Caputo defendió la estabilidad sin devaluar y anticipó las reformas laboral y tributaria
Desde Estados Unidos, el ministro de Economía aseguró que "la competitividad no debe venir de una moneda débil" y prometió una segunda etapa de reformas estructurales. Ratificó el equilibrio fiscal y la baja de impuestos, mientras negocia con el FMI y el Tesoro estadounidense.
El ministro de Economía, Luis Caputo, reafirmó que no habrá devaluación tras las elecciones legislativas del 26 de octubre y sostuvo que la mejora en la competitividad argentina "no debe venir de una moneda débil", al calificar ese camino como un método "arcaico".
En un mensaje grabado para el 61° Coloquio de IDEA, Caputo pidió al empresariado seguir acompañando el programa económico del Gobierno de Javier Milei y prometió que, en la próxima etapa, llegarán las reformas laboral y tributaria, consideradas claves para "desarrollar el ahorro y la inversión privada". "Venimos de un régimen laboral arcaico, rígido e imprevisible. El empleo no crece desde 2011. Necesitamos un sistema más ágil, dinámico y que termine con la industria del juicio", sostuvo el ministro.
También anticipó que la reforma tributaria incluirá "la eliminación de muchos impuestos, la baja de otros, la simplificación del régimen y nuevos incentivos para el ahorro interno de largo plazo".
Caputo se disculpó por no haber asistido en persona al Coloquio -"agradezco el apoyo de los dos primeros años" dijo- y explicó que su ausencia se debía a su participación en la Asamblea del FMI y el Banco Mundial, donde busca cerrar nuevas líneas de financiamiento con apoyo del Tesoro estadounidense y del expresidente Donald Trump. "Hemos dejado de lado un modelo de déficit fiscal y financiación con deuda, emisión e impuestos que llevaba a la depreciación de la moneda, mayor inflación y menores salarios", afirmó.
El ministro aseguró que el país atraviesa "un contexto económico más previsible" gracias a la estabilización macroeconómica, el equilibrio fiscal y monetario y una inflación en descenso que -según prometió- "convergerá a niveles internacionales".
Además, destacó la reducción de la pobreza, a la que calificó como "un objetivo fundamental", y subrayó que el Gobierno ya redujo la presión impositiva en más de 2,5 puntos del PBI.
Frente a las inquietudes empresariales sobre el dólar, Caputo fue tajante: "Esta mayor competitividad no debe venir de una devaluación; la forma de ganarla es continuar con lo que estamos haciendo: desregulación, baja de impuestos, reforma laboral y financiamiento a largo plazo y razonable".
Pidió al sector privado "acompañar el cambio" pese a las dificultades de pasar de una economía cerrada a una abierta: "Abrirse a la competencia y tener que invertir es un desafío. Hay que construir un nuevo país; es fundamental para los 45 millones de argentinos".
Y cerró con una apelación a futuro: "Creemos que la Argentina va a lograr ser el país más libre en los próximos 20 años. Vamos a dejar el alma para conseguir estos objetivos".