El varón mendocino del tango
El varón Álvarez cumplirá pronto 50 años de trayectoria actuando. Es un artista que ha tenido momentos de creaciones escultóricas y nos ha representado en distintos países americanos y europeos también.
- ¿Cómo te presentarías?
-Soy un cantor popular. Durante mi adolescencia en los años 60, entre el folclore, la música brasilera y el rock, elegí el tango porque me identificaba con sus letras.
El varón Alvarez
- ¿Quiénes fueron tus maestros?
-Julio Sosa fue mi inspiración por su voz, su manera de pronunciar y su exquisita dicción. Comprendía perfectamente la poesía que yacía en cada tango. Mis primeros maestros fueron mi madre y su padre, a quien escuchaba en las fiestas familiares. Él había venido de Italia con un acordeón que tocaba en ocasiones. Me llamaba mucho la atención escucharlo cantar y ejecutar ese interesante instrumento.
Luego, cuando fui más grande, aprendí algunas cosas escuchando a los cantores de mi barrio en Maipú, como Chaco Vargas o Lito Muñoz. Me recomendaron comenzar mi formación con el maestro Forno que vivía en Las Heras, pero una vez que logré irme a vivir a Buenos Aires, fui discípulo de Héctor Alcorta. Con él aprendí técnica vocal y a colocar la voz y lo mejor era que para sus alumnos avanzados (como era el caso), organizaba espectáculos donde cantábamos y practicábamos delante del público.
-¿En qué lugares de Mendoza cantaste?
-Quisiera agradecer a la gente que me abrió las puertas de tantos lugares: Inti Huasi, el hotel Huentala, la Bodega del 900, Carmina Burana, entre otros. Diría que canté en todos los distritos de Mendoza, en escenarios grandes y pequeños, en todos los teatros.
Creo que todo comenzó a raíz de la promoción que se hacía desde la radio con Nicolás Segovia y los locutores del momento. En esa época todos los fines de semana venía un artista de Buenos Aires a nuestra provincia. Tuve la suerte de conocer a varios y la persona que más me impactó fue Virginia Luque. Me presentaron a uno de los mejores pianistas que tiene Mendoza, Oscar Funes, y le propuse trabajar juntos. Él aceptó acompañarme con su instrumento y dimos espectáculos en fiestas de la Vendimia, festivales, locales bailables y actualmente seguimos siendo muy amigos.
Acompañado por la guitarra de Jorge Marziali
- ¿Tuviste un programa de radio también?
-Sí, trabajé en Radio Nacional en un programa llamado "Convergencias". Al tiempo decidí seguir solo y cambiar su nombre. Así nació "El taller del viento" que estuvo en el aire desde 1986 hasta 1990. Invitaba a muchos artistas (conocía a la mayoría) para que anunciaran y promocionaran sus próximos shows o muestras de arte, para que leyeran poemas o cantaran en vivo.
En Radio Nacional con Víctor Heredia
- ¿Cómo fue tu vida en España?
-Estuve en 2003 y también actué allí, pero lo más curioso fue mi carrera como escultor. Conocí a Fernando Artese, un historiador que admiraba la obra cúlmine de Miguel de Cervantes. Lo acompañé a visitar cada lugar de la ruta de Don Quijote y además de cantar en algunos bares, empecé a hacer esculturas. Él fue como un mecenas para mí, pues me proveyó de un espacio físico y herramientas para crearlas. Sucedió que un día, durante nuestro periplo en Castilla la Mancha, hubo una fiesta y me propuso realizar una muestra itinerante con diez de mis obras. Fue algo maravilloso y hasta expuse en la casa de Dulcinea. Además, conocí muchos pueblitos y algunos lugares vitivinícolas muy parecidos a Mendoza.
-¿Qué sucedió a tu regreso?
