Bonos bajo la lupa: por qué la confianza aún no vuelve

Aunque el Gobierno logró avances económicos clave, los inversores siguen sin apostar por la deuda argentina de largo plazo. El riesgo país se estanca y refleja una desconfianza estructural que el contexto global no ayuda a disipar.

Aunque el Gobierno argentino ha cumplido con una batería de medidas económicas consideradas fundamentales -como el orden fiscal, la contención de la inflación, la salida parcial del cepo cambiario y un nuevo acuerdo con el FMI- el riesgo país se mantiene en niveles elevados. Y lo que es más preocupante: el financiamiento externo continúa cerrado para la deuda soberana.

Si bien el índice elaborado por JP Morgan cayó significativamente desde los 2.000 puntos básicos hasta ubicarse en torno a los 650-700 pb, aún está lejos del umbral necesario para que el país pueda volver a los mercados voluntarios de deuda. Los analistas coinciden en que se necesitaría perforar los 450 pb para que eso ocurra.

El riesgo país alcanzó ese rango actual por primera vez a comienzos de febrero, pero desde entonces no logró consolidar un descenso adicional, a pesar de factores que deberían haber jugado a favor: una mayor previsibilidad cambiaria tras el desarme parcial del cepo, la recomposición de reservas gracias a los desembolsos del FMI y el respaldo explícito del Tesoro de Estados Unidos, que actúa como garante en caso de nuevas tensiones financieras.

¿Qué impide entonces que el riesgo país siga bajando?

Una parte de la explicación es técnica y tiene que ver con la dinámica del mercado de bonos. Según Leonardo Anzalone, director del CEPEC, aunque las señales macroeconómicas son positivas, gran parte del flujo de capital que llega al país lo hace con objetivos de corto plazo -a través del carry trade- y no se destina a los bonos soberanos de mediano y largo plazo, como los Globales, que son los que definen el riesgo país.

Esto limita el aumento de la demanda por esos títulos, frena la suba de sus precios y, por ende, mantiene elevada la percepción de riesgo. A esto se suma un contexto internacional complejo, donde las tasas de interés altas en Estados Unidos encarecen el financiamiento para todos los países emergentes, incluyendo Argentina.

Desde Portfolio Personal Inversiones advierten que el comportamiento de los bonos argentinos está muy condicionado por el escenario global. Los inversores siguen de cerca indicadores clave como el crecimiento del PBI estadounidense y el empleo, ya que cualquier señal negativa podría activar un entorno de "risk-off" que perjudicaría aún más a los activos emergentes. Por ahora, sin embargo, los datos difundidos son más bien alentadores.

Otra variable que sigue influyendo es la situación de las reservas internacionales. El analista Adrián Moreno remarca que la acumulación sostenida de divisas por parte del Banco Central es clave para garantizar el pago de los compromisos de deuda y mantener la estabilidad del dólar. 

También juega un rol importante el plano político: un triunfo oficialista en las elecciones de este año podría aportar mayor certidumbre al mercado y contribuir a reducir la prima de riesgo.


Bloomberg

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