Hongos buenos versus hongos malos: la tarea de una empresa mendocina

Juan Violino trabaja hace años en nutrición y fisiología vegetal, y desarrolla productos orgánicos para el campo que sustituyen a los agroquímicos. Vende a todo el país y exporta a Bolivia.

El avance tecnológico y la investigación permanente es lo que hace que el mundo evoluciones en búsqueda de solucionar los problemas que van surgiendo en todo ámbito. Una muestra de esto es una empresa mendocina que desarrolla distintas soluciones para diversos cultivos, aplicando la biotecnología y supliendo agroquímicos con materia orgánica

Se trata de Savian, una empresa que comenzó en el año 2009 a especielizarse en nutrición y fisiología vegetal. Formula distintos fertilizantes que, además de mejorar el rinde y la calidad de los cultivos, termina reduciendo los gastos de la producción. 

Juan Violino, dueño de la empresa, explicó a Memo que "se trata de una línea completa, es decir que un productor no necesita otros productos, tenemos fertilizantes de suelo de materia orgánica y correctores para cuando tenés deficiencias como de hierro, etcétera, y después otra línea que ayuda cuando hay estrés, por ejemplo cuando hay sequía".

La novedad de esta empresa es que hace años trabaja con un mineral llamado Leonardita, que importa desde Dakota del Norte, Estados Unidos, que es un mineral rico en ácidos húmicos y fúlvicos y hace la extracción de estos ácidos en una planta radicada en Mendoza. 

En el laboratorio extraen los ácidos de la Leonardita

En el laboratorio extraen los ácidos de la Leonardita

En cuanto a la biotecnología, Violino explicó que "miramos el suelo no como algo donde cultivar sino como algo que también interviene en el proceso, entonces empezamos a trabajar estudiando los microorganismos naturales y empezamos a trabajar con Alejandro Pérez, que es profesor adjunto de la Cátedra de Fitopatología de la Facultad de Ciencias Agrarias de Universidad de Córdoba. Él había aislado una tricoderma y nos dio muy buen resultado fúngico, es un hongo que tiene la capacidad de atacar a otros hongos, se los come, y empezamos a comercializarlo y armamos una bioplanta en Córdoba donde hacemos la multiplicación." Ahora están armando un laboratorio también en Mendoza. 

"Cualquier cultivo va modificando el suelo, entonces llega un punto en que, por mas nutrientes y sales y agroquímicos que le agregás no sirve, tenés que agregar cada vez mas. En la pampa húmeda se ha visto que cuando se siembra sobre rastrojo ese colchón de materia orgánica hace que se generen hongos y bacterias que, parte de esos microorganismos te van a, por ejemplo, fijar nitrógeno en el suelo y entonces no vas a necesitar Urea. Tenés una movilización permanente de compuestos orgánicos que van nutriendo al suelo, y todas estas investigaciones nos llevan a ver al suelo como algo vivo", precisó Violino.

"En Mendoza no tenemos materia orgánica y los ingenieros agrónomos empiezan a ver esta novedad conceptual de ver el suelo en sentido biológico, por eso nosotros tenemos técnicos que miran la fisiología de la planta y lo acompañamos al productor en todo el ciclo y vamos viendo qué podemos hacer para mejorarlo", agregó.

Juan Violino en el laboratorio observa las muestras del hongo fungicida.

Juan Violino en el laboratorio observa las muestras del hongo fungicida.

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