Chile

Comprobaron que las empresas chilenas usan micros más contaminantes en zonas pobres

El análisis reveló que las comunas con menos ingresos están expuestas a un 37% más de polución en comparación con aquellas de la zona oriente de la RM

Un estudio chileno logró evidenciar la desigualdad en contaminación de transporte en Santiago: mientras que en las zonas de ingresos medios y bajos está expuesta a un 37% más de polución, la zona oriente presenta circulación de flotas más limpias. La investigación "A vehicle-level analysis of public transport emissions and sociodemographic disparities using mobile phone data for group characterization" fue financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), y publicada en el Journal of Transport Geography. 

El trabajo fue realizado por los investigadores de la PUCV Franco Basso, Felipe Feijoo y Sebastián Gajardo, Raúl Pezoa de la UDP, Mauricio Varas de la UDD y Julio Covarrubia de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel). Según explicaron, el estudio logró trazar por primera vez un mapa detallado y hora a hora de las emisiones reales del transporte público tras combinar datos GPS de más de 4.900 buses del sistema de Santiago con información anónima de teléfonos móviles. Esto permitió cruzar las trayectorias reales de los buses con la ubicación de la población minuto a minuto. 

Julio Covarrubia, investigador de Entel y coautor del estudio, sostuvo que "el principal aporte de esta investigación tiene que ver con la naturaleza de los datos. La información de telecomunicaciones permite representar a la población flotante, es decir, lo que hacen las personas día a día". 

"Por lo tanto, la exposición a la contaminación depende de dónde están las personas, ya que esta está determinada por la proximidad a las fuentes emisoras. Esto nos permite diseñar medidas más adecuadas para los lugares donde la gente realmente respira la contaminación, priorizando así las inversiones para mitigar la situación", afirmó. 

Principales hallazgos ¿Los resultados del estudio? 

Los modelos tradicionales no consideran el modo de conducción como "las condiciones reales de conducción, como la pendiente o las detenciones frecuentes, ni tampoco la población flotante. Al incorporar estos factores, las emisiones reales resultan mucho más altas de lo que se estimaba"

Esto se traduce en al menos en un 37,5% más de partículas finas PM2.5, que provienen de la quema de combustibles, el tráfico y actividades industriales, y que pueden penetrar los pulmones perjudicando gravemente la salud. Se suma un 36,8% más de óxidos de nitrógeno (NOx), contaminantes perjudiciales que contribuyen al smog fotoquímico y a la lluvia ácida, y pueden provocar daños pulmonares. 

El académico de la Escuela de Ingeniería Industrial de la PUCV y del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería, Franco Basso, explicó que "esto es un llamado de alerta a que se puedan tomar en consideración estos modos de conducir, porque el modo en el cual se conduce tiene un efecto importante en el consumo de combustible y también en las emisiones"

Basso explicó que "el estudio muestra que los buses más antiguos y contaminantes circulan sobre todo en zonas de ingresos medios y bajos, mientras que las comunas de mayores ingresos tienen mayor presencia de buses más limpios". 

"Hay disparidades muy marcadas en la exposición, donde los adultos en edad laboral de ingresos medios bajos son los principales afectados en términos de exposición a emisiones por el transporte público, mientras que las poblaciones más jóvenes y de mayores ingresos están consistentemente menos expuestas", sostuvo. "Santiago sigue creciendo en su flota eléctrica, y parte de la solución es incorporar estos buses donde la exposición es mayor, con una mirada explícita de justicia ambiental en la asignación territorial de tecnologías limpias", afirmó el académico PUCV. 

El mapa de la contaminación 

La división es clara. Comunas como Santiago, Lo Espejo, Pedro Aguirre Cerda y La Granja aparecen teñidas con el color de la alta contaminación (ver foto más abajo), asociada a buses con estándares EURO III y III F, tecnologías más antiguas y contaminantes características por sus recorridos de colores naranjo, azul, verde, turquesa, rojo y amarillo. 

En la zona oriente, Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea muestran índices verdes, beneficiadas por la circulación de más buses eléctricos (rojo y blancos de Red Movilidad) y EURO VI, una versión más moderna y ecológica que en otras comunas. De acuerdo a la investigación, son los adultos jóvenes entre 25 y 34 años y los grupos de clase media y media-baja C3 y D los más expuestos, por ser quienes más usan y dependen del transporte público, además de vivir y circular en zonas con alta presencia de buses. 

Por otra parte, los menores de 25 años, y los grupos de clase alta (AB) y de alta vulnerabilidad (E) son aquellos con menor exposición a contaminantes. 

El efecto de las partículas finas PM2.5 y de óxidos de nitrógeno (NOx) en cada comuna del Gran Santiago. Crédito: Estudio "A vehicle-level analysis of public transport emissions and sociodemographic disparities using mobile phone data for group characterization". 

La propuesta de los investigadores 

Entre las conclusiones del estudio, los investigadores alertan de la necesidad inmediata de reasignar flotas y así seguir exponiendo a la población a contaminantes en sus recorridos del día a día. "El desafío no es solo tecnológico, sino también social", sostiene el documento. "Si las ciudades quieren avanzar hacia una movilidad sustentable y justa, deben asegurar que los beneficios de la electrificación lleguen a todos los grupos, no solo a quienes viven en los barrios más ricos", apuntaron los autores del estudio. 

Asimismo, advierten que la solución al problema no se encuentra en la implementación de asignar más buses a la red Metropolitana, sino que las autoridades deben poner el foco en la redistribución del sistema.

Fuente: Emol.com - 

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