Entre el anuncio y la impresión, el billete de $2.000 perdió más de 24% de valor

El 2 de febrero, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) anunció que próximamente circularía un billete de 2.000 pesos, lo que representó un hecho histórico: por primera vez, se autorizaría la impresión de un billete de mayor denominación al vigente en un gobierno peronista.

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Desde entonces, pasaron casi cuatro meses para que finalmente entren en circulación los primeros billetes de 2.000 pesos, tiempo suficiente para que el valor real de esos papeles perdieran más de 24% de su valor (entre su anuncio e impresión).

Para llegar a esta conclusión hay que calcular la inflación acumulada en Argentina en el periodo febrero, marzo y abril: 24,47%. Pero a ello habría que sumarle el IPC de las primeras semanas de mayo, números que aún no están confirmados, por lo que la pérdida de valor del billete de 2.000 superaría el 24,47%:

En este punto, se ratifica que ante este ritmo inflacionario, Argentina necesitaba un billete sustancialmente mayor; si se toma como referencia el momento del lanzamiento del billete de 1.000 pesos, en 2017, ese papel equivalía a 66 dólares. Por lo tanto, hoy haría falta un papel de 30.000 pesos.

A diferencia de 2017, hoy no se puede ir a un banco a comprar dólares: hay que acudir al mercado paralelo. Allí, con el billete en pesos de máxima denominación, se conseguirán a cambio apenas 4 dólares.

"Con el nuevo billete te podés comprar dos paquetes de Lays y te sobra para unos caramelos. Completamente detonados. Este billete no tiene sentido, compras tres cosas en el súper y ya no te alcanza. Nuestra moneda está reventada", tuiteó el diputado Ramiro Marra, aliado de Javier Milei.