Vacilo al escribir
¿Cómo hablamos? La columna de los sábados de Nené Ramallo y un apartado especial para un término que hemos usado siempre mal: el viento zonda.
Más de una vez, al poner nuestros pensamientos por escrito, vacilamos acerca de cuál es la forma correcta. Si la duda es ortográfica o de significado, será el diccionario de la lengua el que nos dé la respuesta conveniente.
Acceder a él es fácil y sencillo, dado que la última versión está disponible en la página web. Otra fuente, también académica, es el Panhispánico de dudas, que igualmente puede consultarse online. Solamente hay que ser paciente a la hora de buscar la solución al problema.
Veamos algunos motivos de vacilación:
¿PUEDO USAR EL VOSEO? Desde la escuela, nos inculcaron que el voseo debía dejarse para el ámbito familiar, exclusivamente. En su lugar, el mandato era usar, para el habla formal, el pronombre ‘tú', con todo lo que ello conllevaba al conjugar. Hoy, cuando vamos a las páginas académicas, encontramos que, en el paradigma de la conjugación de cualquier verbo, están juntas las dos posibilidades, por ejemplo, ‘tú caminas' y ‘vos caminás'. Esto significa que nuestro voseo ha sido reconocido. Pero su uso acarrea también el valor de decir 'con vos' y de dejar el 'contigo' para el correspondiente 'tú': "Tú llevas la correspondencia familiar contigo", pero "Vos llevás la correspondencia familiar con vos". No a la mezcla de "Vos llevas la correspondencia familiar contigo" en que se ha hecho concordar el pronombre ‘vos' con el verbo en forma tuteante y se ha colocado, en lugar de la preposición ‘con' y el pronombre ‘vos', la forma ‘contigo', pronombre personal que señala el complemento de compañía si se usa el pronombre ‘tú'.
EL QUESUISMO: Existe una marcada tendencia en la lengua oral, así como también en algunos registros informales de la lengua escrita, a sustituir el relativo posesivo ‘cuyo', muy infrecuente en la lengua conversacional, por otras soluciones. Una de ellas es la combinación del relativo con un verbo de posesión: Se casó con una chica que tiene el padre catedrático. La oración formada no es incorrecta, pero es preferible la redacción con el uso del relativo ‘cuyo': Se casó con una chica cuyo padre es catedrático.
La otra solución, que se considera incorrecta, consiste en sustituir el relativo ‘cuyo' por la secuencia ‘que su', fenómeno conocido como "quesuismo": La casa que su pared es blanca es de reciente construcción. Debió ser del siguiente modo: "La casa cuya pared es blanca es de reciente construcción".
LAS LOCUCIONES CON ‘RELACIÓN': Con el sustantivo 'relación'', es posible formar dos locuciones prepositivas: 'con relación a' y 'en relación con'. Las dos son absolutamente correctas: "En relación con tu proyecto, todo marcha bien". "Nada me ha dicho con relación a la herencia".
Lo que no se debe realizar es el cruce de las dos locuciones. Esto significa que no debemos decir 'en relación a'. Será, pues, incorrecto decir "Hizo algunas correcciones en relación al plan de acción". Lo cambiaremos por "Hizo algunas correcciones con relación al plan de acción" o "...en relación con el plan de acción".
LAS LOCUCIONES CON ‘BASE': Con este sustantivo, también es posible formar locuciones preposicionales aceptadas: 'a base de', más un sustantivo, expresa que lo denotado por él constituye el fundamento o componente principal: "Todo lo ha hecho a base de esfuerzo". "Preparó un postre a base de leche y huevos". También, 'con base en' es correcto, como equivalente a "con fundamento/apoyo en": "Podremos edificar pronto con base en la evolución de la economía". En este caso, puede usarse 'sobre la base de'. No es correcto, por lo menos por ahora, el uso de 'en base a', aunque su empleo es muy común, sobre todo en el lenguaje jurídico y administrativo. Leemos comunicados como "En base a los datos de inflación, habrá modificaciones en los salarios". Se debe expresar "Sobre la base de los datos de inflación habrá modificaciones en los salarios".
RESPECTO DE ‘RESPECTO': Es igualmente correcto decir 'respecto a' y 'respecto de': "Estoy muy satisfecha respecto a tu desempeño" y "No se han producido cambios respecto de tu ascenso". También es correcto el empleo de 'con respecto a', que es intercambiable por 'con respecto de': "Las costumbres han ido cambiando con respecto a/de las de nuestros padres".
Asimismo es correcto el uso de 'al respecto' y de 'a ese (este) respecto': "No diré nada al respecto/ a ese respecto". Se le puede añadir la preposición 'de': "Fueron positivos los comentarios al respecto de la nueva gestión".
