OPINIÓN

¡75 años de silencio cómplice!

La ciudad exige ser intérprete de su realidad, la Provincia abandonó la pesca y nuestra fauna ictícola. Escribe Horacio Marinaro, presidente la Asociación Malargüina de Pesca con Mosca.

Horacio Marinaro
Exconcejal de Malargüe por el PD.

En Malargüe, ha llegado el momento de la verdad: es ahora, es ya. No podemos permitirnos el lujo de seguir lamentándonos o achicándonos. Es imperativo reconocer que estamos ante una oportunidad de distinguir y juzgar nuestra realidad desde una perspectiva radicalmente nueva, despojada de viejas lealtades o aprendizajes obsoletos.

Ha llegado la hora de los intérpretes de nuestra propia situación. Es tiempo de tomar decisiones, de romper el silencio y, finalmente, de sublevarse a la política de grandes padrones implementada por un gobierno provincial que sistemáticamente denigra y subestima a nuestra sociedad. Debemos valorizarnos, reflexionar y asumir que la capacidad de revertir esta situación está en nuestras manos. No podemos darnos por vencidos.

Lo que antaño pudo parecer una gestión ideal o tranquila hoy no es más que un objeto de un pasado retrospectivo y rancio. La gestión local parece haber normalizado lo poco metódico y lo inimaginable. Pero lo más grave es el silencio ensordecedor y cómplice del gobierno municipal ante los evidentes despojos del centralismo provincial: rutas provinciales abandonadas, promesas de cloacas incumplidas y la adopción de pautas que nos hacen pasar drásticamente a un extremo "radical" de inacción.

El recurso pesca y el estado de nuestra fauna ictícola es la muestra más dolorosa del desprecio político y ambiental del gobierno provincial hacia Malargüe. El costo del centralismo, es solo despojo y silencio

La minería y las grandes mineras ya deberían contar hoy con los estudios de base cero de nuestros ríos. Esta realidad, crucial para la protección de nuestro ecosistema, sencillamente no existe. Nunca se realizaron, pero eso sí, las Evaluaciones de Impacto Ambiental (EIA) salen aprobadas "como por un tubo". ¿Esto es producto de una casualidad o es la prueba de una predestinación corrupta? Solo un análisis honesto lo dirá.

El recurso ictícola de Malargüe enfrenta desafíos críticos: "funcionarios sin función y estudios inexistente". El actual marco regulatorio es débil o se ignora.

No se cumple con la vital Ley de Pesca N° 4.428/1980. Falta un marco legal claro y buenos controles. Se sacrifica la conservación en pos de una actividad recreativa que, sin control, destruye el ecosistema. Eso es un desequilibrio fatal

La pesca deportiva es una fuente potencial de desarrollo económico y social, pero solo si el gobierno provincial asume su responsabilidad de: crear un marco regulatorio claro, fortalecer los controles y la fiscalización, y fomentar la pesca sostenible.

La anarquía reinante en la Dirección de Biodiversidad y Ecoparque, y en la Jefatura de Fauna de la Subsecretaría de Ambiente de Mendoza, le gana por goleada a la ley y al sentido común. El gobierno mantiene una gestión cero en la cuestión ambiental y la pesca deportiva en Malargüe. Abundan los títulos rimbombantes para funcionarios que ni se preocupan ni se ocupan del recurso ictícola. En fin, una anarquía y una tragedia ambiental

Hemos aprendido a vivir con falsedades. Hoy, el resultado de aquel "jolgorio" instalado a partir del año 2015 por Domingo Mingorance y ejecutado por Sebastián Melchor tiene un costo real: la tragedia actual del recurso pesca. Diez años después, la Mendoza actual exhibe un exceso de anarquía. La suma de desencuentros entre la política y la corrupción muestra la degradación generada por la inoperancia e ineficiencia del Gobierno en este y en otros temas. Es un gobierno ausente que solo se enfoca en lo que le otorga réditos económicos y personales.

El escenario de algunos fines de semana largo sobrepasó las previsiones más pesimistas en Malargüe. Estas son las imágenes simbólicas del naufragio del gobierno provincial y de los responsables de controlar el recurso pesca. Muestra el naufragio del "Gobernador Ventero"

Mientras el gobernador se enfrasca en una agenda surrealista de actos formales, inauguraciones y temas mineros, ganándose la definición de "gobernador ventero" (utilizada incluso por algunos de sus colaboradores), el territorio sufre.

La pregunta que nos hacemos los malargüinos es urgente: ¿Quién manda en Mendoza y en Malargüe? ¿Dónde reside el poder? La respuesta es clara: Cornejo y Jaque son los jefes de un Estado ausente que ha dejado a Malargüe a la deriva.

Definitivamente, debemos interpelar a la cúpula: ¿A quién le importa Malargüe? La respuesta "es el silencio de radio."

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