que el objetivo del oficialismo era limitar la derrota y mantener la fuerza legislativa: "Lo que necesita es no perder por paliza. Si pierde por poco es interpretable, porque ese poco podría significar que metió muchos legisladores, entre 12 y 14 cargos senatoriales y no pierde ninguno; en la Cámara de Diputados salen media docena de diputados y van a meter más de 30, quizás 40, así que solo puede ganar legisladores".
Malamud advirtió además sobre los riesgos políticos derivados del resultado electoral, en particular la posibilidad de un juicio político. Señaló que la magnitud del porcentaje obtenido por el oficialismo sería determinante: "Más del 35% menos habría sido una derrota histórica sería altamente improbable que saque más de 45, lo que habría sido ideal".
Finalmente, analizó la boleta única de papel y sus efectos en la provincia de Buenos Aires, destacando un error de diseño del oficialismo y la estatización del mercado electoral: "Si siguiéramos con las boletas partidarias, el gobierno reimprimiría las propias, ahora se pusieron en manos del Estado totalista, una contradicción ideológica, aunque sea un avance".
Por último, fue consultado sobre cuánto lo puede complicar al gobierno de la provincia de Buenos Aires que en la boleta única de papel siga el nombre de José Luis Sper, ya que no va a ser reimpresas. Malamud consideró dos aspectos: "Hay dos interpretaciones, la que dicen que eso facilita la identificación de la lista y es verdad, es la primera columna Sí, la que aparece violeta. La gente que quiere votar a la Libertad Avanza, ya sabe lo de lo de Espert o no le importa, va y sabe cuál es, mete la ahí. Y otros que dicen, "No, eso va a espantar al votante al Unión Republicana." No está claro, lo sabremos dentro de poco. En cualquier caso, esto marca dos cosas. Primero, el error del gobierno en hacer el screening de los candidatos.
Pusieron a cualquiera, tanto pusieron a cualquiera que cuando se les cae el primero quieren esconder a la segunda. Sí, ya sé que lo querían poner a Santilli para tapar la candidata mujer que ellos mismos se eligieran. Pero lo segundo es que la boleta única de papel, que es probablemente un gran avance en términos institucionales, es al mismo tiempo una estatización del mercado electoral. Y siguiéramos con las boletas partidarias, el gobierno reimprimiría las propias, los partidos imprimían la boleta partidaria. Ahora se pusieron manos del Estado solidario en los libertarios, una contradicción ideológica, aunque sea un avance. Cayeron en su propia trampa, por decirlo de alguna manera. El cazador casado."
En síntesis, el politólogo describió un tablero preelectoral donde el oficialismo debe equilibrar relaciones internacionales, coaliciones provinciales y la composición legislativa para transitar la segunda mitad del mandato sin sobresaltos mayores.