ESPECIES Y ESPECIAS: En este caso, estamos en presencia de términos parónimos, que el hablante común confunde en su comunicación habitual. Si digo 'especie', me estoy refiriendo a un conjunto de elementos semejantes entre sí por tener uno o varios caracteres comunes. Sus sinónimos son 'clase', 'tipo', 'categoría', 'grupo': "Llegó vestido con una especie de traje antiguo, que despertaba admiración".
En cambio, al hablar de 'especia' estamos haciendo alusión a una "sustancia vegetal aromática que sirve de condimento", como el clavo de olor, el azafrán, la canela: "En el negocio nuevo, venden algunas especias caras e importadas".
LA COMISARÍA, no la comisería: Más de una vez, oímos decir, tanto en los medios como en la vida de relación, que a alguien lo han llevado a la comisería. El vocablo correcto es 'comisaría', como "oficina del comisario". No existe el término 'comiserio'.
'Comisario', término que según la RAE posee los dos géneros, es la "persona que tiene el poder y facultad de otra para ejecutar alguna orden o entender en algún negocio". Deriva del latín "commissarius" y el diccionario académico registra la forma 'comisario/-a de policía' como "funcionario de rango superior en la organización policial".
La confusión, al decir ‘comisería', proviene de confundir el hablante la terminación '-aría', con el sufijo '-ería', presente en otras palabras; este sufijo sirve para señalar lugares de actividad, como sucede en 'cancillería' o 'conserjería'; también puede indicar los sitios donde se fabrican o venden determinados productos, como 'panadería', 'heladería' o 'lechería'.
ESPIRAMOS PERMANENTEMENTE, EXPIRAMOS UNA SOLA VEZ: Cuando hablamos de la actividad respiratoria, aprendemos que hay dos momentos en ella: el de 'inspiración', en que aspiramos el aire, y el de 'espiración', cada vez que expelemos el aire aspirado. Los verbos que señalan estas acciones son 'inspirar' y 'espirar', respectivamente.
Este segundo momento no debe confundirse con la 'expiración' y su verbo correspondiente 'expirar': estos dos vocablos hacen referencia al término de la vida: "Hace apenas una hora que mi querido Eduardo ha expirado". Además, 'expirar' significa "terminar", en relación con un período de tiempo: "Mañana expira el plazo para presentar esas solicitudes".
AFÍN Y A FIN: En el primer caso, estamos ante el adjetivo ‘afín', que equivale a "similar, análogo": "Ella presenta un carácter afín al mío". Nos interesa saber que puede construirse con las preposiciones ‘a' y ‘con': "Esa actividad no es afín con sus gustos" y "Se vistió un traje afín a la solemnidad del acto". Por su parte, 'a fin de que' es una locución prepositiva, con el significado de "para, con el objeto de". Siempre lleva a su lado la preposición 'de', la que debe conservarse si a continuación sigue una cláusula con 'que': "Se han tomado todas las precauciones a fin de que no haya ya inconvenientes".
‘HUBO', no ‘hubieron': Existe un uso del verbo ‘haber', con valor existencial, en donde se debe utilizar la tercera persona del singular pues reviste carácter impersonal. En el presente de indicativo, nunca se produce el problema de concordancia porque usamos ‘hay' y al hablante no se ocurre decir ‘han': Hay ráfagas de viento. Pero, en los demás tiempos, el hablante tiende erróneamente a hacer la concordancia en plural con el sustantivo que aparece a continuación; así, dice Hubieron muertos cuando debió ser ‘Hubo muertos'. Esto se replica para todos los tiempos de la conjugación: Habrá (no ‘habrán') lluvias durante la mañana. Ha habido (no ‘han habido')varios interesados en la propiedad. Ojalá haya (no ‘hayan') novedades pronto.
NUESTRO VIENTO con minúscula: En todos los medios de difusión, cada vez que va a haber zonda, vemos el nombre del viento con inicial mayúscula. Se está infringiendo la norma de la Academia que, en su Ortografía, capítulo 4, dice lo siguiente: "Los nombres de los vientos se escriben con minúscula inicial: austro, bóreas, céfiro, levante, monzón, poniente. Solo se escribirán con mayúscula cuando se refieran al personaje mitológico del que toman el nombre, o en personificaciones propias de textos poéticos o literarios". Entonces, "El zonda es característico de Mendoza" pues el texto tiene carácter informativo. Pero, justificamos la mayúscula en el poema de Ofelia Zúccoli, cuando dice: "Cuando la sed de la acequia/ enloquece a las palomas,/ por el norte, tierra y fuego,/ ya viene soplando el Zonda".