Lo bueno, lo malo, lo lindo, lo feo de la semana de Milei

El economista Carlos Ponce se refirió a las estimaciones que circulan sobre la inflación para el 2025, la cual podría ser más baja de lo esperado. Sin embargo, señaló que la actividad económica continúa sin rebotar según los números del propio Indec.

Pasó una nueva semana económica con buenas y malas para el Gobierno, en donde se pronostica un índice bajo de inflación para el año entrante pero donde todavía no se vislumbra la tan ansiada recuperación económica. El economista Carlos Ponce habló con Gabriel Conte, Evangelina Argüello y Hernán Bitar en "Tenés que saberlo", que desde este lunes comienza en nuevo punto del dial y nueva emisora, Radio Post 92.1, y analizó los datos que surgieron en las últimas horas.

"Es interesante cómo están proyectando para el año que viene la tasa de inflación, que es una de las cosas que más nos interesa: saber más o menos que están calculando para la tasa de inflación 2025. Los mercados financieros, la gente que maneja, que hace trading de bonos, hace sus propias cuentas que yo las resumiría de esta manera: si yo ofreciera ahora dos opciones para invertir, en una te pago el 25% fijo de tasa de interés por una colocación a un año; y otra alternativa es, te ofrezco la tasa de inflación del año que viene, que no sé cuál es, más el 5%. Entonces los mercados calculando la comparación entre ambas, terminan sacando cuál es la tasa de inflación implícita del trading de los bonos", explicó Ponce.

El economista señaló que los mercados pasan todo el día haciendo esos cálculos y que la tasa de interés del año entrante se proyecta en el orden del 20%: "Si lo mensualizás, en los primeros 10 meses da una tasa de inflación, implícita y estimada en estos bonos, del 1,5 po 1,6% mensual. Por el lado del mercado financiero están esperando e invirtiendo, que es lo importante porque una cosa es hablar y otra poner la plata, una baja de la inflación mayor aún que la que están pronosticando los economistas de las consultoras. En ese sentido podemos llegar a ser optimistas y pensar que el año que viene vamos a estar conviviendo con tasas de inflación de ese orden. Algunos economistas se animan a decir que incluso menos del 1,5% mensual, pero tomémoslo como un rango".

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Por otro lado, la noticia negativa fue el número que arrojó el Indec en septiembre del EMAE (Estimador Mensual de Actividad Económica), el cual representa una aproximación del producto bruto interno del país: "Ese dato dio mal, dio -0,3% en septiembre. Justo coincidió que esas dos semanas previas, el presidente había estado hablando mucho de que la economía argentina estaba empezando a crecer y hacía justamente mención a este indicador, el EMAE. Justo este viernes pasado dio ese dato y dio para abajo, un poco negativo, no es un drama ni que estemos cayendo en una recesión, pero sí que no se verifica que la economía esté rebotando ni creciendo. De hecho, si se miran los datos, habíamos crecido 2,7% hace dos meses, 0,9% el mes anterior y este mes bajamos al -0,3%. La recuperación económica, en definitiva, no se ve, por lo menos en lo inmediato", explicó el economista.

Si bien señaló que no es una caída de nivel de actividad como la de la primera parte del año, Ponce señaló que el rebote no se ve: "Este -0,3% es un número negativo muy pequeño, pero el punto es que no está rebotando la actividad. En un momento se hablaba de la V, de que iba a caer y rebotar; después de la U. Ahora yo no sé qué decir, pareciera una v manuscrita, se complica. Lo concreto es que el dato oficial dio mal, no se ve el rebote. Y lo que me sucede cuando estoy en la calle y le pregunto a cualquiera, desde un comercio chico, a un comercio grande, un empresario amigo de cualquier rubro, en toda la expresión que domina es 'no hay plata', todo el mundo me dice que no hay un mango".

Ponce explicó que parte de ese "no hay plata" se debe a que la gente y las empresas están endeudadas y que la recuperación parte de situaciones durísimas, acumuladas en los últimos años: "Todos partimos para un año 2025 que quizás sea mejor desde una posición muchas veces incómoda: endeudados, complicados con los impuestos, las familias complicadas con las tarifas. El año que viene todos opinan que vamos a crecer el 4 o el 5% a nivel macro. Yo me pregunto, sin ironía, de ese 5 ¿cuánto vamos a sentir las empresas medianas y las familias de Mendoza? Porque ese 5% va a ser una gran parte de la gran minería; una gran parte de Vaca Muerta, con el petróleo y el gas; una gran parte de la Pampa Húmeda, que va a seguir posiblemente creciendo; la actividad de la construcción, que ahí sí puede tener algún impacto. Pero yo no sé cuánto de ese 5% de crecimiento del año que viene lo vamos a poder verificar nosotros en nuestra vida cotidiana, ya sea porque hay mayor ofrecimiento de empleo o porque realmente mejoran los salarios. Mi idea es que va a continuar siendo un año duro, no de recesión, caída ni crisis, pero tampoco de recuperación rápida. Yo diría que estemos preparados para un año mejor, pero duro", señaló.

En esa línea, Ponce marcó que si bien es importante que regrese el crédito y puede servir para reactivar el consumo, necesita de otros factores: "El crédito está volviendo, es un síntoma de que algo va a mejorar la economía, pero en el fondo de la cuestión si no mejora el empleo y después los salarios, la expansión del crédito tiene patas cortas, en algún momento no vas a poder tomar más crédito. Evidentemente el cambio en el sistema financiero, que el gobierno no tome más plata de los bancos, los bancos tienen que prestarles más a los privados, y eso va a ayudar a cierta expansión del consumo y evidentemente es un alivio que podés comprar algo en 6 o en hasta 12 cuotas sin interés, es un buen dato".

El desafío de mejorar los indicadores de Mendoza con la minería

Finalmente, el economista se refirió a la minería y señaló que es un buen camino que Mendoza retome la actividad: "Mendoza ha perdido, sin exagerar, varios miles de millones de dólares de producto bruto geográfico, de inversiones, de empleo, por haber rechazado la actividad minera, primero con la ley antiminera que mandaba cada proyecto minero a que tenga que hacer aprobado por la Legislatura, lo que es un disparate institucional de proporciones importantes: es como si un medicamento, en vez de que tuviera que aprobarlo el Anmat, lo mandaran a la Legislatura para ver si sirve o no".

Además, recordó que en la campaña del 2011 los candidatos se llevaron puesto un importante proyecto minero: "En la campaña electoral del 2011 se llevaron puesto un proyecto minero importante como el de Uspallata. No se lo llevaron puesto al proyecto San Jorge por problemas técnicos, sino porque estaban en la competencia electoral y a un candidato se le ocurrió que iba a ganar votos si decía que no iba a aprobar el proyecto San Jorge. El otro candidato se asustó, dijo 'yo tampoco' y se llevaron puesto un proyecto importante y a la minería. Eso nos ha costado miles de millones de dólares, realmente en una década la provincia de Mendoza sería otra si hubiera podido desarrollar la minería sustentable, que no lo hizo por politiquería, política de menor nivel y por cuestiones electorales", concluyó.

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