-Al volver trabé amistad con Israel Raij y su esposa Diana Wol, dos grandes artistas, que crearon en la Alameda un verdadero centro cultural llamado "Tajamar". Allí trabajé cuatro años todas las noches, rodeado de excelentes músicos y bailarines, brindando shows para turistas. Nuestro espectáculo se llamaba "Tinta roja" y estaba compuesto por dos parejas de bailarines, piano, guitarra y bandoneón. La experiencia de cantar todos los días fue muy buen aprendizaje para mí y significó un paso que dejó una rica impronta en mi carrera. Con este elenco hicimos además algunas giras por el país hermano de Chile.
-¿Qué te atrae del tango?
-Dediqué tiempo de mi vida para aprender su historia y descubrí que cada uno tiene la suya. Algunos hablan de nuestro país, otros de distintas épocas que fueron muy complejas (las ollas populares, las grandes huelgas). Me hace feliz saber que lo que canto tiene fundamentos y los escojo muy a consciencia en mi repertorio. También he introducido algunos nuevos y otros poco difundidos ya que considero que detentan tanta riqueza como "Caminito" o los de Piazzolla.
-¿Cómo ha sido tu paso por otras ramas del arte?
-Pude exponer en Mendoza varias veces mis esculturas, junto a las pinturas de Laura Hart, las fotografías del mismísimo Máximo Arias y las obras de Viviana Ordoñez. Lo hicimos en muchos lugares y cada tanto nos ofrecían un salón del que fuera el diario "Mendoza", que quedaba al lado del Automóvil Club en calle San Martín.
Cristóbal Arnold, actor y director de teatro me convocó para hacer una obra llamada "El pobre tipo", donde cantaba y actuaba. Estaba acompañado por su hijo Juan, Ernesto Calvo en el bandoneón, además de bailarines y otros actores que actualmente radican en España.
El maestro Di Paola, un conocido director de teatro, me invitó a formar parte del sainete "El conventillo de la paloma". Actué junto a Jorge Fornés, el actor principal, yo era su contrincante y tuve el honor de compartir escenario con la increíble Susana Jerez, para mí, una referente del bel canto.
Durante tantos años vividos y lugares frecuentados he estado en contacto con gente talentosa como Armando Tejada Gómez, el Polaco Goyeneche, Marciano Cantero, Gladys Ravalle, Tilín Orozco.
Espectáculo el Conventillo
En 2009 Susana Jerez me ofreció participar en un proyecto llamado "Tango nuestro", con su actuación, el bandoneón de Walter Anselmi, la guitarra de Rubén Martínez y el piano de Juan Pablo Montisalti y los bailarines Diego Ferreira y Claudia Putalivo. Desde entonces actuamos casi todos los años en distintos locales de la provincia y participamos con él en el festival "Tango por los caminos del vino".
Tango nuestro en teatro imperial de Maipú
-¿Una reflexión personal?
Agradezco a Dios por todo lo que puso en mi camino para vivir dignamente. Como mi padre quedó ciego cuando yo era un niño, con mis hermanos tuvimos que ser el sostén de la casa y a pesar de las circunstancias, creo que fue muy interesante esa experiencia. Recuerdo con inmensa gratitud a mamá que, con su bondad, me miraba dibujar a diario con la ayuda de un palito sobre el patio de tierra de nuestra casa en Rodeo del Medio. Soy muy consciente de todo el sueño y las aventuras que viví hasta hoy y no encuentro palabras para describirlo. Siento que el Señor me ha premiado con una vida muy rica, linda, vivida a veces desde el silencio, observando y admirando a la gente que ha estado a mi lado.
En su programa radial acompañado por artistas como Alfredo Ceverino, Coco Segura, Máximo Arias, Laura Hart, Carlos Levi y Tito Francia.
- ¿Proyectos futuros?
-A pesar de haber empezado a cantar hace tantos años, estoy agradecido de seguir con todas las ganas y el entusiasmo para subirme a un escenario. Tengo varias propuestas interesantes, una es la de hacer un show con letras de tango, pero con aires de rock o de blues. Además, siento que me queda una deuda personal y es la de hacer una exposición de dibujos que aún debo preparar.