Entrevista

El "absolutismo presidencial" de Milei chocó contra el Congreso y el federalismo en el cierre del año legislativo

En un balance tras la sesión por el Presupuesto 2026, Claudio Jacquelin analizó la "impericia y obstinación" de un oficialismo que ignora los límites del poder real. El periodista advirtió sobre el surgimiento de "gobernadores ricos", la fractura con Macri y el costo político de una narrativa que calificó como una "vieja estafa".

La política argentina cerró una semana de altísima intensidad en el Congreso, donde el Gobierno de Javier Milei logró finalmente la aprobación de su hoja de ruta para el 2026, aunque no de la manera que esperaba. En un análisis profundo, el periodista Claudio Jacquelin desmenuzó en el programa "A pesar de las llamas" por Radio Post, el nuevo esquema de poder y advirtió que el Ejecutivo enfrenta un problema estructural: "Le cuesta mucho comprender dos limitantes que tiene el poder presidencial: el Congreso, donde está la representación de las provincias, y el Estado Federal".

Noche swinger en el Congreso, con traiciones cruzadas 

Para Jacquelin, la sesión reflejó una "especie de obsesión, de tara, de algo que difícilmente pueda explicar la política" del presidente por imponer su voluntad sobre leyes como el financiamiento educativo. Según el analista, Milei creyó que el triunfo de octubre le había allanado el camino para "tener lo que algún ministro mexicano denominó el absolutismo presidencial, que es su sueño desde los orígenes", pero se topó con la realidad de los gobernadores que "tienen un poder propio y saben hacer transaccionalismo"

Esta actitud de intentar doblegar voluntades terminó en una "impericia" que impidió el tratamiento exprés de la reforma laboral, algo que solo el kirchnerismo o el menemismo con sus "buenas y malas artes" de escribanía habrían logrado. Para el periodista, el mandatario es "muy negador de esa complejidad, ante un problema de 20 variables, él es mono-variable".

El fin del relato y el "culto a la crueldad"

Uno de los puntos más álgidos fue la designación de autoridades en la AGN, que Jacquelin interpretó como una ruptura ética con su electorado al nominar a figuras como Mónica Almada, a quien definió como una "histórica saltimbanqui de la política". Al desplazar al PRO y nominar a quienes tienen antecedentes cuestionables, el Gobierno terminó de desdibujar su identidad: "Esa línea que había marcado respecto de su disputa con la casta ya ha pasado a ser parte de una vieja estafa que ya no está ni volverá. No es que luchan contra la casta, sino que construyen su propia casta".

Presupuesto con media sanción y zancadilla al oficialismo en puntos clave 

En este sentido, Jacquelin fue tajante sobre el trato hacia figuras como Mauricio Macri o Cristian Ritondo: "Este gobierno ha hecho del culto de la crueldad, maltratando a sus aliados y dejándolos a la vera del camino malheridos". Advirtió que, aunque hoy el éxito electoral los protege, "la crueldad en algún momento se paga" y los acreedores políticos aparecerán cuando el viento deje de soplar a favor: "Mientras te va bien, eso pasa por abajo del radar; cuando te empiece a ir mal, vas a tener una fila que te van a venir a cobrar las deudas que dejaste".

Gobernadores empoderados y las deudas del poder

El periodista también destacó el cambio en el mapa del poder federal. Con el auge del sector energético, mandatarios como Rolando Figueroa representan un nuevo desafío: "En la medida en que las economías extractivas sigan alimentando el poder de las provincias, lo que vas a tener es más Mileis que gobernadores: ricos y empoderados"

Esta autonomía provincial fue la que terminó frenando el Capítulo 11 del presupuesto, lo que paradójicamente benefició a los usuarios con la continuidad de la "zona fría" para el gas, pero profundizó el conflicto con la Ciudad de Buenos Aires por la coparticipación y dejó en el aire el arreglo de deudas de Edenor.

Pese a la aprobación general, Jacquelin reveló que el oficialismo terminó la jornada con "frustración porque no le había salido como había querido". Concluyó que Milei debe aprender que en política "lo más difícil siempre es la última milla; es bastante fácil estar cerca, pero hay que llegar y trasponer la meta". Sin acuerdos políticos fuertes que den sostén, el analista advierte que el plan oficial corre el riesgo de ser una construcción de "marketing" propensa a derrumbarse ante las primeras dificultades reales de gestión.

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