Opinión

Tras su victoria, Milei busca convertir el impulso electoral en poder de negociación

Con los mercados en alza y un Congreso más favorable, el Presidente prepara sesiones extraordinarias para aprobar las reformas clave. El nuevo escenario también mejora las perspectivas financieras y de reservas del Banco Central.

Juan Pablo Rotger
Analista macroeconómico en Mariva Research Licenciado en Economía UBA, maestrando en UTDT, lleva cinco años trabajando en consultoría macroeconómica. Especializado en temas monetarios y financieros, con un enfoque multidisciplinario

La victoria contundente de la Libertad Avanza en las elecciones de mitad de término fue tan inesperada como impactante. Los bonos soberanos se dispararon un 15% en lo que va de la semana, lo que redujo el riesgo país a 676 puntos básicos y el índice moral medido en dólares norteamericanos subió más de un 40%.

Esto dio a las autoridades un respiro muy necesario para recalibrar ciertos aspectos del programa económico. A pesar de su impresionante victoria electoral, el presidente Milei aprovechó su discurso para reforzar su reciente acercamiento a los sectores más dialoguistas de la oposición. El gobierno ya declaró su intención de convocar sesiones extraordinarias durante diciembre con la nueva composición del Congreso.

Su objetivo es impulsar algunas reformas ambiciosas como la laboral y la tributaria, además de aprobar el presupuesto 2026. Milei entiende que, incluso después de que su partido ganara mucho más escaños en el Congreso de lo esperado, todavía necesitan el apoyo de los gobernadores para estas reformas. Las negociaciones en las próximas semanas serán intensas y las seguiremos de cerca.

El BCRA publicó una presentación en la que sostiene que el periodo postelectoral abre una ventana para la recuperación de la demanda de dinero, lo que sería compatible con la compra de dólares en el mercado sin esterilizar y la consiguiente inyección de pesos en la economía. Esta reunión con inversores tuvo lugar a mediados de octubre en Washington, pero su publicación ahora no es casual.

Consideramos probable que el BCRA se embarque en un programa de compra de reservas en las próximas semanas, en lugar de permitir una mayor caída del tipo de cambio como lo hizo en el pasado. Esto no sería a expensas del esquema de bandas de flotación ya que el programa con el FMI permite explícitamente compras dentro de las bandas con el fin de mejorar las reservas internacionales. La dinámica de la balanza de pagos será clave hacia adelante.

La recuperación de la demanda de dinero mencionada anteriormente debería implicar grandes flujos de divisas a través de la cuenta financiera. La cuenta corriente también mejoraría significativamente con respecto a su tendencia pre-julio. Las exportaciones de bienes en cantidades están en su nivel más alto, especialmente ayudadas por los records de petróleo y gas y minería. Se prevé que la campaña agrícola de este año también rompa todos los registros anteriores.

Además, los precios han subido en las últimas semanas y las hojas se sitúa ahora bien por encima de los $400 por tonelada. Es muy posible que estemos entrando en una fase del programa económico caracterizada por la abundancia de divisas.

Aunque exigir la compra de los 7700 millones de dólares que serían necesarios para cumplir con el objetivo del FMI es poco razonable a estas alturas, la promesa de las autoridades de utilizar el flujo para reponer las reservas internacionales es muy bienvenida. La fuerte caída del riesgo país abre una ventana para refinanciar los vencimientos de la deuda. Los pagos programados de principal de la deuda en enero ascienden a un total de 2700 millones de dólares.

Con el respaldo del acuerdo de swap con Estados Unidos, creemos que ahora es un objetivo muy realista. El riesgo país tendría que descender aún más, por debajo de los 600 puntos básicos, lo que dado los rendimientos actuales de la deuda de Estados Unidos implicaría emitir a tasa de interés de un solo dígito.

No podemos descartar otras estructuras de financiación alternativas con hedge funds y bancos internacionales, que contarían también con respaldo del gobierno estadounidense y que implicaría costo de financiación aún más bajos. Este escenario parecía utópico hace solo una semana, pero ahora parece plausible.

Esta nota habla de: